Capítulo 3: Profesora

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-Ah Eh I oh You-

Otro día del disparatado intercambio, y bueno, ahí teníamos a (T/n), parada y temblando en su sitio

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Otro día del disparatado intercambio, y bueno, ahí teníamos a (T/n), parada y temblando en su sitio. No podía soltar las palabras.

— Mmm —tragó saliva— Me gustaría preguntar: ¿Sí puedo cenar con usted? —soltó por fin.

Aquel albino fijó su mirada en (T/n), quien sostenía su lonchera en las manos. Él ni la había notado.

— Ah, Eres tú —mencionó desinteresado.

— ¿Eh?

Ella se quedó estática, ¿es qué acaso no la había notada? Pero sí ella estaba al lado desde hace un buen rato. Ignorando ese hecho, ella siguió esperando alguna respuesta por parte suya, aunque Subaru le daba igual algo tan trivial como comer.

— Acabo de terminar de comer.

¡Diablos! Llegó tarde. Un poco desilusionada agachó la cabeza, y con las ganas que tenía (T/n).

— No me importa si quieres comer aquí —dijo Subaru, animándola—. Solo no me molestes.

Ella sonrió, pues tal vez era su oportunidad de conocer más aquel albino.

— ¡Que bien! —exclamó contenta.

Sin más, se sentó al lado de aquel gruñón y sin escrúpulos empezó a comer, saboreando la comida. Con lo que a ella le encanta comer.

— Oye —dijo Subaru, atrayendo la atención de (T/n).

Se le notaba como arrugaba las cejas, también el gruñido que salía de sus labios y para el colmo, tenía un mal aspecto. Carajo, ¿Porqué estaba molesto?

— Come en silencio, mocoso —aquello sonó como una amenaza de alguna manera.

(T/n) quedó intimidada, tanto que se atragantó, tosiendo consecutivas veces mientras sin desfreno golpeaba su pecho, intentando apaciguar la comida. 

— Si serás ... Ten.

Subaru le entregó a nuestra protagonista su botella de agua, para que un instante se le fuera arrebata de la mano. Al fin de cuentas, exhaló hondo, aunque aún le dolía un poco el pecho.

— Gracias, Subaru —ella le regaló una sonrisa.

— Lo que sea. —intentó sonar desinteresado mientras observaba a otro lado.

Aunque realmente se sentía un poco apenado, pues no estaba acostumbrado a que alguien le dijese esas palabras, o que alguien nuevo hable con él. Pero, se sentía a gusto.

— Solo ten más cuidado al comer. No te atragantes, Shinbashi.—volvió a fijar su mirada en (T/n).

Sus ojos rojos se toparon con una (T/n) llena de comida en la boca, quien simplemente asentía ante sus palabras de precaución.



¿¡Me enamoré de un chico!? ||Subaru Sakamaki||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora