Capitulo 5

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Me levante con la cara humeda, me la lave, y me volví a sentar en la cama no sabía que hacer, estaba pérdida.
- quieres comer - dijeron, mire, era la teniente Ramirez - no verdad....hoy vamos a salir a fuera, ven te hará bien.
- quien era el chino - dije, río.
- ese era el novio de la chica embarazada.
- puta madre - susurré.
- en 5 salimos ok.
- Ok - le dije y se fue.
"Vas a pagar por lo que hiciste cada día de tu vida", me agarre la cabeza con las manos, no alcanzó a llorar no tenia lágrimas, me lave la cara con las manos, me cepille lo dientes, me hice una coleta, la teniente venia gritando.
- vamos - me dice, asiento con la cabeza, y sali.
Salimos en fila, era un patio grande, con unas mesas desparramadas, una cancha de basketboll, y redeado de muros. Me pare allí, a ver el sol, el cielo, no se algo, trate de respirar, no era aire puro, pero algo es algo.

Había pasado una semana, creo, no se, era el juicio, mi juicio, para ver si era culpable de un crimen que no cometí, Ramirez vino, me miro, abrió la celda y salí, me esposo con las manos adelante.
Caminamos, llegamos a un cuarto, había un hombre de traje sentado al fondo de la piesa, diez personas allí que supongo que eran los jueces, Mario, estaba allí, en la otra mesa del costado.
Me hizo una seña para que fuera, me senté junto a el.
- comenzamos el juicio de la señorita, Lilly Williams - Mario se paro.
- quiero empezar diciendo que no hay pruebas de que esta mujer allá matado a la Chica.
- no hay pruebas - dice el juez.
- no no hay señor juez, no hay nada que pruebe que esta chica mato a la mujer.
- pero - dice unos de el fiscal y se para. - la denunciaron y la matricula es la misma que el auto de la señorita
- pruebelo - dijo Mario - es la matrícula pero quien asegura que fue ella quien estaba conduciendo - el fiscal se sentó.
- ok, esto es raro - dice el juez - voy pensarlo, en dos semanas otro juicio, dejame ver a la detenida. - me paro, me mira - ok, en dos semanas otro juicio - dijo, asentí.
- gracias - dije y me fui, mire a Mario. No le dije nada, porque por su culpa estaba acá.
Llegamos a la celda, entre, me sente en la cama, tenia una esperanza, dije, esperanza de que, el que me metió acá, me iba a sacar, mire al techo.
- ay no - susurré - prefiero quedarme acá - pensé la amenaza de ese chino, se me llenaron los ojos de lágrimas, no puede ser, pensé.

- Lilly - escuche que me llamaban, abrí los ojos, me senté en la cama - visita - dijo.
- el chino - dije y abri los ojos.
- si - dijo.
- no quiero - dije.
- tenes que ir - dijo, me pare de la cama me lave la cara, me acomode el pelo, y salí.
Fuimos al cuarto de visitas, ahí estaba el, con una pierna encima de la otra, y una mano encima de la mesa, no era capas que de mirarlo a la cara, me senté.
- escuche que no hay prubas en tu contra - dijo iba a decir algo - no me importas que salgas mañana o cuando sea, me voy a encargar personalmente de hacer de tu vida un infierno - su mirada penetraba la mía, su mirada negra, obscura, fria, su mirada decia venganza, salí casi corriendo de allí, el miedo se apodero de mi cuerpo, fui corriendo a mi celda, Ramirez la abrió y entre.
Mire al suelo, me agarre la cabeza con las manos, que hago, dije, no sabia que podía hacer, ese chino me iba a matar, su mirada lo decía, que hago pense, que hago, se me caían las lágrimas, como le iba a probar que no había sido yo, como.

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