Capitulo 30

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Llegaron a lo que venía siendo una gran mansión, la casa destilaba opulencia y dinero con tan sólo echarle un vistazo de forma externa, ya se imaginaba la decoración del interior de aquella gran mansión que tenía a su vez un gran jardín delantero. La limosina seguía un camino especial para no aplastar el monte, observo figuras de animales recreadas en grandes arbustos, una fuentes muy hermosa, había rosas, alcatraces, girasoles y otros tipos de flores, y vio a Darkness corriendo, no puedo evitar soltar una risita al verlo correr con el Chihuahua que más bien parecía una garrapata ante la complexión grande de Dark. Pero la sonrisa se le borro al voltear a ver a Aleksei, estaba concentrado en la Laptop que ignoraba por completo todo lo demás, no podía evitar caer embobada ante la belleza de su esposo pero eso no borraba los sucesos anteriores, la facilidad con la que podía matar.

Dejo de verlo en el momento en que la limosina paraba, nerviosa entrelazó sus manos mientras su esposo bajaba la tapa de la Laptop para mirarla con esos fríos ojos grises; ninguno de los dos se hablo, sólo se quedaron mirando sin decirse nada en realidad, la puerta se abría dejando ver al chofer que les indico que ya estaban en la entrada de la gran mansión. El hombre le tendió la mano para ayudarla a salir pero ella rechazó el gesto y salió lo más dignamente posible, escucho una risita por parte del chofer, que importa si se estaba burlando de ella está vez no iba a ser una sufrida.
Subió los escalones de la entrada sin esperar a Aleksei, en la entrada había un mayordomo que los esperaba, al verla el hombre mayor le abría la puerta.

— Buenos días, señora Sarova. –La voz del mayordomo era formal– Soy Michael, estoy para servirle en lo que ordene.

— Gracias. –Le regaló una pequeña sonrisa–

Al entrar no hubo duda de que su esposo estaba lleno de dinero y poder, el interior tenía un estilo clásico y contemporáneo al mismo tiempo.

Se detuvo a esperar a Aleksei para que le digiera cual iba a ser su recámara, giró la cabeza para verlo, tantán arrogancia y magnéticos lo hacia ver desgarradoramente perfecto en un sentido superficial, porque lo poco que lo conocía y lo que había visto le decía que bajo esa capa de belleza se ocultaba un hombre cruel, sin corazón y asesino, manchado de sangre corrupta e inocente, hundido en las drogas y otras cosas que si les daba poder la desgarrarían, no podía decirlas porque le daba miedo sos clase de persona que eran los mafiosos.

Aleksei se detuvo a su lado, su mirada fría quemaba, llena de valor le sostuvo la mirada, lo amaba y odiaba al mismo tiempo, pero no iba ser más la sumisa Maya, iba a tratarlo como él la trababa.

— Michael te llevara a nuestra recámara para que descanses, si quieres algo pídeselo a él o a cualquiera de la servidumbre, puedes salir e ir a cualquier parte de la mansión o lugar con dos guardias, no saldrás sin vigilancia.

Iba a estar vigilada en todo los sentidos, todo lo que hiciera sería bajo la vista de los hombre de Aleksei, ¿Que era peor? En cierto sentido prefería vivir con sus padre que con este hombre cruel. Sin más que decir Aleksei se alejó de ella yendo a otra dirección, lo vio desaparecer en uno de los pasillos, ella respiro hondo, iba a tenerte que soportar esta clase de vida, adaptarse y sobrevivir hasta que tuviera una solución a todo esto.

— La llevare a sus aposentos.

Siguió a Michael que la llevo a la segundo planta, el suelo de madera estaba cubierto por una hermosa alfombra dorada con bordes cafés que parecían ramilletes, en el centro la imagen de una flor hecha por rombos, era algo extraña pero hermoso. Michael la llevo hasta al final del pasillo de parte derecha, demasiado grande y lleno de habitaciones y pasillos, una gran puerta doble le daba la vista, el mayordomo abría aquella puerta doble que dio paso a una gran recámara.
En el centro estaba la cama más grande que haya visto con dosel, la cama estaba llena de almohadas azules y grises, un cobertor grande de un azul oscuro que caía hasta casi llegar al suelo, había una alfombra blanca de felpa, dejo de ver la gran cama para ver los ventanales que daban una cita genial a la recámara, una de los ventanales daba un cobertizo donde había una mesilla y sillas para tomar el Te o el desayuno, también había un gran Close para guardan un montón de ropa y zapatos, camino para ver el cuarto de baño, jadeo al ver lo hermoso que era, un gran jacuzzi en un costado de la pared, el suelo era de mármol oscuro, una ducha de pared de cristal con una regadera movible, el lavabo hecho de porcelana, mármol y madera la cajonera donde se guardaban las cosas, un espejo grande justo en el centro. Podía vivir eternamente ahí.

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