Capítulo #17

506 50 13
                                    

— ¿Te gusta el chico con el que estabas aquel día en el mall?

Esquivo su mirada y a mi mente regresan los recuerdos de ese día, la pasé muy bien.

—Ohm, yo...—me quedo sin palabras. Si miento, estoy segura de que  no me creerá.

Frunzo el ceño, y le miro a los ojos.

—No me gusta, es solo que no quise rechazar su oferta para que no se ofendiera, o se sintiera mal.

—Ya veo—una sonrisa victoriosa se asoma en sus labios.

— ¿Satisfecho con tu pregunta? —digo levantando una ceja.

—Valió la pena, ¿quieres tomar algo mientras esperamos a que nos traigan el desayuno?, aunque, no creo que aquí haya mucho que tomar. Hace mucho que no me hospedo en este lugar.

—No gracias, espero el desayuno.

—Ok, yo voy a tomar un poco de té. Si te apetece un poco, me avisas para prepararlo.

—Está bien, pero prefiero el café en vez del té—desaparece de la sala de estar y va a lo que creo es la cocina.

Me levanto de un brinco del sofá y lo rodeo, hecho un rápido vistazo a todo lo que está a mi vista, noto una puerta negra entreabierta, frunzo el ceño y me acerco, termino de abrirla lentamente y me adentro en ella, lo primero que logran capturar mis ojos fue una guitarra acústica de color café oscura

—Wow—exclamo.

Siempre he querido una de ese color, pero mi padre me compró una de un color muy claro y no me gusta mucho, al menos, con ella aprendí algunas canciones.

Camino unos pasos y veo una cama bastante grande. Supongo que ésta habitación es de Andrés. A un lado de la cama, se encuentra un mueble bastante grande con un par de certificados, me acerco para verlos mejor, y logro leer que en uno dice que Andrés sabe hablar en inglés, me acerco a otro, y dice que sabe hablar en italiano. Qué genial, es muy inteligente. A un lado se encuentran unos trenes de juguete, se parecen mucho a... las locomotoras, sí a eso, son muy bonitos. Al otro lado de la habitación, veo otra puerta, supongo que es la del cuarto de baño.

Me doy la vuelta y logro ver a Andrés recostado en el umbral de la puerta, retrocedo por el susto, y él se ríe al ver mi reacción, esto me pasa andar husmeando en su habitación.

— ¿Sabías que eres muy curiosa?

—He de admitir que solo contigo me pasan éstas cosas—hago una mueca y miro mis pies para que no note lo avergonzada que estoy.

—Veo que te gustó mucho mi guitarra.

—Sí, suelo tocar algunas canciones cuando me encuentro aburrida o estresada, siempre me relaja—miro la guitarra detenidamente— ¿sabes tocar?

—Me encanta tocar—sonríe travieso.

Pongo los ojos en blanco.

—Me refería a la guitarra.

—Nunca aprendí, mi madre me la compró para que me distrajera un poco, pero nunca le tomé interés—dice con simpleza.

After Meeting You.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora