BREAKING RULES

capitulo 37

Una semana después.

-¿no vas a comer? -Su tío Mark se encontraba sentado frente a ella, su expresión corporal era tranquila y relajada, aquella actitud le hacía querer rebanarle la cara y la sonrisa de superioridad- ¿Cómo piensas alimentar a tu hija? ¿no la quieres ver?

Su hija... su corazón se apretujo de miedo, ¿Cómo estaría? Quería verla y abrazarla para asegurarse de que estaba bien y que Mark o Leonardo no le hicieran nada.

-Quiero verla. -Sentía la boca reseca y le ardía cada vez que hablaba- por favor...

Su tío Mark sonreía con arrogancia al percatarse de que la tenía en sus garras, como el reptil que es que disfrutaba de atormentar a su presa.

-Bueno, primero tienes que comer. -Mark le pasaba una bandeja llena de frutas y comida, la colocaba sobre sus piernas.

Observo la comida e insegura de si debía comerla o no, como podía estar segura de que no contenía una sustancia nociva, apretó los puños con fuerza mientras se tragaba su orgullo y miedo.

-Come, no hay veneno.

Le vio tomar una uva y metérsela a la boca, aflojo sus puños y comenzó a comer lentamente, ¿Qué es lo que realmente tramaba su tío? ¿Por qué la tenía prisionera? ¿Qué estaba pasando? ¿Dónde estaba Aleksei? ¿Vendría por ellas? ¿Dónde estaba su hijo?

-¿Qué quieres de mí? -No pudo evitar preguntar. Le vio caminar hasta uno de los sillones para después cruzar la pierna- ¿Dónde está mi hijo?

Quería saber, no iba a estar tranquila hasta que supiera el paradero de su hijo, haría todo lo posible para encontrarlo y no importaba si eso significaba ir al mismo infierno, lo haría por su hijo. La expresión de Mark era fría y calculadora, ¿ese hombre en realidad era su tío? Ahora entendía por qué Bill se fue de este lugar, se había dado cuenta de la clase de escoria que era Mark, él era una manzana podría.

-¿Realmente quieres saber? Puede que no te guste la respuesta, querida sobrina.

Los peores pensamientos y temores cruzaron por su cabeza, un enorme nudo se formaba en su garganta, comenzó a sentirse mareada y agitada, ¡tranquila! Se dijo asi misma, quizás Anatoly tenía a su hijo... o Aleksei... pero dudaba, él había dejado claro que no los quería ni a ella ni a los bebes.

-Quiero saber... -se tragó el nudo de alambres que le impedía hablar.

-Has madurado, ya no eres la misma chiquilla mimada.

No, ya no era la misma, Aleksei y los demás se encargaron de abrirle los ojos a la realidad.

-No, ya no.

-Es una lástima, si tan solo tu hermano no te hubiera dado mi dinero.

-¿Tu dinero? -¿A qué se refería?, acaso Billy le había robado dinero a su tío Mark.

-Claro, me robo mis clientes y ese dinero me pertenece.

-¿Todo esto es por dinero? Me han arruinado la vida todo por dinero sucio... -Empezó a reírse histéricamente- tú y todos se pueden ir a la mierda y meterse el dinero por donde más le entre.

-Agradécele a tu hermano, él fue quien te metió en este embrollo. -Reía Mark, se levantaba y caminaba hacia la puerta, pero antes de salir se detenía- Tu hijo está muerto.

Cuando Mark cerraba la puerta detrás suya, el dolor se apodero de ella, sentía como miles de ajugas perforando su corazón, grito llena de furia y sufrimiento, no podía ser cierto... su hijo había nacido bien. Lanzo la comida lejos y se hizo bolita, ¡malditos sean todos! ¿Qué le habían hecho a su hijo? Se negaba a creer que estuviera muerto. Maldijo a todos por su desgracia, ¿Qué había hecho ella para merecer algo asi? Todo por un dinero del cual ella ni enterada estaba ni administraba, ¿Cuán corrupto se podría volver una persona por dinero? Apretó los puños mientras ahogaba su llanto, entre la neblina de sus emociones logro escuchar que tocaba la puerta, se irguió levemente sobre la cama, con manos temblorosas despejo un poco de su cabello de su rostro que estaba sumamente empapado, trago un nudo en su garganta, la resequedad le provocaba ardor en la garganta, lamio sus labios resecos, y espero a que la persona entrara, ¿Quién sería? acaso venían a torturarla...