La casa es e-nor-me. Sin exagerar. Creo que en mi vida había estado en una casa así.
El moreno de mi lado se ríe ante mi reacción. - Cierra la boca que te van a entrar moscas.
La cierro avergonzada, ya que ni me había dado cuenta.
-¿Dónde están el resto de tus amigos? - Miro alrededor como si los fuera a encontrar, pero en realidad es absurdo. Ni si quiera los conozco.
-Ven, deben estar en la sala principal, como siempre. - Me agarra de la muñeca y me tira con él hacia adentro.
Llegamos a una sala enorme también. Aquí podrían estar mi casa y la de mi vecino juntas. Lo tengo claro.
Señala a un grupo de chicos sentados en una alfombra con chupitos y un montón de botellas a su alrededor.Definitivamente, esos son sus amigos.
-Eh chicos, os presento a mi nueva vecina, Deni. Es nueva en la ciudad, así que tratarla bien y sed cuidadosos con ella. - Me presenta Axel ante el grupito formado. Todos me saludan o simplemente me hacen un gesto con la mano.
Nos ofrecen sentarnos y acto seguido, habla un chico rubio dirigiéndose a nosotros. - Estamos jugando a yo nunca. Para quién no sepa de que va. - me guiña un ojo. Oye soy nueva pero sé jugar. - Tenéis que decir 'yo nunca he hecho tal cosa' y si lo has hecho, bebes un chupito. ¿Listos?
No sé si es buena idea. Con el cuarteto maravilla no me importaba jugar porque decíamos tonterías que todo el mundo hace con tal de beber.
-¡Listos! - Responde el moreno por mí.
Empieza una chica de rizos. - Yo nunca he estado en una fiesta. - Vale, fácil, todo el mundo ha ido a fiestas, así que todo el mundo bebe.
Sigue otra chica. - Yo nunca he saltado en paracaídas. - El chico que nos ha explicado el juego, la mira con decepción.
-Vamos a ver, no digas esas tonterías que no ha hecho ninguno de nosotros en su vida. - Dice resignado.
Entonces otro chico con gafas levanta la mano. - Yo sí lo he hecho. - Dice entusiasmado.
Rodamos los ojos. Vale crack.
El chico de antes sigue su discurso. Por cierto, creo que se llama Mat. - Tienes que decir cosas que hagamos todos para beber y empezar a calentar. Por ejemplo, yo nunca he besado a nadie.
Entonces todos beben. Todos beben menos yo. Sus miradas caen sobre mí con los ojos muy abiertos y sorprendidos.
La cosa se empieza a poner incómoda.
Mat rompe el hielo. - No creeeeo. - Arrastra la 'e'. - Imposible que nunca hayas besado a nadie. ¿Cuántos años tienes... 18?
Mi cara se empieza a poner roja como un tomate. En cualquier otra situación, me habría defendido bien y le habría soltado unas cuantas malas palabras, pero aquí, me veía acorralada.
-Vamos Mat, déjala en paz. Si tú te has besado con alguien ha sido porque les has dado pena. - Bromea Axel para quitar hierro al asunto.
Le susurro un 'gracias' casi insonoro. Sé que lo ha hecho para salvarme el culo.
Entonces la conversación se desvía de tema.
-Pues si nunca lo has hecho, siempre hay una primera vez. - El rubio me mira con unos ojos que dan un tanto de miedo. Demasiado intensos para mi gusto. - Juguemos a la botella.
La chica de rizos se queja. - Yo paso, son juegos para niños de 15 años.
-Tienes miedo de que te toque con Mat, ¿verdad? - Vuelve a bromear el moreno. De verdad que su risa hace que revoleteen mariposas en mi estómago.
A lo mejor sólo estoy mala y son náuseas.
-Idiota. Está bien, jugaré. - Ésta que ya se había levantado, se volvió a sentar y giró una botella de tantas que tenían.
Rodó y rodó hasta que cayó sobre el chico de gafas.
Y sí, se besaron. Pero fue rápido y corto.
-Me toca. - Mat cogió la botella y la hizo rodar.
Estaba que no me lo podía creer. Ha parado en mí.
El rubio se fue acercando poco a poco aún con esa mirada que no me gustaba un pelo. ¿Qué se supone que tenía que hacer? No quería besarlo. Además de eso, su sonrisa era arrogante. Como él.
Cerré los ojos deseando que pasara rápido. Aún no me creo que viviría la experiencia de mi primer beso tan amarga.
Pero no llegó. Sus labios nunca rozaron con los míos. Abrí los ojos lentamente y pude observar como mi vecino le apartaba y le decía algo al oído. ¿Qué demonios había pasado?
Entonces éste me agarró y me llevó escaleras arriba, dónde sólo se podía distinguir un largo pasillo a oscuras.
Mi cerebro reaccionó por una vez en toda la maldita noche.
-¿Qué narices estás haciendo, Axel? - Puse mis brazos en jarras algo fastidiada conmigo misma. Por poco hago todo lo que ellos quieren.
-Te salvé. Le he dicho que en realidad estás conmigo, y que todo eso de que no has besado a nadie es una trola. - Sonrió ladinamente. - Te he tenido que sacar de allí para que me creyera.
-¿Por qué le has dicho eso? - No entendía nada.
Entonces se rió. Sí, se río en toda mi maldita cara. - ¿De verdad querías que tu primer beso fuera con el egocéntrico de Mat? Te creía más lista vecinita.
-Osea que... Lo has hecho para que no me besara. Pero ahora cree que te he besado a ti. - Me pasé la mano por la cara. El alcohol me empezaba a hacer efecto.
-Sí. Y te diría que me besaras para que fuera real del todo, pero no voy a pedirte nada que no quieras. - Me guiñó un ojo. - Ahora bajemos con los demás, ya se habrán creído que estábamos enrrollándonos o algo de eso.
Pero mi cuerpo no obedecía. Me quedé estática allí en la oscuridad.
-¿Deni? - Se me acercó preocupado. - ¿Te molesta que le haya dicho eso? Si es así... Lo retiro.
-No, no es eso. - Mi pensamiento hablaba por sí solo sin que yo pudiera reaccionar. - Es solo que nunca he besado a nadie porque nadie me ha gustado. Pero quiero que tú seas mi nadie.
Lo solté.
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Dónde no me encuentren
Teen FictionHola, soy Denisa Christophers, pero mis amigos me llaman Deni. Digo amigos, porque es generalmente lo que suelo tener. Soy una más de ellos, de mis cuatro estúpidos, imperfectos, asquerosos y raros amigos (Aunque toda la escuela piense lo contrario)...