El Desafio.

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El estruendo por la llegada de la Reina con los enanos de aliados era tal que todo el palacio dirigía las miradas hacia ellos.
Amberle iba en cabeza junto a Eretria y ambas desmontaron de sus caballos para dirigirse a la sala del trono. Allí le esperaban señores de todo el reino.
-Antes de nada mis señores quiero informar que mi salida tan apresurada de Palacio tenía una razón. La de buscar fuerzas aliadas para que nos ayuden en esta batalla contra esos que nos quieren quitar lo que por derecho nos pertenece. Esta alianza que firmó con los enanos no habría sido posible sin la vagabunda Eretria.
Todos los presentes se quedaron atónitos de por esas palabras. Acaba de firmarse una alianza con enemigos y gracias a una vagabunda.
-Quiero que todos estéis unidos en esta labor para con vuestro reino y que defendáis estas tierras con vuestro honor y vuestra sangre. Sin duda sin olvidar que la muerte de vuestro Rey será vengada y así no habrá muerto en vano. ¡Por el Reino!, dijo Amberle desenfundando la espada y alzándola.
-¡Por el Reino!, contestaron los presentes.
Todos se reunieron en torno a una mesa en la que se encontraba un mapa con las tierras del reino y diversas estatuillas que representaban a los bandos.
Antes de comenzar Amberle mandó llamar a unos enanos que se unieron a la mesa.
-Bien sabemos que los vagabundos tienen un asentamiento a unos 500 metros de aquí. Hemos mandado jinetes para que comprobarán cuántos eran y son unos 2000. Mientras veníamos hacia aquí hemos visto que estaban con tiendas de campaña y tenían bastantes víveres. Debemos mandar jinetes de nuevo para que encuentren el tipo de armas a las que nos vamos a enfrentar.
-Majestad, perdón por la interrupción pero no deberíamos atacarlos ahora que están acampados y así palacio no recibiría daños y los civiles no se enterarían de esta guerra.
-Estanos en inferioridad numérica, no tenemos ni 2000 personas si hacemos eso sería una masacre, continuó otro de los presentes.
-No voy a permitir que mis hombres mueran en vano, y así continuaron dando argumentos los demás.
-Veo que esto será una ardua tarea, tenéis algo que decir. Dijo Amberle dirigiéndose hacia los enanos.
-Si me permiten creemos que la mejor táctica es esperar en Palacio, poner todos los arqueros disponibles en las murallas. Ocultos por supuesto para pillarlos por sorpresa. Y que ellos jinetes y soldados esperen en el patio de armas. También tenemos una idea que es mejor que la veáis a contarla. Podemos encender piras de fuego en las murallas y necesitaremos algo que usáis para hacer de comer.
-Alguien más tiene algo que aportar mis señores, preguntó Amberle.
-Estamos de acuerdo en todo, pero añadiría otro factor sorpresa. Creo que unos pocos van atacar por la parte trasera del Palacio para rodearnos entonces podríamos poner algunas trampas que rodearan el palacio.
-Perfecto, entonces el plan es el siguiente. Mandar a jinetes para comprobar artillería, quiero que Eretria y unos hombres preparen las trampas alrededor del palacio con vos, dirigiéndose al anterior caballero. Los enanos tomarán el control de los arqueros y las murallas podéis coger lo que queráis de las cocinas. Y los demás vendréis conmigo al patio de armas para alentar a los soldados. Vamos no hay tiempo que perder cada uno a sus puestos.
Todos salieron rápidamente del salón del trono y Eretria se quedó atrás. Esperando que no hubiera nadie. Abrazo por la espalda a Amberle  y le dijo
-Mi reina se ha convertido en toda una valiente.
Y robándole un beso se fue para cumplir las órdenes de la Reina.

Los enanos ordenaron que se llevarán unos 20 barriles de aceite hacia las murallas y los arqueros subieron a estas y comenzaron a encender piras de fuego por toda la zona. Todos los arqueros se iban colocando y los enanos le enseñaron a como camuflarse para pasar inadvertidos. También un enano cogió una flecha y acercándola a la pira está prendió y dijo atentos. Disparo la flecha que fue a impactar en un venado que pasaba por allí. Este murió al instante y ardía.
Los elfos quedaron boquiabiertos. A lo que los enanos respondieron.
-Veis si el fuego impacta en uno de los enemigos y hay gente a su lado habremos derribado a dos pájaros de un tiro.
Mientras tanto Eretria con el señor y unos caballeros estaban en la zona trasera del palacio poniendo cadenas a ras de suelo de árbol a árbol. Lo mismo harían por todas las inmediaciones, necesitarían a un hombre a cada extremo de la cadena para tirar de ellas cuando se acercaran los enemigos.
-Debéis poner camuflados a los mejores hombres mi señor.
-No os preocupéis Eretria tengo a los mejores hombres para esto.
Amberle hablaba con los soldados en el patio de armas.
-Quiero que entreguéis vuestras vidas como hizo mi padre para salvar el Reino. Se lo debemos.
Cada señor se había colocado en una zona. Uno dirigiría a los jinetes. Otro a un pequeño grupo de arqueros. El siguiente a lanceros. El próximo a los hombres de a pie. Y lo mismo habían hecho los enanos. Amberle iría en la delantera con los jinetes y los estandartes del reino.
-Bien debéis estar ordenados en todo momento. Primera fila los lanceros, segunda fila hombres de a pie, tercera fila jinetes y por último el grupo de arqueros. Los enanos se unirán a nosotros con las mismas condiciones.
Todos comenzaron a formar las líneas que la reina había ordenado y de repente el cuerno que daba la señal por la que los enemigos se acercaban sonó.
Amberle dijo- continuad con la formación- y subió hacia las murallas. Vio como Eretria entraba por la puerta principal y esta se cerraba inmediatamente. Todo estaba preparado.
Pero para sorpresa del palacio solo se acercaron dos jinetes. Con dos cuerpos, y se apreciaba que estaban muertos.
Y tan muertos, eran los jinetes que habían mandado. Venían degollados y la cabeza estaba en una pica que habían clavado en el lomo de los caballos. Los cuerpos eran arrastrados por cuerdas que tenían atados los caballos en sus patas traseras.
Amberle ordenó que se abrieran las puertas y entraran los cuerpos.
Bajó rápidamente de su posición y se acercó a los cuerpos. Todos se quedaron impactados era una ofensa muy grande para los elfos descuartizar un cuerpo y estos tenían todas las extremidades de esa forma. Solo quedaba el tronco. En el que se leían un mensaje de
-Os vamos hacer lo mismo a todos. Estas tierras nos pertenecen.
Sin duda la batalla acaba de comenzar.

Crónicas de Shannara - La Princesa y la Vagabunda (Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora