-¿En qué estabas pensando para echarte pintura violeta por todo el cuerpo, Jay?! -Grito a través de mi móvil.
-¡En lo mismo que tú! Quería participar en el reto, como todo el mundo... -Disminuye la voz por momentos.
-¡Pero se echan pintura lavable, no de la que es duradera! -Mi desesperación no puede llegar a más. Sabía que mi amigo era poco inteligente, pero no tanto como para después de tres duchas seguir pareciendo una auténtica berenjena. -¿Te ha visto tu padre?
-No... -Suspira. -Soy incapaz de salir del baño. -Pausa.- He llamado a Nick, está de camino con aguarrás y alcohol, ¡no puedo salir así a la calle, instituto o cualquier sitio!
-Estáis locos. -Añado sin mas dilación. No se puede discutir contra unos unineuronales, y encima hombres, que con decirles la típica frase de 'no tienes huevos', se suman a un bombardeo.
Oigo a mi madre desde abajo llamarme como si no hubiera mañana, por lo que me despido de mi mejor amigo no si antes reírme un poco más de él y pedirle una foto con el resultado.
Tras bajar las escaleras, me encuentro a mi peor pesadilla.
No. No. No.
-No. -Niego con la cabeza. -Rotundamente no voy a permanecer más tiempo cerca de esta criatura del diablo. -Señalo a mi prima, que se encuentra al lado de mi madre con una sonrisa de oreja a oreja. -Prefiero morir a estar con ella.
-Exagerada. -Mueve la mano restándole importancia. -Solo hicimos un reto.
-Hice. -Recalco.
-Mery, cariño, no hagas caso. Es una dramática. A veces pienso que para teatro sería una estupenda protagonista. -Bromea mi madre, que por cierto, ya después de esto la estoy dejando de tener aprecio.
Las echo una mirada de odio y desprecio a las dos antes de subir a mi cuarto, pero una mano me agarra impidiendo mi salida. -Denis, tenemos que hablar.
-Es Deni. -Corrijo.
-Lo que sea. -Me arrastra hasta ella. -Gustaste mucho en Youtube. ¡Has tenido más de dos millones de visitas! -Mis ojos se agrandaron. -Creo que estas hecha para esto, al igual que yo, claro, y también creo que deberíamos continuar juntas. Imagínatelo Denis... -Expande sus manos al aire como intentando ver algo.
-De... -No me deja terminar.
-Eso. ¡Seriamos famosas por todos lados! ¿Te animas?
-No. -Me mantengo en mi posición.
-¿Por qué? -Poner cara de cachorrito intentando llorar y darme alguna pena, pero sinceramente no lo consigue. -¿No quieres ser una estrella?
Me muerdo los labios pensando muy bien que decir. -No quiero ser un payaso de feria, el hazme reír de todo el mundo, y mucho menos que tú ganes seguidores a mi costa. -Cojo aire para proseguir. -Y por supuesto, me llamo Deni. Asi que dile a tu lengua que coma mas 's' y menos porquería.
Me he pasado, lo sé, pero por esto mis amigos no son ninguna chica. Ninguna. Y esto no va a ser la excepción. En cualquier momento Mery va a estallar de la rabia y yo estaré en primera fila para verlo.
-Vale, me parece bien. La semana que viene empezamos.
Espera, qué.
-¿El qué? -Pregunto incredulamente sin saber muy bien lo que acaba de pasar.
-El nuevo vídeo. Cada semana subo uno. Y tus términos me parecen correctos. -Explica con sutileza.
-¿Qué términos? -Mi cara es una tremenda interrogacion que no tiene por donde cogerla.
-Pues que haremos el ridículo las dos, no tu sola, y que te llamare Deni si asi lo prefieres. -Y con esto sale por la puerta dejandome a mi en el sitio mateniendo la cara de tonta que se me ha quedado.
(...)
Dicen que si las paredes hablaran, podrían contar miles de historias. Me gustaría saber a que conclusión llegarían las mías, que pensarán de mí, de mis conversaciones con el cuarteto maravilla (es una larga historia el por que de ese nombre) y de sobretodo de mis continuas quejas con la vida.
¿Quién dijo que vivir era bonito? Creo que se confundieron. Estar en una ciudad donde no conoces a nadie y lo más parecido a un amigo, es una prima loca, no tiene nada de bonito. Pero absolutamente nada.
Y hablando de bonito, me preocupa su definición aquí. Para mí, bonito es algo que gusta a la gente, que se ve bien y cómodo, como por ejemplo, mis sudaderas. Pero no, según Mery, son tristes, con dibujos tristes y colores tristes. ¿Qué tiene de malo una sudadera de the walking dead? O cualquiera de mis sudaderas? A mí me encantan. Eso es lo que importa, ¿no?
Dice que mi ropa parece de desigual pero sin color. No se que quiere decir con eso.
Llaman a la puerta.
-Cielo, ¿qué haces aún en la cama? -Mi madre entra como si nada y empieza a abrir la ventana.
-¡Nooo! ¡Luz nooo! ¡Cierra eso! -Me deslumbro e intento taparme con la almohada. Aún no estoy preparada para esto.
-¿Te has vuelto vampiro, Deni? -Ríe. -Me ha llamado Jayson, ya que tú no le cogías el teléfono. Dice que tiene algo que comunicarte.
Me levanto apresurada de la cama al recordar y me pongo a buscar mi móvil. -Mierda Jay, es verdad. ¿Dónde estás maldito móvil?
-Deni... Te he dicho mil veces que no hables así. -Me regaña mi madre cansada. Sabe que nunca la haré caso.
-Perdona mamá, pero ese idiota la ha liado. -Aclaro mientras rebusco entre las sábanas. -¡Aquí estas bonito! -Acaricio el móvil como si fuera el tesoro más preciado del mundo.
Mi madre se echa la mano a la frente y me mira con exasperación. -Eres un caso perdido...
-Shhhh. -Mando callar mientras espero los tonos de llamada. -¡Castaño tonto! ¿Sigues siendo una berenjena gigante?
-Muy perdido... -Susurra antes de irse.
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Dónde no me encuentren
Teen FictionHola, soy Denisa Christophers, pero mis amigos me llaman Deni. Digo amigos, porque es generalmente lo que suelo tener. Soy una más de ellos, de mis cuatro estúpidos, imperfectos, asquerosos y raros amigos (Aunque toda la escuela piense lo contrario)...