Capitulo 25

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Fue a la zona de dulces para comprar algunos dado que tenía un gran antojo por chucherías que se le hacia agua la boca de imaginárselo.

Compro un poco de todo, ignoro a su esposo mientras hacia eso pero al parecer a Aleksei no tenía intención de ser excluido.

Durante la función varias chicas le lanzaban miradas a Aleksei la cuales ignoraba, no le importaba que él hiciera lo que quisiera le valía un pepino curtido.

Se metió dos gomitas a la boca, cogió su vaso de refresco pero estaba vacío, como odiaba eso. Iba a tener que ir por otro pero no quería perderse la película...

Bien, Aleksei no iba a estar de adorno ahí sentado, le pinchó el brazo lo suficientemente fuerte para que él la volteara a ver frunciendo el ceño.

— Me harías el favor de ir por otro –movió el vaso de coca cola– me sería muy difícil de moverme así. –señalo su vientre abultado–

Creyó que Aleksei protestaría pero sólo le quitó el vaso y fue a por otro, fijo su vista en la pantalla e ignorado las tontas risitas de las mujeres una fila más bajo.

Estaba concentrada en la película que no vio en que momento su esposo llego, le agradeció distraída, una hora después término la función.

Acepto la ayuda de Aleksei al ayudarla a levantarse, iba a protestar cuando el le quitó la bolsa de gomitas y el vaso de coca cola.

— Demasiado dulce para ti –dijo con una frialdad que la irritaba– vamos.

Enojada lo paso de largo, no era uno de sus trabajadores para que le diera órdenes y Aleksei se podía meter sus órdenes por donde más le entraban. Así fue al baño de mujeres a hacer su necesidades, tardo un poco ya que había una pequeña cola para entrar en los cubiculo.

Satisfecha salió un poco mejor contenta, noto que había varios grupitos de mujeres pululando sobre Aleksei y su magnetismo misterioso y cruel. ¿Qué tenían los hombres malos que atraían a las mujeres como la miel a la abeja?

Camino hacia Aleksei, muchas la miraron de arriaba abajo con odio, las ignoro no les importaba lo que esas mujeres pensarán de ella, las cosas la estaban cambiado.

Al llegar a lado de su esposo, él sólo asintió mientras hablaba en otro idioma no podía de cifrar cual era, comenzaron a caminar mientras Aleksei seguía hablando y ella veía los escaparate de las tiendas. Una lástima que no hubiera traído dinero suficiente para comprar cosas.

Y su mayor obsesión los peluches... Se pegó al vidrio del escaparate mirando los montones de peluches, metió mano en el bolsillo de su vestido y sólo tenía veinticinco dólares.

Bien, comprar no pero si podía ver, así que se metió a la tienda para ver los hermosos peluches, Billy le había regalado una docena de peluches en uno de sus cumpleaños.

Aleksei la siguió, era como tener un guardaespaldas en ves de un marido, le dolía su trato pero no iba a demostrarle cuánto le afectaba su desplantes.

— Todo el mundo te mira como si fueras un.... –medito lo que iba a decir–  una súper estrella de una banda de rock. –término de decir cuando Aleksei colgó–

— Puede ser.

— Lo dudo –achico los ojos–

— ¿Porqué? No has estado muy al pendiente del mundo exterior.

La forma en que lo dijo le dolió, con una frialdad que la lastimo.

— Sabes que no fue por que yo quería –le lanzó el peluche de un unicornio que había estado sosteniendo–

BREAKING RULESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora