Cap. 3

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-¿En qué estabas pensando para echarte pintura violeta por todo el cuerpo, Jay?! -Grito a través de mi móvil.

-¡En lo mismo que tú! Quería participar en el reto, como todo el mundo... -Disminuye la voz por momentos.

-¡Pero se echan pintura lavable, no de la que es duradera! -Mi desesperación no puede llegar a más. Sabía que mi amigo era poco inteligente, pero no tanto como para después de tres duchas seguir pareciendo una auténtica berenjena. -¿Te ha visto tu padre?

-No... -Suspira. -Soy incapaz de salir del baño. -Pausa.- He llamado a Nick, está de camino con aguarrás y alcohol, ¡no puedo salir así a la calle, instituto o cualquier sitio!

-Estáis locos. -Añado sin mas dilación. No se puede discutir contra unos unineuronales, y encima hombres, que con decirles la típica frase de 'no tienes huevos', se suman a un bombardeo.

Oigo a mi madre desde abajo llamarme como si no hubiera mañana, por lo que me despido de mi mejor amigo no si antes reírme un poco más de él y pedirle una foto con el resultado.

Tras bajar las escaleras, me encuentro a mi peor pesadilla.

No. No. No.

-No. -Niego con la cabeza. -Rotundamente no voy a permanecer más tiempo cerca de esta criatura del diablo. -Señalo a mi prima, que se encuentra al lado de mi madre con una sonrisa de oreja a oreja. -Prefiero morir a estar con ella.

-Exagerada. -Mueve la mano restándole importancia. -Solo hicimos un reto.

-Hice. -Recalco.

-Mery, cariño, no hagas caso. Es una dramática. A veces pienso que para teatro sería una estupenda protagonista. -Bromea mi madre, que por cierto, ya después de esto la estoy dejando de tener aprecio.

Las echo una mirada de odio y desprecio a las dos antes de subir a mi cuarto, pero una mano me agarra impidiendo mi salida. -Denis, tenemos que hablar.

-Es Deni. -Corrijo.

-Lo que sea. -Me arrastra hasta ella. -Gustaste mucho en Youtube. ¡Has tenido más de dos millones de visitas! -Mis ojos se agrandaron. -Creo que estas hecha para esto, al igual que yo, claro, y también creo que deberíamos continuar juntas. Imagínatelo Denis... -Expande sus manos al aire como intentando ver algo.

-De... -No me deja terminar.

-Eso. ¡Seriamos famosas por todos lados! ¿Te animas?

-No. -Me mantengo en mi posición.

-¿Por qué? -Poner cara de cachorrito intentando llorar y darme alguna pena, pero sinceramente no lo consigue. -¿No quieres ser una estrella?

Me muerdo los labios pensando muy bien que decir. -No quiero ser un payaso de feria, el hazme reír de todo el mundo, y mucho menos que tú ganes seguidores a mi costa. -Cojo aire para proseguir. -Y por supuesto, me llamo Deni. Asi que dile a tu lengua que coma mas 's' y menos porquería.

Me he pasado, lo sé, pero por esto mis amigos no son ninguna chica. Ninguna. Y esto no va a ser la excepción. En cualquier momento Mery va a estallar de la rabia y yo estaré en primera fila para verlo.

-Vale, me parece bien. La semana que viene empezamos.

Espera, qué.

-¿El qué? -Pregunto incredulamente sin saber muy bien lo que acaba de pasar.

-El nuevo vídeo. Cada semana subo uno. Y tus términos me parecen correctos. -Explica con sutileza.

-¿Qué términos? -Mi cara es una tremenda interrogacion que no tiene por donde cogerla.

-Pues que haremos el ridículo las dos, no tu sola, y que te llamare Deni si asi lo prefieres. -Y con esto sale por la puerta dejandome a mi en el sitio mateniendo la cara de tonta que se me ha quedado.

(...)

Dicen que si las paredes hablaran, podrían contar miles de historias. Me gustaría saber a que conclusión llegarían las mías, que pensarán de mí, de mis conversaciones con el cuarteto maravilla (es una larga historia el por que de ese nombre) y de sobretodo de mis continuas quejas con la vida.

¿Quién dijo que vivir era bonito? Creo que se confundieron. Estar en una ciudad donde no conoces a nadie y lo más parecido a un amigo, es una prima loca, no tiene nada de bonito. Pero absolutamente nada.

Y hablando de bonito, me preocupa su definición aquí. Para mí, bonito es algo que gusta a la gente, que se ve bien y cómodo,  como por ejemplo, mis sudaderas. Pero no, según Mery, son tristes, con dibujos tristes y colores tristes. ¿Qué tiene de malo una sudadera de the walking dead? O cualquiera de mis sudaderas? A mí me encantan. Eso es lo que importa, ¿no?

Dice que mi ropa parece de desigual pero sin color. No se que quiere decir con eso.

Llaman a la puerta.

-Cielo, ¿qué haces aún en la cama? -Mi madre entra como si nada y empieza a abrir la ventana.

-¡Nooo! ¡Luz nooo! ¡Cierra eso! -Me deslumbro e intento taparme con la almohada. Aún no estoy preparada para esto.

-¿Te has vuelto vampiro, Deni? -Ríe. -Me ha llamado Jayson, ya que tú no le cogías el teléfono. Dice que tiene algo que comunicarte.

Me levanto apresurada de la cama al recordar y me pongo a buscar mi móvil. -Mierda Jay, es verdad. ¿Dónde estás maldito móvil?

-Deni... Te he dicho mil veces que no hables así. -Me regaña mi madre cansada. Sabe que nunca la haré caso.

-Perdona mamá, pero ese idiota la ha liado. -Aclaro mientras rebusco entre las sábanas. -¡Aquí estas bonito! -Acaricio el móvil como si fuera el tesoro más preciado del mundo.

Mi madre se echa la mano a la frente y me mira con exasperación. -Eres un caso perdido...

-Shhhh. -Mando callar mientras espero los tonos de llamada. -¡Castaño tonto! ¿Sigues siendo una berenjena gigante?

-Muy perdido... -Susurra antes de irse.

Dónde no me encuentrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora