"Jason ya se durmió", decía Justin regresando a la sala.
"¿Sucede algo?", preguntó Ryan al ver la expresión de la chica. No era la expresión usual que tenía después de una charla con el doctor Frank. Lucía más como si estuviera aterrada.Anne no contestó. N lo podía creer. ¿Un tumor? Definitivamente el destino no estaba a su favor. ¿Qué sería de Jason? Su niño apenas iba a cumplir un año, y ya estaba en riesgo de perder a su madre. No podía dejarlo solo a esa edad. Ella era la única familia que él conocía. El doctor tenía razón y era probable que un juez decidiera otorgar su custodia a los padres de Justin y eso no podía pasar. Esos seres sin corazón eran capaces de dejarlo abandonado en alguna calle.
"Anne, ¿está todo bien?", el castaño se acercó a la chica. Tenía el semblante pálido y él tenía miedo de que se desmayara en cualquier momento. Sí, estaba sentada en el sofá con un doctor a su lado, pero Justin no podía evitar sentir la necesidad de cuidarla y protegerla.
"Creo que será más apropiado si hablamos de esto después. ¿Te parece, Anne?", preguntó el hombre cuarentón levantándose del sofá. Sabía que la chica necesitaba tiempo para analizar la noticia. Aún no era algo seguro, pero, si su intuición no fallaba, entonces la chica estaba en un lío.
"¿Qué sucede?", Ryan estaba tornándose nervioso. La chica se había vuelto tan cercana a él que sentía como si fuera su hermana. Algo sucedía y él necesitaba saber qué era. Debía ayudarla.
"Nada fuera de lo normal. Simplemente quiero estar seguro de que Anne no sufrió más daños con la caída y que el reciente estrés no la desbalanceará. Nos vemos luego, chicos. Cuídate, Anne", dijo y salió del departamento.Los tres jóvenes observaron en silencio cómo el hombre mayor salía del lugar. Fijaron su vista en la puerta, como si buscaran respuestas a sus preguntas internas.
La culpa corroía a Justin. Pensaba que, por su insistencia en quedarse, Anne se había puesto mal. Amaba a su hijo con toda su alma, ese pequeño ser se había ganado su corazón desde el primer instante en que lo vio, pero, por más que le doliera, prefería estar lejos si eso significaba el bienestar del amor de su vida. No podía arriesgar su vida de esa manera. Había otras maneras de lograr lo que quería. Podía rentar un departamento cerca de ahí o, incluso, en el mismo edificio. No había necesidad de portarse egoísta y estúpido al respecto.
"Ryan, ¿podrías dejarnos solos?", fueron las primeras palabras que la chica pronunció una vez se recuperó del shock. Ambos chicos giraron su mirada hacia ella atónitos.
"Claro... Llámenme si necesitan algo. Volveré mañana temprano a ver cómo siguen las cosas", se dirigió a la puerta y se fue.
"An... si mi presencia aquí será un problema, puedo marcharme. No tenemos que pasar por esto. Actué como un idiota y..."
"Quédate."
"¿Perdón?"
"He dicho que te puedes quedar."Justin frunció el ceño. Algo extraño estaba sucediendo. Ella no era el tipo de persona que cedía tan rápido, mucho menos con asuntos así de serios.
"¿A qué se debe tu cambio tan drástico de opinión?", cuestionó. Quizá podía obtener una pista.
"Lo pensé mejor y Jason también es tu hijo, no puedo negarte el derecho a verlo. Además, está creciendo, necesita a su padre en su vida. Fui egoísta al querer alejarlo de ti después de todo lo que pasó", mordió su labio. "Sé que tú y yo no estamos en buenos términos y quizá no lo estemos pronto, pero él no tiene la culpa. No puedo tomar decisiones así por él, es injusto. Necesita a su familia."
"¿Qué fue exactamente lo que te dijo el doctor?"
"Nada. El doctor Frank Gilbert es un amigo mío. Hablamos y me ayudó a darme cuenta de mi error. No puedo alejar a Jason de ti, no más de lo que la vida los ha obligado a alejarse."
"¿Estás segura? No quiero romper la rutina que tienes..."
"Estoy segura. El único inconveniente es que sólo hay una habitación. ¿Aguantarás dormir en el sofá?", preguntó algo apenada.
"Por estar con mi hijo, podría incluso dormir en el suelo", respondió Justin con una sonrisa que reflejaba toda la ilusión que bullía en su interior. Anne tuvo que hacer un gran esfuerzo por no llorar ante sus palabras. Su corazón se estrujó. Él podía haberle hecho daño, pero era un buen hombre y sería el padre que Jason necesitaba.
"El sofá es adaptable. Ryan a veces se quedaba a dormir aquí, así que conseguimos un sofá-cama, así que no sufrirás tanto."
"Perfecto."
"El baño está al final del pasillo. Ya conoces la cocina. Jason duerme en su cuna junto a mi cama, siempre dejo la puerta abierta."
"Está bien. Gracias, Anne."
"En mi habitación hay un buró en el que solo tengo papeles. Lo desocuparé para que puedas poner tus cosas ahí. Ponte cómodo."
"Gracias."Justin vio cómo la chica se levantaba y se dirigía silenciosamente a su habitación. Se sentía desconcertado por lo que había pasado. Anne no era el tipo de chica que cedía a una petición tan rápido. Peor aún, no era el tipo de persona que doblegaba sus decisiones una vez que hacía ver su punto. Algo anda mal, pensó.
La chica entró en su habitación y entrecerró la puerta. Se acercó a la cuna de su hijo y lágrimas silenciosas comenzaron a salir de sus ojos. ¿Hasta cuándo la vida la seguiría poniendo a prueba?, ¿no era suficiente con todo lo que había vivido hasta ese momento? Probablemente ni siquiera podría ver a su hijo crecer, graduarse de la universidad, enamorarse, casarse y formar una familia. Por no hablar de que no sabía cómo costearía su tratamiento. No contaba con un seguro médico y tener un bebé ya acaparaba la mayor parte de sus ingresos.
"Anne, ¿estás bien?", escuchó la voz de Justin detrás de sí haciéndola sobresaltarse y salir de sus pensamientos.
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Small Bump
FanfictionObligado por sus padres, Justin se fue de intercambio a Londres en su último año universitario. Dejó Canadá con una maleta llena de ropa y los pedazos de su corazón. Después de un año regresa para descubrir que no solo dejó una chica destrozada...