Capítulo 8: Ataque

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Un poco de emoción surgía en ella, pues se había puesto en mente en conocer mejor al copo de nieve de Subaru

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Un poco de emoción surgía en ella, pues se había puesto en mente en conocer mejor al copo de nieve de Subaru. Aunque, no estaba segura ... Sí él se enterase de que ella le estuvo mintiendo desde el principio seguro la odiaría.

Aún así, lo haría ... Ella se arriesgaría.



(T/n) buscó por el colegio al albino, confundiéndose de vez en cuando con otras personas y aún así no lo hallaba. ¿Dónde estaba?

Como última opción, ella decidió buscarlo en salón ... Y cuando sus ojos divisaron aquella cabellera albina no lograba creerlo, la búsqueda fue una perdida de tiempo. 

Subaru estaba de mal humor, se le notaba en el aire, pues una pregunta le consumía la mente.

— ¿Todo está bien, Subaru? —preguntó tímida (T/n), pero no obtuvo respuesta— Bueno ... Me voy.

Ella salió del salón, se llegó a reposar en la pared mientras se mantenía pensativa. Pensaba y pensaba en el posible problema del albino, pero no tenía idea.

— Con que aquí estás, Shinbashi —la voz áspera del Subaru la sorprendió.

— Por cierto, ¿Por qué estabas molesto?—preguntó curiosa.

El albino frunció las cejas, recordar aquel pensamiento que estuvo rondando por su mente comenzaba avergonzarlo.

— Está bien sí no quieres decirlo.

— Por lo menos no me vas a atosigar con preguntas —sus ojos rojos se veían aliviados.

Al oírlo logró recordar algo, la razón del porqué lo buscaba desesperadamente.

— Subaru, hablando de preguntas —una mirada asesina de posó en ella— Eh, esto ...

— Ve al grano, mocoso.

— ¿Te gustaría acompañarme al cine? —le mostró las entradas, se le notaba muy apenada— Mi hermana me regaló estos dos boletos y no quisiera que sea dinero desperdiciado. 

Dentro de la cabeza del albino todo le sonaba muy raro, de hecho le sonaba mucho a una cita. No, no, no, Subaru descartó ese comentario suyo.

— ¿Eso no es cosa de parejas? 

— P-Pero solo es como amigos y ya, no hay intenciones ocultas ni nada por el estilo —aclaró (T/n).

— Supongo que no tengo opción, o sino seguirás insistiendo y eso no es lo que quiero.

Una suave sonrisa se plantó en los labios de (T/n), comenzaba a sentirse más cercana a él, a Subaru.

— Ayato —murmuró con fastidio.

Ella volteó, sus ojos se llenaron de sorpresa al ver a aquel pelirrojo detrás suyo, en ningún momento sintió su presencia.

— Mmm, Hola —dijo con duda, pues Ayato llevaba una mala cara—  ¿Todo está bien?

— Necesitamos hablar.

Agarró la muñeca de (T/n) y la condujo a otro lugar, sin antes echarle una mirada a su hermano con cierto repudio.

Luego de un tiempo llegaron a la enfermería, ella no pudo evitar sentirse más confundida de lo que ya estaba y más que el profundo silencio no ayudaba.

Ayato cerró con pestillo la habitación, alarmada (T/n) volteó, se le veía algo penumbra.

 — Acaso te di permiso ... — masculló.

El pelirrojo se acercaba a ella de manera peligrosa, pues aquel chico estaba un poco consumido por la rabia.

 — ¿D-De qué hablas? —cuestionó temblorosa.

Para cuando ya lo tuvo en frente, (T/n) estaba paralizada, no comprendía el porqué no podía moverse. Una sonrisa sarcástica recorrió los labios de Ayato.

— ¡Acaso te di permiso de que salgas con Subaru! —le gritó.

Bruscamente la empujó hacia la cama del lugar ... Ay no, ella tragó saliva nerviosa. ¿Pues qué planeaba hacerle?
Ayato lentamente la acorraló entre sus rodillas y manos, lo que más le preocupaba a (T/n) es que estuviese encima suyo.

— A-Ayato, déjame salir —mirarle a los ojos la dejaba sin aliento.

— Solo cállate —dijo Ayato, pero aquella tonada la hizo temblar.

Esta situación le comenzaba asustar, ella no quería estar ahí, le atemorizaba cruzar miradas. Era obvio que él, Ayato, notaría su temor.

— Así que ahora tienes miedo, ¿eh? —mencionó irónico mientras lanzaba una sonrisa ladina.

Ayato se acercó a su rostro, se mantuvo a una pequeña distancia y soltó una pequeña risa al ver su expresión.

— Pues ahora me tendrás más.

Ella debía salir, tenía que huir, no iba permitirle eso a él. (T/n) le mandó un puñetazo, pero Ayato atrapó su mano como sí de un chiste se tratase.
Él sujeto con firmeza su muñeca, la tenía donde quería, y entonces, Ayato olfateó y lamió la zona que sujetaba.

¿Pero qué? Un escalofrío pasó por (T/n).

Ayato le sonrió, revelando la verdad, aquella verdad de que él ... Es un vampiro. Los colmillos se hacían presente y aquella mirada con sed de sangre se quedaban grabadas en la mente de (T/n).
Y sin remordimiento alguno, clavó sus afilados colmillos y le provocó a ella un gran quejido.

— Interesante sabor, aunque no es el mejor —relamió aquel poco de sangre que se la había escapado.

(T/n) lo miro horrorizada, no recordaba como diablos se había metido en esto, el temor inundaba su pecho. Ella deseaba que alguien la rescatara, tenía miedo de él.

— Vaya, me encanta verte así.

— ¿P-Porqué? —murmuró débil— ¡Suéltame!

Ayato chasqueó la lengua, se aproximó lentamente hacia su cuello, ya la tenía ante su poder, no iba a huir.

— Este tu castigo, sólo diré eso —susurró Ayato.

Lamió una y otra vez, humedeciendo la zona antes de hundir sus colmillos en ella. Succionando cada gota que provenía de su sistema.
Al cabo de unos segundos, la vista (T/n) comenzaba a nublarse y sin antes ver su sádica sonrisa.

□Continuara□

¿¡Me enamoré de un chico!? ||Subaru Sakamaki||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora