Capitulo 21

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Se estiro para firmar aquel papel, con manos temblorosas firmo aquel documento que la declaraba oficialmente esposa de Aleksei.

Su firma un sin fin de garabatos que daban nombre y apellido sobre aquella línea, dejo el lapicero de pluma delgada con cuidado sobre la mesa de caoba oscura. El corazón le latía como si fuera a salirse de su pecho en esos momentos, se hizo hacia atrás para quedar recostada en la silla de ruedas que estaba usando temporalmente, el médico le había dicho que no debía hacer nada esfuerzo, coraje, estar tranquila y sin preocupaciones.

Aleksei hizo lo mismo que ella, firmo el documento que los declaraba marido y mujer, pero él no parecía nervioso más bien frío como si le diera igual todo.

Una parte de ella se sentía herida por su actitud y la otra parte agradecida, eso le demostraba que no debía darle su corazón a un hombre frío sin alma.

Desvió la mirada hacia los demás, Sasha le sonreía aún cuando su aparecía era algo de "bad boy", Galen parecía algo aburridos sacando chicle, Kat sonreía cruzada de brazos como si en verdad se alegrara por ella.
Los demás estaban parloteando entre ellos restandole importancia.

- Bueno -comenzó a decir el Juez- ya son marido y mujer, señor Sarova puede besar a la novia.

El corazón se le detuvo cuando Aleksei se inclino, ¿la besaría? Desde que había salido del hospital él se comportaba con frialdad con ella y con los demás.

Abrió un poco la boca para tomar un poco de aire, el corazón le latía tan rápido que hasta dudaba que los demás no pudieran escucharlo, unos fríos labios carnosos le besaron con suavidad y todo los pensamientos que tenía se fueron por arte de magia, deseo que el beso se volviera más profundo pero sus ilusiones se quebraron al instante cuando Aleksei se separo de ella y se irguió a su altura de de un metro ochenta y nueve.

- ¿eso es todo? -pregunto el juez- bueno, con tu permiso Aleksei.

Temblorosa rozo sus labios con su mano izquierda, desearía no estar a la fuerza en ella silla de ruedas, estando así se sentía muy vulnerable ante él, por lo menos parada podía sentirse más segura pero así...

Salió de su mente cuando Aleksei comenzó a llevarla fuera del juzgado.

- Puedo manejar yo sola la silla -dijo algo enojada- me haces sentir invalida y no lo estoy.

- No voy a discutir sobre esto -respondió Aleksei- no estas acostumbrada a usarlas así que puede que te lastimes.

¿Y según don frío no iba a discutir?, suspiro para no replicar, su vista se topó con Galen que estaba tocándole el culo a Kat y está le daba golpes para que dejara de hacerlo.

Los demás se fueron en otra camionetas y ellos en otra, se levanto con cuidado, todavía le costaba moverse dado por las costillas rotas y la cabeza aún le dolía un poco no tanto como antes, Aleksei la sujeto de la cadera y la alzo para que quedara arriba del asiento, se acomodo y se abrochó el cinturón.

El transcurso fue silencioso, ¿podían decirse algo sin acabar discutiendo? No, discutían, al final Aleksei la dejaba sola en mitad de la discusión y eso la enfurecía aún más.

Se la paso mirando por la ventana el paisaje, el cielo comenzó a nublarse para luego comenzar a llover con fuerza, por el retrovisor vio que dos camionetas blindadas los flaqueaban se tensó.

- Son mis guardaespaldas -hablo Aleksei sin despegar la mirada del frente-

Soltó toda la tensión para relajarse, cerró los ojos así descansando, la incomodidad estaba entre ellos. Se había quedado dormida hasta que Aleksei la cargo y la llevo dentro de la gran mansión estilo victoriana, seis camionetas de color negro estaban aparcadas en el gran estacionamiento, arbustos con formas de animales adornaban el patio delantero.

Aleksei la dejo con cuidado en mitad de la entrada, se ajusto el vestido y alisó la falda del mismo dado que se le había subido.

