Regreso a Hogwarts

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/1 de Septiembre/Estación de King's Cross/

POV: Harry Potter

¿Había llegado a pensar en algún momento que las vacaciones eran agradables? Eso era porque no me había esperado hasta el final de estas para dar mi opinión. Sin duda las vacaciones suponían una total y absoluta molestia, no debería ser legal que los magos y brujas tuvieran tanto tiempo libre.

Tal vez estaba dramatizando demasiado, podría ser posible, pero me encontraba de muy mal humor. Había sabido que la noticia de que el orfanato muggle que había atacado Lord Voldemort era en el que yo había vivido saldría a la luz algún día, pero no había esperado que sucediese dos semanas después de la fiesta de cumpleaños que me hicieron los Malfoy.

Cuando todos se enteraron de la noticia y de que había sido legalmente adoptado por los Malfoy se armó un escándalo impresionante. No podíamos salir a ningún lugar sin que nos señalaran con el dedo o intentasen secuestrarme.

Las cartas de Athenea y Theo habían sido frenéticas al enterarse de todos mis problemas con la custodia. Theo incluso había llegado a pasar varios días con nosotros para asegurarse de que estuviera bien, como si todo ello fuera a significar para mí algo más que un incordio.

Por lo que me había comentado Athenea, Lord Le Fay había considerado que el Reino Unido ya no era un lugar seguro por la presencia del Señor Oscuro, tenía razón en que habría más guerras, pero dudaba mucho que fuesen a suceder de inmediato. El caso era que Lord Le Fay había matriculado a Athenea en Durmstrang y eso significaba que no podría utilizarla con tanta facilidad.

Lo único bueno de aquella situación era que Athenea me había hecho una promesa de magos jurando que convencería a los alumnos que merecieran la pena de que se unieran a mí. Ese tipo de promesas hacían que si incumplías tu palabra perdías la magia y dudaba mucho que la chica fuera a arriesgarse de esa manera, así que podría expandir mi control del mundo mágico a otros países sin tener que mover ni un solo dedo, muy conveniente.

Por supuesto ella no era tan imprescindible, ya se me había pasado toda la curiosidad que sentía, había conseguido comprenderla y ya no pensaba apenas en ella, a no ser que me enviase alguna carta, por lo que mi día a día sería tan llevadero como de costumbre, simplemente tendría que buscar algún nuevo pasatiempo para que todo fuera más llevadero.

Había conseguido comprender que aquella atracción era debida a nuestros ideales en común y la poderosa magia negra que la rodeaba, pero comparándola con Tom ella no era ni la mitad de poderosa, por lo que su magia comenzó a parecerme más normal y a dejar de ejercer influencia sobre mí y yo pude comportarme como lo haría con cualquier otra persona.

Pero eso no era realmente importante a comparación de los otros eventos del verano. Debido a la repercusión mediática de mi caso, y seguramente a la intervención de Dumbledore, se realizó un juicio bastante rápido en el que muchas familias se presentaron reclamando mi custodia, entre ellas aparecieron los siempre insufribles Weasley.

Los Malfoy recurriendo a todas sus conexiones finalmente consiguieron mi custodia. Aún así fue un arduo proceso ya que Dumbledore era mi representante legal en el mundo mágico y él quería que viviese con los Weasley, incluso tuve que hablar con medimagos especializados en psicología para que ellos diesen el visto bueno, solo gracias a eso permitieron mi estancia con los Malfoy.

Durante todo ese tiempo tuve que quedarme encerrado en la mansión viendo, día tras día, cómo en el profeta se relataba cada pequeña información que obtenían sobre mi vida, muchas de las cosas que se decían eran puras mentiras, pero no me servía de nada intentar corregirles con todo el jaleo que se había formado. Cuando el ambiente estuviera más calmado me pronunciaría.

De Luz y Oscuridad. [Leer la nota Final Primero]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora