TESOROS

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La cara de Tobías perdió en ese momento todo el color que tenía

- ¿Cómo que ha desparecido que rayos estás diciendo Mérida? ¿Lo buscaste bien?

-Lo busqué por todo lado y aún no logro dar con él

- ¡Maldición! Solo espero que no haya ido detrás de esos tipos.

En ese salón en ese momento estaban todos, César, Tobías, Mérida, Frank , su esposa Larissa, Michael, su esposa Ana y finamente Wil, todos se levantaron inmediatamente; Tobías tomo su té de dos sorbos

- Wil, César, Frank ustedes irán conmigo a buscarlo. Los demás se quedarán acá por si regresa.

Inmediatamente todos corrieron a buscar los abrigos , las ballestas y arcos para poder ir en la búsqueda de Tomás, se calzaron los zapatos más gruesos y se dirigieron corriendo a la puerta de la caverna; pero les fue imposible salir, los vientos eran excesivamente fuertes, una tormenta de nieve castigaba furiosamente el paisaje que tenían en frente, era imposible ver más allá de sus narices con esa tormenta por lo cual desistieron de salir en ese momento, hubiese sido un suicidio abandonar la cueva en ese instante, no les quedaba más opción que esperar que la tormenta terminara.

El viento formaba pequeños remolinos de nieve, los árboles sacudidos por el viento frío, un rama congelada no soporta y se quiebra ante el azote de la naturaleza, todo se empieza a calmar, en un gran árbol un Búho Blanco observa con sus grandes ojos el pasar de un joven corriendo, Tomás quiere tomar venganza pero sabe que este no es un buen momento, pues los enemigos son muchos y el no podrá contra todos; se adentró en el bosque, hasta llegar a una pequeña cabaña perdida entre los árboles, este lugar era un secreto entre él, su amigo Richard y Mérida. Abrió la puerta lentamente y está pareció emitir un pequeño quejido mientras se abría, era un lugar pequeño todo de madera reforzada, las tablas del piso chillaban con cada paso de Tomás, en una pared colgaba una cabeza de oso y una cabeza de alce bastante deteriorados por el tiempo; estos eran trofeos de la persona que alguna vez fue dueña de esta cabaña. En el suelo una alfombra de pelaje de animal desconocido, una mesita con unos cuantos vasos de madera, las ventanas de la cabaña estaban quebradas; el abandono es más que evidente. Tomás se dirige hacia una de las dos habitaciones existentes, se pone de rodilla y empieza a forcejear tratando de quitar una de las tablas del piso , después de unos cuantos minutos de intentarlo lo logra y encuentra lo que buscaba; una vieja y pequeña cajita de madera llena de polvo por el tiempo; la abre y dentro encuentra 3 fotografías perfectamente conservadas pegadas una a la par de la otra; Mérida, Richard y él; cuando se conocieron ya las cámaras no existían, entonces pegaron cada uno una fotografía de ellos, simulando que fuese una sola foto juntos y la enterraron en este lugar, abrazó la caja contenedora de sus recuerdos, y extrañamente se sintió feliz . Para él esos eran verdaderamente tesoros.

Se levantó y se dirigió a la otra habitación, esta cabaña seguramente había pertenecido a un cazador, ahí en la pared había 5 arcos llenos de polvo pero aún así hermosos, listos para ser usados, abajo un bolso que contenía muchas flechas, una ballesta enorme se veía muy fina, una caja que contenía aproximadamente 100 cuchillos lanzables, también habían rifles pero esos serían inútiles, ya las balas habían dejado de existir, así que empacó todo aquel armamento y se sentó esperando a que pasara la tormenta. Fueron muy de niños a ese lugar y la verdad él había olvidado que ese sitio existía ; esa vez se habían ido a explorar solos el bosque, estuvieron como tres horas fuera de casa y al regreso fueron castigados seriamente por sus padre! Así que por ese motivo decidieron guardar el secreto y nunca volvieron a ese lugar; pero la muerte de su amigo, le trajo aquel recuerdo de infancia, cuando hacía ocho años atrás, habían enterrado aquellas fotos.