- ¿Quieres la silla? -pregunto Aleksei- La mandó a...

- No, estoy bien así -no le dejo terminar- mucho tiempo sentada me duele la cadera.

Había estado casi un mes internada para que le diera el alta, ahora podía decir que dentro de unas semana cumpliría cuatro meses, toco su vientre algo abultado podía sentir los pequeños movimiento de su bebé.

El médico le había dicho que a partir de los cuatro meses ya podía saber el sexo del bebé, se acaricio emocionada, cada poro de su cuerpo se abría ante una corriente eléctrica que sólo sentía cuando Aleksei la observaba.

Sus ojos chocaron con unos grises fríos, él no la mistaba al rostro sino donde ella tenía sus manos, en su vientre y le vio apretar la mandíbula.

- Vamos, vas a descansar y comer -indico pasando por delante de ella-

Lo siguió a paso lento, él lo sabía porque su caminar era lento aunque la tensión de su cuerpo lo delataba.

- No creo poder recordar bien cada camino -dijo algo sorprendida- son muchos pasillos...

- Com el tiempo te los aprenderás -respondió Aleksei-

- Soy mala en ello -río- me perdía en la casa, el señor Gustavo me buscaba después de media hora no aparecer. -extrañaba a los empleados que la vieron crecer- la casa de mis padres es muy grande, jamás pude recorrerla toda sin acabar perdida.

Estaban caminando juntos, le vio esbozar una sonrisa.

- Tendré que ponerte un GPS por precaución.

- L verdad -dijo alegre- Billy si sabía cada rincón, me costaba encontrarlo cuando jugábamos a las escondidas.

- Tu hermano era muy bueno escondiéndose cuando hacia algo que sabía que me enojaría -Aleksei sonó nostálgico- al final no hacia nada contra él.

Aleksei coloso su mano en su cintura para guiarla hacia la derecha donde estaba un gran comedor para quince personas y una gran araña de cristal colgando, las paredes de un color crema adornadas clm cuadros que debían valer miles de dólares o euros.

Aleksei le jalo una silla para que ella tomara asiento, lo hizo y luego él la acomodo bien , pensó que él tomaría asiento pero no fue así.

- ¿No vas a comer?

- No. Tengo unos asuntos de los cuales encargarme.

Aleksei le beso la frente y se fue justo cuando una sirvienta entraba con una bandeja. El estómago se le contrajo, el gesto de Aleksei le dolió, él no quería estar con ella.

- Espero que le guste la sopa de especie con crema, las tostadas -sonrió la chica- el jugo esta recién exprimido, con su permiso señora Sarova.

Ella era la señora Sarova, el estómago se le contrajo, ¿iba a poder acostumbrarse aquello?

- Gracias -dijo a nadie, la sirvienta ya se había ido- ¿podré ser feliz?

Ni ella misma podía responderse esa pregunta. Término de comer y Galen apareció.

- ¿Ya estas mejor? -la radiante sonrisa de Galen la sonrojo-

- Si, aunque muero por estar en cama -suspiro llena- estoy cansada, además estoy un poco mareada.

- entonces -Galen se levanto- vamos a la recámara de ustedes a que descanses, no queremos bichito se sienta mal.

Galen le había dado ese apodo al bebé, río y negó al mismo tiempo , ella se levanto y siguió a Galen por los pasillos, la mansión era enorme y tenía demasiadas habitaciones.

Galen la llevo a la habitación que compartiría con Aleksei... Su esposo.

- Descansa, si deseas algo sólo pulsa aquel botón blanco -señalo el botón que estaba sobre un costado de la cama por arriba de la mesilla de la lámpara- vendrá alguien, descansa.

Galen le hico cosquillas en su pequeña barriga, se rio y casi cerraba espero Darkness entro corriendo.

- Te extrañaba, se divorció de Alek -río Galen- bueno a dios.

Cerró la puerta, volteo a ver a Darkness que estaba acostado debajo de la cama, bostezo y sin más se acostó, tomaría una siesta.

BREAKING RULESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora