Habían pasado meses del fallido intento licántropo de asesinarme, sigo sorprendida por haber escapado con vida, tenia la impresión de que si querían algo iban por ello, que eran impulsivos y precisos, pero al parecer estaba muy errada.
Ese imprevisto me ayudo a entrenar mas duro y a no subestimar a los paranormales, el tiempo pasaba en ese lugar, cada día; cada hora; cada minuto, parecía eterno y era más insoportable la agonía del encierro cuando Tyler estaba de vigilancia. Desde mi secuestro aumentaron la seguridad de la mansión y tienen a los mejores guardias custodiando los alrededores , es por eso que nos vemos muy poco, mis compañeras mas frecuentes son Florence y Amelia aunque la segunda se pasa mucho tiempo supervisando a los demás algunas veces se toma su tiempo para estar conmigo, Florence vive con Klaus siempre está juntos y sinceramente no me molesta es bueno verla feliz. Tanto tiempo sola me enseño a apreciar la soledad, en mi tiempo libre me dedicaba a leer, tocar el piano y sacar a pasear a mi pequeña amiga Katty. Me sentía tranquila, segura, relajada, aunque a la vez un poco inquieta ¿Qué seria de mi vida? ¿Así seria todos los días hasta que envejezca? De a momentos tenía esas dudas que obviamente me tenían algo preocupada, mi futuro estaba inconcluso, Klaus no me notificaba sobre los estudios con mi sangre, casi ni hablábamos, era como si mi mejor amigo no existiera.
Esa noche Tyler estaba haciendo guardia, Klaus y Florence en su habitación. Lleve a Katty a la mansión conmigo así me sentiría más acompañada, todo estaba tranquilo, me fui al despacho a leer, estaba sentada en el sillón leyendo Sentido y Sensibilidad de Jane Austen mientras mi fiel compañera dormía en mi regazo. Estuve horas metida en la fascinante novela de esta británica escritora quedé encantada con el libro así que decidí buscar información sobre su autora y así se me fue la noche entre libros e historias hasta que quede profundamente dormida en el sillón del despacho.
Me desperté por que Katty comenzó a ladrar, quería salir a hacer sus necesidades. Me levante dejando el libro que tenia en mi mano en su debido lugar en la biblioteca, salí al patio mientras la perra corría por el terreno. Fui a ver a Tyler que estaba en la cabina de la entrada, al verme sonrió y sus ojos se tornaron brillosos, era hermoso, todo en el era perfecto, incluso esos detalles que el consideraba horrendos solo me hacían amarlo más, en ese momento sentí que nada en el mundo me haría dejar de quererlo, el era mi hogar, mi mundo. Cuando llegué a la cabina sostuve su rostro entre mis manos, lo miré a los ojos y susurré "te amo", seguidamente lo besé
- Yo también te amo - Dijo sentándome en su regazo - Y te extraño, hace mucho tiempo que no pasamos un día juntos-
- Tienes que trabajar, lo entiendo y no voy a interferir en eso, aunque de vez en cuando unas horas juntos podríamos divertirnos ¿No crees? - Dije con una mirada seductora y sonriendo
- Ven, vamos a buscar a Eric para que me reemplace- Dijo levantándose y alzándome
- No puedes dejar tu puesto de trabajo, llámalo- Dije riendo
Y así lo hizo, Eric enseguida vino aunque no muy contento por que estaba durmiendo, con Tyler nos dirigimos a la mansión y Katty vino con nosotros, ella se quedó en el primer piso y nosotros subimos a la habitación. Al llegar cerré la puerta detrás de mí mientras él se desvestía para acostarse, apenas se sacó la camisa no me resistí y comencé a besarlo apasionadamente, en cuestión de segundos la ropa desapareció y ambos estábamos sumidos en el placer de estar juntos, nada puede compararse a esa noche, nos quedamos acostados hablando de la vida, el futuro y fue entonces cuando me atreví a preguntar algo nunca había pensado
- ¿Me convertirás?-
Pude ver en sus ojos como esa pregunta llego a lo mas profundo de su ser, como si hubiera tocado un tema muy delicado para él, enseguida supe que no me daría la respuesta que quería y que este tema nos traería una enorme discusión
- Selene, estoy cansado, podemos hablar de esto en otro momento- Dijo conteniendo un gran enojo a lo cual reaccioné de inmediato
- Tyler, estoy todos los días encerrada en esta enorme casa, duermo mal si no estas conmigo, estoy sola todo el día y si no respondes la pregunta que te hice me consumirá la necesidad de saber la respuesta-
- Selene- Dijo contiendo palabras- No lo sé-
Lo miré analizando su rostro el cual se tensó al responder, decidí evitar el tema, no quería que el poco tiempo que pasábamos juntos estuviéramos discutiendo. Seguimos hablando de otras cosas, aunque por dentro me carcomía la necesidad de saber que algún día sería capaz de vivir mi vida fuera de esa mansión o si viviría con Tyler siendo humana o no. Puede que para él esas cuestiones no sean de importancia ya que ambos tenemos distintas perspectivas de vida y lo entendía pero en ese entonces saber que sucedería era mi prioridad, así es que siempre que tenía una oportunidad sacaba el tema, aunque terminaba con Tyler muy enojado y yo completamente frustrada. Aparentemente ninguno de los dos sabía que pasaría y siendo la persona controladora y calculadora que soy tener una futuro incierto y no planeado me ocasionada una indudable inquietud.
La idea de una eternidad con la persona que amaba era bastante seductora aunque sabía que habría consecuencias, no quería arriesgarme a tomar esa decisión sin haber pensado en todo, convertirme en un vampiro sería sencillo, pero afrontar los problemas que conlleva, así sea controlar la sed de sangre, mis emociones intensificadas y el aprender a controlar mis nueves habilidades sería la problemática en sí. Tomaría mucho tiempo, pero lograría hacerlo. Por otro lado, la idea de una vida mundana después de todo lo ocurrido también parecía tentadora. Sea cual sea la decisión que tome todos los que amo se verán afectados, es por eso que me tomo el tiempo para pensar bien que haré.
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Memorias de mi Eternidad
VampireEsta es mi historia, o al menos una parte. Aquí relataré que es lo que me llevo a donde estoy ahora. Las decisiones que tome me hicieron lo que soy y no me arrepiento. Estos son los recuerdos de mis mejores días, las tan maravillosas, pero horribles...