Tobías comenzaba a desesperarse, no tenía la mínima idea de dónde empezar a buscar, no sabía dónde quedaba la guarida de los asesinos de La Ley, y la tormenta de nieve había desaparecido cualquier huella que pudiese haber dejado, así que desistió y no podía arriesgar la vida de más de ellos. Mérida explotó en llanto no podía aceptar la muerte de su hermano así tan fácilmente.

- Iré sola, ¡no puedo aceptarlo!,¡ no puedo!, ¡no puedo!

- ¿quieres morir tú también? Pretendes salir, irte y morir a manos de esas personas asesinas, terminar en el estómago de un lobo gigante o sepultada por la nieve? ¿Vas a dejarme solo en el mundo Mérida?, eres lo único que me queda- dijo Tobías alzándole la voz, mientras le dirigía una mirada suplicante.

Aquellas palabras apagaron todo el ímpetu de Mérida y sintió que se desgarraba por dentro Tobías tenía razón, ya habían perdido a Richard, amigos, y ahora no podía hacerle eso a su abuelo que siempre había cuidado de ella. Estaban en media discusión cuando un manto negro entro en la cueva, cargado con dos grandes sacos los cuales puso en el suelo.

- He regresado, hola hermanita-dijo sonriéndole a Mérida.

Mérida lo volvió a ver y al reconocer a su hermano lo abrazó fuertemente como queriendo nunca soltarlo, igual acción hizo Tobías y todos los demás se acercaron para compartir la alegría del regreso de Tomás.

Tomás les contó en que había consistido su travesía a donde había ido, y les mostró las cosas que había logrado encontrar, todos escucharon atónitos la historia. Mérida se levantó aun con los ojos llorosos, se acercó a su hermano y le dio un bofetón que hasta dejo su mano marcada en el rostro de Tomas

- ¡Eres un estúpido!, no nos vuelvas hacer eso, debiste avisarnos no tienes idea de todo lo que sufrí, de lo mucho que sufrió nuestro abuelo y como nos preocupamos todos.

- ¡Perdón!, tienes toda la razón merecía ese golpe, por cierto que duro golpeas

- Ya Mérida déjalo- dijo Tobías - pensé que habías ido a tomar venganza.

- Abuelo tú me has enseñado que nunca debemos tomar decisiones cuando estamos enojados, siempre hay que pensar antes de actuar, y bueno la obediencia es algo muy importante que siempre debemos practicar, un padre siempre va querer lo mejor para sus hijos.

Tomás comprendió que había hecho mal y que nunca debemos preocupar innecesariamente a nuestros seres queridos.

Se dispusieron a descansar, pues el día siguiente empezaría la preparación.

Todos se levantaron súper temprano, y Tobías dijo:

-entrenaremos todos los días hasta que acabe el invierno,

Wil tu entrenarás con Mérida es la mejor lanzadora de cuchillos que he conocido en mi vida, así que prepárate. Espero que logres aprender mucho de ella todos empezaron sus respectivos entrenamientos.

Mérida y Wil salieron de la cueva y se pararon a unos treinta metros de un árbol .

- Vamos Wil, lanza ese cuchillo aquel árbol

Wil puso cara de criminal, se concentró en el árbol, aguantó la respiración empuño el cuchillo con fuerza y lo lanzó violentamente contra el árbol, el cuchillo iba a toda velocidad cortando el viento provocando un silbido, como un relámpago contra el árbol, pero los cálculos le fallaron y cayó enterrado en la nieve a unos dos metros muy lejos del árbol. Mérida no pudo contenerse y estalló en carcajadas. Volvió a ver a Wil con una mirada burlona y aun con dificultades para controlar su risa le dijo

- ¡Eres un experto en esto!...

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APOCALIPSIS #PGP2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora