Quinta historia P1

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Era una noche fría, para suerte de todos, Sakura estaba de guardia en el hospital y a pedido de Temari, Ino sería su ayudante.
Shikamaru estaba al lado de su esposa tomando su mano y secandole sudor de la frente. Tenia una expresión angustiante, odiaba ver sufrir a su chica pero sabía que ese sufrimiento era necesario si quería que Shikadai naciera.
A causa de su estado riesgoso no podían usar calmantes, la más mínima anestesia podía matarla.
Todos estaban preocupados por el lento y doloroso trabajo de parto que la rubia tenía que hacer. Llevaba ocho horas con contracciones, gemía y lágrimas se escapaban de sus ojos por el dolor, pero no gritaba. No quería llamar la atención.
Habían pedido que se le permitira a Shikamaru quedarse durante el parto, pero por la complejidad del mismo, esto iba a ser imposible.
- Problemática ¿Queres que llame a Sakura?
- No te preocupes, no creo que haga falta aún... quiero que te quedes conmigo todo lo que se pueda.
Temari apretó los dientes, estrujó la mano de su esposo y se tomó la panza con la otra. Cerró los ojos con fuerza y aguantó lo más que pudo.
Shikamaru no podía verla más así, salió de la sala y llamó a Sakura. La pelirosa le dijo que ya era hora y Shikamaru se sentó en la sala de espera junto a sus cuñados, Yoshino y Choji.
Las horas pasaban y solo se escuchaban más instrucciones que mandaba Sakura a las demás asistentes y enfermeras, ni gritos, ni llantos. Shikamaru no sabia que hacer, casi no le quedaban uñas en los dedos y estaba todo despeinado por haberse pasado la mano por la cabeza tantas veces. Su madre le acariciaba la espalda y Choji le repetía que todo estaría bien. Gaara y Kankuro estaban en la misma situación que él, saber que su hermanita estaba pasando por una de las cosas más dolorosas de su vida no les agradaba,y más un sabiendo que ninguno de ellos podía hacer nada.
Todos se quedaron estáticos cuando oyeron un llanto y grito agudo de la sala. Instintivamente los presentes volteaorn a ver a Shikamaru, quien tenía la vista fija en la puerta rogando para que se abriera y lo dejaran pasar.
Sakura se limpió el sudor de la frente y se dedicó totalmente a Temari luego de entregarle el pequeño bebé a Ino para que se lo presentara la familia.
La rubia salió con lágrimas en los ojos anunciado la nueva vida, Shikamaru tomó a su bebé en brazos y no pudo evitar que las lágrimas se deslizará por sus mejillas, lo mismo ocurrió con la orgullosa abuela, el Kazekge y el marioneta no pudieron ocultar el brillo de ternura en sus ojos al ver al hermoso niño en los brazos del hombre de su hermana.
- Shikamaru, Sakura quiere que estés con Temari. Ella está demasiado débil.
Todos borraron las sonrisas y esta vez, una lágrima del Nara cayó por el miedo a perder a su esposa. Ino le abrió la puerta y lo guió hasta la cama de Temari.
Sakura estaba a un lado de ella con expresión cansada y triste, se dio cuenta que no se podía hacer nada más y eso molestaba a todos.
Cuando la vio no supo que decir. El color rubio del cabello estaba opaco, rostro pálido, con ojeras y sudor por todo su cuerpo. Pero con una sonrisa en los labios.
- Quiero verlo...
Shikamaru le beso la frente con mucho cuidado y acercó a Shikadai al rostro de su madre para que lo contemplara.
- Es perfecto.
- Es nuestro, problemática.
- Shikamaru... no pienses que te lo voy a dejar todo a ti...
Ella cerró los ojos y su rostro se relajo, Shikamaru se quedo con ella unos minutos y luego de llamarla y que no contestara rompió a llorar despertando a su bebé.
Sakura sollozó y salió de la sala, no podía ver la escena. Ino se colocó detrás de su amigo y puso sus manos en los hombros de él. Gotas saladas caían en silencio por sus mejillas, el Nara estaba desconsolado, sus peores miedos se habían cumplido, ella se había ido y no había cumplido la promesa de hacerlo juntos. El se había quedado roto, sin compañera, sin amor.

Las horas habían pasado al igual que las personas a despedirse de la kunoichi. Solo estaban Gaara, Kankuro y Shikamaru en la habitación de hospital. Uno más desconsolado que el otro, se miraban por momentos pero no dijeron nada, era un dolor más grande del que habían imaginado.
Shikamaru le había entregado a Shikadai a su madre e Ino para que ellas lo cuidarán mientras ellos tres velaban a Temari.
Todo estaba en completo silencio, un silencio abrumador, cargado de tristeza y que cubría todo con un manto negro, donde no se reconocían las caras del dolor plasmadas en ellas.

Shikamaru y Temari Donde viven las historias. Descúbrelo ahora