6. Un chico idiota Parte I

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Los días se fueron volando y sin darme cuenta, dos semanas habían pasado.

Después de la pelea no volvía a meterme en ningún problema, asistía a todas las clases a tiempo y en fin... He sido una niña buena.

Esconderle a mi mi madre mis golpes no fue muy difícil ya que se la pasaba trabajando y cuando estaba en casa yo me escondía en mi habitación.

Estaba tan relajada bajo la sombra del árbol en el que estaba que pasé olimpicamente de la clase de economía.

Con mi querido badboy me había cruzado un par de veces por los pasillos y en las clases, pero no volvimos a hablarnos. Ni siquiera para organizarnos con las tutorías.

De Ethan Martin casi no se sabía nada. Algunos amigos me habían comentado que los tres dioses griegos habían llegado a la ciudad durante las vacaciones de verano. También se decía que era uno de los mejores corredores de las carreras en el puerto, al parecer en el primer lugar estaba mi hermano y que los tres vivian juntos en un departamento en el centro.

Lo último si me constaba.

Media hora después decidí ir a las gradas para ver como entrenaban los chicos, pero me encontré una grata sorpresa.

Mis ojos se toparon con un torso desnudo completamente tatuado.

"Ethan"

Todavía seguía enfadada con él, pero no podía evitar sentirme atraída por ese badboy.

-¿Ahora esta de moda ir así? - me acerqué a él.

-Hola, no estaba seguro de que fueras tú - admitió - estaba entrenando.

-No sabía que estabas en el equipo.

-Pues así es. Tengo que hacer algun deporte. Estaría bien surfear pero no soy nada bueno - comentó.

-Yo podría enseñarte - me ofrecií encantada.

Él desvió la mirada.

-No eres de aquí, así que ¿De donde vienes Ethan? - pregunté curiosa.

La malas lenguas comentaban que se habían escapado de algún reformatorio y habían venido a parar aquí. Yo no creía nada de eso. Sí, tenian pintas de badboy, pero no estaba bien juzgarlos sin conocerlos.

-Brocklyn, New York - contestó.

-Wow... Estas lejos de casa.

-Bueno... Ahora California es mi casa - contestó sin más.

Elevó su mano derecha para apartar el cabello que le caía en la frente y me perdí en su biceps contraido.

¿Por qué tenía que ser tan caliente?

-Estas lleno de tatuajes.

"¡WOW, Allison. No te pierdes de una!"

No me contestó, tenía la vista fija en la cancha de basquet.

-¿No te dolieron? - pregunté fijandome en las mandalas que subian por su cuello y cabeza hasta llegar a sus sienes.

"Me encantaría poder recorrer cada uno de esos tatuajes"

-Preguntas mucho - volvió a mirarme con esas lagunas frías.

-Soy curiosa, disculpame, no puedo evitarlo. Me gusta entender las cosas - le regalé la mejor de mis sonrisas.

-No me gusta la gente curiosa - dijo cruzandose de brazos.

Mi vista bajó a sus brazos hinchados y a sus enormes pectorales perforadas.

Amando A EthanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora