Dragón o demonio『NatsuxLectora』| EN PAUSA

Capítulo 2: Inicio de la tormenta

NARRA ____

Nunca imaginé ver al maestro acá, su rostro se mostraba sorprendido al verme llegar con Zeref. ¿Hace cuanto está en este lugar? Estaba tan sorprendida como él, pero no lo demostré. 

— Hola —le dije al maestro sin mucha importancia, más bien ocultaba.

— ¿Qué haces en este lugar, ____? 

— Este es mi nuevo hogar —el maestro se mostró más sorprendido que antes— no debería importarle ¿verdad? —le dedique una sonrisa torcida— usted dijo que siguiéramos nuestros caminos... y este es el camino que elegí. 

— ____, ve con Larcade, Makarov vino hablar conmigo —Zeref sonrió dulcemente. Sin decir una palabra más me dirigí a los aposentos, donde se encontraba Larcade, el hijo de Zeref. 

Mientras iba de camino, la intriga me mataba, ¿qué podrían estar hablando el maestro y Zeref? Me daba muy mala espina, tal vez este relacionado con Fairy Heart...

— ¿Otra vez perdido en tus pensamientos mientras miras a la nada?  —el rubio se sobresaltó al escuchar mi voz y al verme me dedico una sonrisa. 

— ¡____! Estás de vuelta, eso quiere decir que mi padre también —el chico se dirigía hacia la puerta pero lo detuve. 

— En este momento está ocupado, se molestará.  

— P-pero...

Las grandes puertas del aposento se abrieron de par en par y un caballero apareció agitado.  

— Señorita ____, joven Larcade. El emperador necesita verlos enseguida. 

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— ¿Una guerra? — dije sorprendida mientras caminaba detrás de él. Zeref mandó a llamar a todos los Spriggan y otros de alto mando que le servían para informar que finalmente la batalla para obtener el Fairy Heart daría inicio. 

Al menos me sentía más aliviada al saber que el maestro estaba de regreso a Fairy Tail, el gremio volvió, pero yo no sería parte de ellos. Parecería estúpido, pero aún estaba enojada con Natsu.

— Nuestros principales oponentes serán  Fairy Tail, espero que estés de mi lado —me dijo de una manera suave y calmada, como siempre lo hacía cuando las palabras salían de su boca. Zeref sabía de mis sentimientos hacia su hermano y que eso podría ser un impedimento para seguirlo a la batalla. 

— Sé la maldición por la que has tenido que cargar todos estos años, pero  no creo que debamos ir tan lejos... No es necesario que seas enemigo que Mavis —Zeref dejo de caminar e igual yo, sabía que esto era un tema delicado, pero no perdía nada con intentarlo, a pesar de que antes no quería que me manipulara por medio de un libro, le había tomado mucho cariño, Zeref no era tan malo, si tan solo esa maldición no hubiera llegado a él... Me enfurecía de tan solo pensarlo— Yo... puedo anular el estado en que está Mavis, puedo liberarte de esa maldición, puedo hacer que tengas una vida normal. 

— No puedes... es imposible liberarme de esta maldición que contradice cada cosa que hago — la mirada de Zeref era llena de tristeza— Mavis no puede volver a ser lo que era antes, nunca debí haberme enamorado de ella, por mi culpa casi muere. 

— A principio creías que estaba muerta, pero ya viste que no.   

— La única manera es ser enemigos, tengo que liberarme de estos sentimientos. Ahora Mavis es solo una lacrima de magia infinita. Piensa en lo mucho que beneficiaría al imperio. 

— Una vez más te digo que yo puedo parar con esto de una vez, dar fin a tu sufrimiento. Dame la oportunidad, Zeref. 

— ¡No puedes! — de repente una nube negra se esparció rápidamente por el lugar, era la maldición de Zeref. Aunque me dio de golpe, mi cuerpo no se vio afectado. 

— ¿Por qué no te mueres? 

— ¿No lo sabes, a pesar de que eres originalmente mi creador? —sonreí— Soy inmune a tu maldición. Creíste que era otro intento defectuoso de tus inventos, pero no resulto ser así. Yo misma he obtenido poderes mágicos tan fuertes que no es necesario utilizar mi maldición. Puedo matarte si así lo deseas, pero ni eso me dejas hacer para ayudarte. Una vez absorba tu maldición puedes envejecer como una persona normal, ya no serías inmortal.  

Zeref se quedó viéndome por unos segundo fijamente — Si es cierto que lo que dices y absorbieras mi poder junto con el de Mavis, ni siquiera tú podrías guardar todo eso en tu cuerpo. Terminarías igual que yo. 

Sonreí — ¿Quieres apostar? —suspiré luego de unos cuantos segundo al ver que Zeref no decía una sola palabra— Realmente no lo entiendo, me creaste, cómo a todos los demás, para un  único propósito... matarte. ¿Por qué no me dejas hacerlo? ¿Por qué no me dejas liberarte? Quieres que lo haga él, ¿verdad?  —definitivamente es lo que quiere, no cambiaría de opinión— Está bien, vamos a la guerra, pero deja que me divierta un poco antes de probarte que la única manera de que seas feliz es con mi ayuda. 

Desde el momento que Zeref me invitó a unirme a él luego de que el gremio se desmantelara, nos volvimos muy unidos, a pesar de la fría personalidad que aparentaba. En el fondo conocía al triste Zeref y la profunda soledad que sentía debido a su amada. Desde que lo conocí lo suficiente me propuse a devolverle esa felicidad que sintió alguna vez con la primera maestra de Fairy Tail. 

Zeref sonrió torcidamente— ¿Vas a jugar con un poco con mi hermanito? 

Sonreí de la misma forma que Zeref— Quiero que sufra un poco, creo. 

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— ¿Cómo que ____ estaba junto con Zeref? —Natsu interrogaba al maestro.

— Ya te lo dije Natsu, ____ estaba en ese lugar y no parecía estar en contra de su voluntad.

— ¡Viejo! ¿Por qué no lo dijo cuando estábamos en ese lugar?  —ahora el pelirosa se mostraba preocupado— Pude haber...

— No hubieras podido hacer nada, Natsu —dijo Lucy—  entiende que el mago oscuro estaba en ese lugar junto con otras personas muy fuertes como las que nos topamos. 

—Tsk, no entiendo —Natsu golpeo una mesa con su puño— ¿Por qué está allá con ese sujeto? La razón por la que Lucy no tenía información es porque estaba en un lugar muy lejano de este país. 

— Yo también estoy muy preocupado por eso —dijo el maestro— ella debe tener sus razones. Las tropas de Zeref vendrán así que supongo ella estará entre ellos. 

— ¡Traeré de vuelta a ____, sin importar qué!