Capítulo #9

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—¿Samantha? —pregunta la voz.

—¿Quién eres? — pregunto sospechando de quien se trata.

—Andrés, ¿quién más creías que era? —dice y se acerca.

La verdad, sí sabía que era él, solo que no quería que supiera que lo conozco tan bien. Pero, ¿qué hace Andrés en una iglesia?, no se le nota que sea muy religioso.

—Un asesino a sangre fría que quiere secuestrarme—digo con voz dramática.

—Puede que lo de secuestrarte sí se aplique en mí—dice con una risa juguetona en su rostro.

—No lo creo—interviene mi hermano que aparece detrás de mí.

—¿Quién es éste mocoso? —pregunta Andrés inclinándose un poco a un lado para verlo.

—¡Mi hermano!, y no le digas así.

—¿Tienes un hermano? —pregunta y alza una ceja.

—Sí, ¿no ves que está junto a mí?

—Sami, vamos adentro—interrumpe mi hermano.

—Buena idea—me doy la vuelta y comienzo a caminar hacia la entrada de la iglesia.

[. . .]

Un líquido frío cae en mi cara, e inmediatamente abro los ojos para ver qué es, al abrirlos, me encuentro con mi hermano y una sonrisa traviesa. En su mano,sostiene un vaso con un poco de agua.

Reacciono y me levanto para agarrar a mi hermano, pero al salir corriendo de mi habitación me topo con mi madre justo a la par de la puerta.

—¿Se te olvido poner la alarma? —pregunta con los brazos cruzados.

—¿Viste lo que hizo Daniel? —pregunto enojada.

—Yo le di permiso de hacerlo.

—Pero, ¿por qué? Solo tenías que llamarme—niego con mi cabeza.

—Ya estás lo suficiente grande como para que yo te llame—dice y empieza a caminar a las gradas—quiero verte lista en quince minutos.

—Ok—murmuro malhumorada.

—Y espero que tu maleta esté lista.

Abro mis ojos de par en par, y me recuerdo que no tengo lista la maleta. Me meto como un rayo a la ducha, y luego, cuando estoy lista, tomo un montón de ropa y la meto desordenada a la maleta, tomo dos pares de zapatos y salgo casi corriendo de la habitación.

[. . .]

—Sami, ¿quién era el chico de ayer? —dice mi hermano cuando estamos en el auto.

—Un compañero de clase—respondo en un susurro.

—Él dijo te iba a secuestrar—dice serio y me mira.

Solo a mi hermano se le ocurre hacer éstas preguntas en el auto cuando están presentes mis padres.

—Era bromeando—digo y me rio un poco nerviosa.

— ¿De qué habla tu hermano Samantha? —dice mi padre mientras me ve por el retrovisor.

¡Mierda!

—Nada importante, papi—digo y le sonrío.

—Eso espero—dice serio y centra su mirada en la carretera.

Recorremos unos cuarenta minutos hasta llegar donde mis abuelos. Todo el trayecto escuchamos la música espantosa que a mi padre le gusta.

Llego a lo que será mi casa durante dos eternas semanas. Espero unos minutos a que mi padre estacione el auto, y me bajo para luego ir a la cajuela donde está mi maleta, con ayuda de mi padre la bajo y entro a la dichosa casa.

—¡Hola, Sam! —dice mi abuela con una gran sonrisa.

—Hola, ¿cómo han estado? —pregunto y le doy un beso en la mejilla.

—Muy bien, ¿y tú? —dicho esto mi abuela me da un abrazo.

—Bien, ¿y abuelo dónde está? —pregunto buscándolo con la mirada.

—Anda arreglando unos asuntos.

—Oh bien, voy a desempacar mi ropa.

—Claro.

Tomo mi valija y subo las gradas para llegar a la habitación de invitados. Abro la puerta, y encuentro un montón de cajas en ella, así que salgo de la habitación y abro otra puerta. Ya dentro, me dirijo hacia el closet, pero algo me llamo la atención, una ventana.

Me acerco a ella y me impresiono, la vista que se podía lograr ver era hermosa. Todo el patio y los árboles se podían observar, hasta un arroyo que se encontraba a unos metros de la casa.

Nunca había entrado a ésta habitación... pero la verdad, es que me gusta más ésta que la otra en la que siempre me quedaba a dormir. Creo que no van a hacer tan malas las vacaciones. Podré relajarme y olvidarme por unos días de ese chico raro.

[. . .]

Luego de estar toda la tarde acomodando mi ropa en el closet, bajo a la cocina y me encuentro a mi abuela preparando la cena, ni siquiera me di cuenta en qué momento se fueron mis padres, tenían muchas ansias de ir a la playa por lo visto.

—¿No ha llegado abuelo?

—No, pero pronto vendrá.

[. . .]

—¿Dónde está mi nieta hermosa?

—Hola abuelo.

—¿Cómo va la secundaria?

—Bien.

—Me alegro cariño.

[. . .]

Me despierto por un ruido en la ventana, giro, y veo que es un bello yigüirro el que está afuera de la casa tocando la ventana. Me levanto de la cama y me acerco donde se encuentra la hermosa ave. Me quedo contemplándolo por un instante, y luego se va.

Me dirijo hacia el baño que está en la planta de abajo, pero mientras voy bajando por las gradas, me tropiezo y caigo, levanto la vista...

¿Qué?

No me puede estar pasando esto, no. Esto debe ser una especie de sueño o algo parecido, o puede ser que me estén haciendo una broma demasiado pesada. ¡Trágame tierra!

Quiero desaparecer de aquí solo a mí me pasa esto, solo a mi.
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¡Hola!

Bueno, si perdón no sé cómo disculparme no paro de decir perdón pero es que, no sé qué me paso, espero que este capítulo le dé sentido a los que quedaron con curiosidad de quien era, espero que les haya gustado.

No es muy largo pero espero les guste y no se olviden de votar.

Valeria Picado.

After Meeting You.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora