Sexta historia

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Temari suspiró. Estaba cansada, los párpados se le caían y los músculos no le respondían. Nunca pensó que quedarse en el lugar de Gaara como Kazekage, seria tan estresante.
Sus hermanos la habían sorprendido ni bien llegada de una misión rango A, con que ellos tenías que irse a un viaje político al país del agua, quedando ella a cargo de Suna.
Unos pequeños golpes en la puerta se escucharon a lo que ella dijo un lamentable "pase" y a la oficina entró Matsuri.
- Temari-san, acaba de llegar este pergamino del país del agua, tiene el sello del Kazekage.
La rubia lo abrió con sumo cuidado y no cabía en su asombro cuando leyó lo que decía. 
- Voy a matar a mis hermano...
Estaba roja de la ira y una venita sobresalía de su frente. Lanzó el pergamino con tanta fuerza que quedó incrustado en la pared.
- ¿Qué pasó, Temari-san?
- Que tu querido Kazekage y el maravilloso jefe de las fuerzas armadas, decidieron que va a extender el viaje unas dos semanas mas. Voy a matarlos. Matsuri, podrías traerme un calmante y agua.
La chica asintió y salió corriendo a buscar lo pedido. Temari se masajeó la sien y escribió una carta maldiciendo a sus hermanos para enviarla como respuesta.
Los exámenes Chunin estaban a la vuelta de la esquina, había un montón de cosas que terminar y Gaara decidió, junto con Kankuro, que seria una buena oportunidad para afianzar las relaciones y salir a dar una vuelta para presentar respetos a los demás países por confiarle a Suna los exámenes.
Era una cosa de protocolo, que podría haberle encomendado a ella, pero todos dijeron que al pelirrojo le venían bien unas vacaciones y ambos hermanos salieron dejándola a cargo.
La puerta se abrió y levantó la vista, sonrió con cansancio y cerró los ojos para disfrutar más el beso en la frente.
- No te compliques, problemática.
Shikamaru pasó a la oficina y luego de mimar a su futura esposa, después de que los sabios del Clan Nara la aceptaran, y se sentó en la silla delante de ella.
- Voy a ser hija única dentro de poco.
- Te ayudo con lo que tengas que hacer.
Temari tomó el calmante y agua que había traído el manipulador de sombras y le mostró todo el papeleo que tenia que terminar.
- Nunca pensé que a Gaara se le atrasara tanto los documentos.
- Supongo que a todos los Kages les pasa.
Temari volvió a leer los papeles y Shikamaru los ordenaba. Eran un buen equipo, no importaba si era en un campo de batalla o en una oficina, ellos se complementaban siempre.
La chica no se estaba sintiendo bien, le dolía la espalda y el calmante no había hecho otra cosa más que darle sueño, Shikamaru la miraba de reojo, no quería presionarla para que descanse pero se preocupaba por ella.
El estaba de licencia por tener un brazo roto, a pedidos de los médicos dijeron que era mejor que se quedara en la aldea de Suna que quedaba más cerca del lugar de la misión. Sus demás compañeros ya habían regresado y el no pudo evitar pedir unos días mas de licencia, al enterarse que la problemática de su prometida estaba como Kazekage.
- Esto me demuestra que no cualquiera puede ser Kage.
- Lo se. Temari...
- Dime.
Shikamaru la miró a los ojos y suspiró.
- ¿Quien te parece que es el rey que debemos proteger?
Habían estado varios años juntos y se conocían hacía una eternidad, pero nunca le había hecho esa pregunta a la chica, vio como se reclinada contra el respaldo y pensaba la respuesta.
- Qué tenemos que cuidar como Shinobis... -Temari abrió los ojos y sonrió de forma tierna- Supongo que a las futuras generaciones, a las personas que amamos. Como lo hace un Kazekage, ama a su aldea y por eso la defiende ante todo.
Shikamaru la miró asombrado y muy feliz, no se contuvo y fue a besara aunque ella se recistiera al comienzo. Siempre hacia lo mismo, era difícil al principio pero luego se relajaba y dejaba que sus emociones se desataran. Se separaron y lo miró divertida.
- ¿Por qué fue eso?
- ¿La pregunta o el beso?
- Ambas.
- Quería saber con la pregunta si eras una persona normal o alguien tan especial como yo veo, y al responder lo que dijiste lo confirmaste, eres muy importante para tu aldea y par mi. El beso fue porque me lleno de orgullo que representaras tan bien el legado de mi padre.
- No entiendo...
- Mi padre, por medio de Asuma Sensei, me enseñó la lección que tenemos que proteger el futuro, las nuevas generaciones, y no el pasado, el Hokage. Que el pasado nos ampare pero que no nos dirija en lo que está por venir.
Temari sonrió aún más y sin reparos se tiró al cuello de Shikamaru para darle un merecido abrazo.
- Tu padre y Sensei fueron unas personas formidables. Y agradezco que ellos te hayan cuidado, prometo que no los voy a decepcionar y a partir de ahora, yo cuidaré de ti.

Shikamaru y Temari Donde viven las historias. Descúbrelo ahora