Invierno

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La brisa sopla fuertemente, el cielo se mira completamente blanco, la nieve cae castigando a todos los presentes con un frío insoportable, los árboles se encuentran complemente cubiertos de aquel fino hielo, y ahí en medio del bosque donde están todos alrededor de aquel maldito agujero, donde van a ser depositado los restos de Richard, aquel agujero al que todos tendremos que ir algún día; todos con gruesos abrigos negros, hechos del pelaje de algunos lobos que habían logrado matar en algún momento. Ese frío del invierno, es igual al que este momento están sintiendo todos en sus corazones por la despedida de uno de los suyos. Mérida con la mirada perdida, Tobías con los ojos llenos de odio, Tomás con la palabra venganza haciendo eco en su mente y Wil con  una expresión de incertidumbre y decisión; diciéndose a sí mismo que esas personas eran ahora su familia y que a partir de este momento lucharía las mismas batallas que ellos tuvieran que librar; después de todo aquellas personas están con uno en momentos difíciles y merecen ser llamados familia; eso era exactamente lo que habían hecho Tobías y los suyos con Wil; hacerlo parte de la familia.

Tobías tomó la palabra:

—La vida es un hermoso respiro, cada uno de nosotros venimos temporalmente a este mundo, nos toca aprovechar cada segundo, hacer valer cada paso que damos, y disfrutar durante ese tiempo cada experiencia con la cual nos vayamos a topar aprovechar las buenas compañías y atesorar recuerdos; un día bien vivido vale muchísimo más que una vida entera mal vivida.

Todos estaban de pie; excepto Tomás, que yacía de rodillas a la orilla del agujero frío donde sería sepultado su amigo, ya no lloraba, ya había llorado todo lo que tenía que llorar, nunca se levantó de su lado y todos los demás simplemente escuchaban al anciano expresar el dolor que provocaba la muerte del joven; con los corazones congelados más por el momento que por la nieve, empezaron a cubrir el agujero lentamente, hasta que su cuerpo fue desapareciendo ocultado por la tierra mezclada con nieve.

Después de una ceremonia de media hora todos nos disponemos a partir, excepto el hermano de Mérida, que quería permanecer unos momentos más al lado de su amigo; después de un rato de contemplar la tumba se levantó y clavó una cruz de madera en el suelo .Wil caminaba lento; pero algo distrajo los pensamientos que en ese momento lo atormentaban, una liebre salió corriendo de entre los árboles y pasó a toda velocidad

— Tal parece que la vida animal está volviendo a surgir— pensó para sí mismo y como que una dosis de optimismo le mejoró su semblante.

Llegaron a la caverna. Todos se durmieron. Excepto Tomás.

Mérida empezó a soñar, recordando un episodio de su vida, cuando conoció a Richard,

Un año había pasado desde la explosión, ella se despertó, se restregó los ojos y sentó a la orilla de la cama; se puso sus sandalias, caminó medio dormida hasta donde su abuelo y le dio un abrazo

—abuelo tengo hambre

—Está bien, toma asiento hijita — le dijo mientras le servía un tazón de cereal

Mérida arrugo un poco la cara, al ver su desayuno pero volvió a ver a su abuelo y le ofreció una sincera sonrisa acompañada de un gracias; su abuelo la miró como esperando que empezará a comer. A la niña nunca le había gustado el cereal; pero por obligación había tenido que comer eso durante los últimos doce meses , lo bueno es que era una joven con mucha madurez para su corta edad y comprendía que estaban en una situación donde no podía escoger; había disponible leche, frutas, atunes, pero el plato fuerte era principalmente cereal, Mérida siempre fue súper fuerte, pero Tomás no tanto, era un poco debilucho, enfermizo, y muchas veces la comida enlatada le hacía daño y terminaba vomitando todo cuanto comía; había sido un año duro para Tomás , por dicha ese día en la tarde por fin iban a salir del refugio antibombas en el cual habían estado durante un año.

Salieron y empezaron a buscar, donde estar, que comer, que beber, las raciones se les estaban agotando hasta que encontraron otra familia, Richard y sus padres.

Su abuelo empezó hablar con los padres de Richard sobre soluciones posibles a su actual situación

Tomás estaba casi desmayado; pero lloraba del hambre porque no podía comer lo que disponían, Mérida tenía una expresión de tristeza al ver a su hermano llorar y no poder hacer nada , Richard tenía una galleta, la única que le quedaba, se acercó a los gemelos, partió la galleta en dos, y le dio la mitad a cada uno; nunca en la vida una galleta había sido tan deliciosa para aquel niño, Tomás inmediatamente paró de llorar, esa galleta había alimentado su estómago, que en realidad no fue lo suficiente para calmar el hambre, pero ese gesto alimentó su alma, y le dio fuerzas para seguir adelante. Siempre debemos entender que una de las mejores maneras de ser feliz es compartir, y a veces un pequeño gesto de amabilidad que podamos tener para con alguien puede alegrarle el día o la vida.

Desde ese día Tomás y Richard se hicieron inseparables, eran prácticamente hermanos.

Mérida despertó con lágrimas en los ojos y con una mirada puesta en las paredes de piedra pero con su mente viajando al pasado pensó — que hermoso sueño

Se volvió acostar, se abrigó, y se sumergió en su memoria recordando todos los bellos momentos que había compartido con su amigo que ahora descansaba en paz.

En otro sector de la caverna se encontraba Wil; él cuál se había levantado temprano para hacer un poco de ejercicios y había decidido preparar el desayuno para todos, el grupo iba a tomar dos días de luto y ya luego empezarían a preparar la venganza contra aquellos criminales que solo mataban por diversión, una olla contenía agua hirviendo con unas papas en su interior, unos huevos revueltos ya estaban listos y unos vasos llenos de té caliente ya estaban servidos en la mesa.

Poco a poco empezaron a llegar todos a la mesa. Todos se sentaron alrededor de la comida, la fogata estaba encendida en el centro de la caverna la cual iluminaba el ambiente con aquella luz amarillenta característica del fuego, todos parecía estar de mejor ánimo que el día anterior, todos estaban listos para comer excepto Tomás, que aún no llegaba, Tobías volvió a ver a Mérida y le dio la orden de ir a llamar a su hermano para que viniera a comer, todos comenzaron hablar sobre que el invierno parecía más frío que años anteriores. En ese instante llega Mérida pálida, casi tan blanca como la nieve que caía afuera y con una voz casi inaudible dijo

— Tomás ha desparecido.

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APOCALIPSIS #PGP2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora