POV: Albus Dumbledore
Aquel era un gran día para el mundo mágico, un día que marcaría un antes y un después en la historia del mundo mágico, más concretamente esa misma noche había supuesto un punto de inflexión con la derrota de Tom, conocido por todos como Lord Voldemort, el señor oscuro o El que no debe ser nombrado.
No podía encontrarme más que complacido con el rumbo de los acontecimientos. Desde que Voldemort había escuchado parte de la profecía que vaticinaba su futura derrota contra un bebé, había actuado sólo con su orgullo y, tal y como había planeado, había conseguido deshacerme temporalmente de Tom aunque nunca había esperado que mis planes se adelantarían tantos años, esos eventos solo podían ser considerados positivos.
Comprendía que para los muggles, desconocedores del peligro que suponía Tom para el mundo, pudiera ser un día más como cualquier otro en sus vidas, pero realmente toda la comunidad mágica tenía motivos para celebrar la primera de muchas victorias de la luz. Por supuesto era consciente de que Tom no era tan débil como para morir por culpa de un bebé de un año de edad, pero su fuerza habría mermado considerablemente y tendría que esconderse para reponerse.
Me quedé esperando pacientemente en aquella calle muggle a que Rubeus Hagrid llegara con el pequeño niño y poder analizarle más de cerca mientras que saboreaba uno de mis preciados y deliciosos caramelos de limón.
Pensando en el pequeño y último heredero de la línea Potter supe desde que se me notificó la muerte de James y Lily que tendría que aislar al niño del mundo mágico puesto que si se criaba en un ambiente donde siempre sería alabado, consentido y con infinidad de riquezas se volvería una persona confiada y engreída como James y eso no era nada beneficioso para todos los planes que había realizado por tanto tiempo.
Necesitaba que aquel niño tuviese ciega confianza en mí, que me viera como su salvador para, de esa forma, poder manipularle sin ser cuestionado, puesto que Harry no confiaría en las palabras que otros pudieran decir y cuando llegase el momento finalmente le utilizaría para que Tom y Harry se asesinen mutuamente, quedando él nuevamente como el gran salvador del mundo mágico, por supuesto todo aquello solo era por el bien mayor, después de todo yo había presenciado innumerables batallas contra los magos oscuros... Un par de sacrificios siempre debían ser necesarios para llegar al bien común.
Mientras divagaba en mis pensamientos vi aparecer al semi-gigante Hagrid con la motocicleta que le pertenecía a Sirius Black, el mejor amigo de los Potter y el padrino del niño que Hagrid debería haber recogido.
-Señor, aquí está el pequeño Harry, tal y como me lo pidió.- Sonreí siendo consciente del control que tenía sobre Hagrid, por muy cuestionable que fuese su inteligencia Hagrid me era absolutamente leal, siempre hacía cualquier cosa que le pidiese y esa era la gran virtud por la que el semi-gigante seguía siéndome de utilidad.
-Gracias, por traer al pequeño, a partir de ahora me encargo yo.- Dije extendiendo los brazos para coger al pequeño que dormía bien tapado entre sus mantas, Hagrid me tendió al niño sin rechistar, aunque con algo de pesar en su rostro.
Al tenerle entre mis brazos de inmediato pude percibir la gran cantidad de magia que desprendía aquel niño. Cuando comprobé que Hagrid se había marchado de Privet Drive destapé un poco al niño examinándole cuidadosamente la frente, de ella procedía una gran cantidad de magia negra y entonces estuve completamente seguro de que el niño se había convertido en un Horrocrux de Voldemort, es decir, que tenía una parte de su alma adherida, lo que hacía mucho más sencillos todos mis planes.
Sonriendo ampliamente pasé el dedo por la frente sellando el alma de Voldemort para que se estabilizase y no escapase del bebé, además le lancé un hechizo de retención de magia viendo que seguía desprendiendo un poder extraordinario para ser un simple niño, tenía que detener completamente su crecimiento mágico para que no se desarrollasen sus poderes nunca, así sería más controlable.
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De Luz y Oscuridad. [Leer la nota Final Primero]
Fanfic¿Y si la historia no fuera como la conocemos? ¿Y si Harry Potter hubiese sido abandonado en un orfanato? Harry Potter, el niño que vivió, el Salvador del Mundo Mágico, abandonado por sus tíos, por el mundo mágico; una vida dura, un odio creciente...