Capítulo #21

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Me despierto y miro el techo de la habitación, pienso en mi familia. A mis padres les darán de alta mañana y la verdad no me siento muy entusiasmada, después de todo mi hermano está en una condición delicada. Ayer después de salir de la habitación de mis padres le pregunté al doctor Paulo si podía ver a mi hermano y me dijo que hasta hoy.

El solo hecho de saber que no ha despertado desde el accidente me tiene con los pelos de punta, además tengo una sensación agridulce, estos últimos días el chico que se encuentra durmiendo junto a mí ha hecho cosas muy tiernas, ha tratado de quitarme de la cabeza lo de mi familia, y no lo niego lo ha logrado, pero cuando me quedo sola o nos quedamos callados el dolor vuelve a mí.

Me levanto tratando de hacer el menor ruido posible para no despertarlo, voy al baño y me cepillo los dientes. Me causó mucha vergüenza que me dijera que usara su cepillo, para mí eso es muy personal, pero no tenía de otra que usarlo.

Ayer después de ir al último piso del hotel nos quedamos un rato hablando mientras veíamos el paisaje, luego fuimos a un súper mercado y me compré el cepillo, no soportaría pasar más vergüenza, sería muy incómodo que lo volviera hacer.

Luego de asearme entro a la habitación y mis ojos inmediatamente viajan a la pequeña montaña que crece debajo de la cobija justo en su entrepierna, desvío la mirada y salgo de la habitación con las mejillas completamente rojas por lo que acabo de ver, me dirijo rápidamente a la cocina y decido que hoy comeremos un desayuno hecho por mí.

[ . . . ]

—Hola hermosa—saluda el castaño aun soñoliento.

— ¿Cómo dormiste? —pregunto sirviendo un huevo revuelto en un plato.

—Ahora que lo preguntas creo que acostado, pero cabe la posibilidad de que me durmiera de pie.

—JA, JA, JA —finjo una risa y le miro con los ojos entornados—qué gracioso amaneció hoy el señorito.

—Con una hermosura como tú cualquiera tendría este humor—dice sonriéndome de oreja a oreja.

— ¿Te gusta el aguacate? —digo cambiando el tema de conversación.

—Sí, me gusta.

Corto un aguacate a la mitad y le doy un pedazo al castaño.

— ¿Tostadas?

—Me encantaría—dice suavemente.

Miro como se sienta en una silla del desayunador mientras observa todo lo que hago.

Pongo varias tostadas en su plato.

—También hice quesadillas, por si quieres.

—Dame también de esas que tengo mucha hambre esta mañana.

—Claro—acerco el plato donde tengo las quesadillas.

Me siento y empiezo a desayunar.

—Mmm... qué rico está esto—dice y le da otro mordisco a la quesadilla.

—Me alegra que te guste—digo orgullosa de mí misma.

—Te voy a secuestrar solo para que me cocines... aunque también podría hacer muchas otras cosas contigo, que no incluyen las artes de la gastronomía.

After Meeting You.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora