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Notas iniciales: 

Disculpen si tardé en escribir este capitulo, la verdad tuve que tomar muchas fuerzas para hacerlo. Pero pude terminarlo.

Deseo de todo corazón que estén bien y disfruten del capitulo!

_._._._._._._._._.

Me sentía estúpido y extraño a la vez ¿Qué había hecho? Por qué maldita sea había actuado tan descaradamente. Sentía como se contraía dentro de mi, en mi pecho, mi corazón. Aquel musculo que bombeaba sangre en mi interior se comprimía, dolía y mucho, la presión allí se hacía más evidente y todo por recordar esos momentos. Mis músculos se tensaron sintiendo impotencia, fui un descarado al haberla tocado y besado de esa forma, pero... aunque me sentía molesto conmigo mismo, no me retracto al haber hecho eso.

Su hermoso rostro era la prueba viviente de que lo que hice valió la pena, valió la pena haber visto sus hermosas facciones. Creo que si no lo hubiera hecho, de todas formas no me lo hubiese esperado hasta el matrimonio. Me reí al pensar aquello. Pero igualmente aunque me hubiese gustado esa sensación de tenerla entre mis brazos y probar sus labios que se veían tan apetecibles, sabía que no había actuado correctamente. Le había herido, se notaba que le había lastimado de una forma muy cruel, y además de eso yo mismo había roto una promesa que le había hecho a alguien que sigo queriendo hace tiempo...

"Todavía te sigo recordando y aunque pasen los años, te sigo esperando mi querida Ángel..."

(...)


Me levanté temprano por la mañana, a pesar de no haber tenido una buena noche, intentaba ocultar mi rostro para que no se notara lo mal que me encontraba. Había estado pensando en lo que había hecho, no podía quitarme esos recuerdos y me sentía muy tribulado por dentro.

Sin más me encaminé a dónde se encontraba la cocina, al llegar al humbral de la puerta lo vi, preparando unas tazas de té, se encontraba mi maestro, él instantáneamente se dio cuenta de mi prescencia, dejó lo que estaba haciendo para voltear a verme.

-Espero que hayas pensado bien en lo que hiciste- habló de forma sería mirándome fijamente.
Sólo me límite a decir que sí.

-Puedo asegurarte que ayer quería golpearte por lo que hiciste...- Me quedé observandolo por un momento, la verdad que tenía razón, estando en su lugar habría reaccionado igual.

-Pero no es la forma, debes darte cuenta tú mismo del error que cometiste, debes ir y hablar con ella.- Su voz había cambiado un poco, se lo notaba más tranquilo y la verdad aunque no me gustara, él volvía a tener razón.

-¿Cómo se supone que hablaré con ella?... No quiere verme, me odia.

-No digas semejantes cosas, ella no te odia, el odio es un sentimiento muy profundo y destructivo, ella no siente eso. Sólo ésta molesta y herida.

- Aunque me diga eso se que no querrá hablar, no saldrá de allí.- Gowasu me miró por un momento, se acercó a mi, colocó una de sus manos en mi hombro y habló: -De eso no te preocupes que yo me encargaré.- Yo sólo asentí como respuesta, espero que pueda convencerla.

(...)

Parte de la mañana me dedique a entrenar luego de haber desayunado, si bien sabía que nuestra raza, Shin-Jin no eran natos en combate, yo quería demostrar lo contrario, porque lo necesitaría cuando sea Supremo Kaio-Shin.

Mi hermoso Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora