2. Primer día de clase

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Pasaron tres días desde las carreras, tres días en los que no me levanté de la cama sino para comer y ducharme.

Mañana empezarían las clases y no tenía nada preparado.

-¡Allison! - me llamó exageradamente mi madre.

Me levanté de la cama sin ganas, abrí la puerta y salí de mi habitación encaminándome a las escaleras. Al llegar a la sala me encontré con mis hermanos sentados en el sofá y con mamá en frente.

-Con que reunión familiar ¿Eh? - comenté sentándome al lado de mi hermana.

-Quiero hablar con ustedes sobre este año escolar. Se que ser adolescente no es fácil pero si quieren ser alguien en la vida tendrán que conseguirlo.
Me han aumentado las horas en el hospital, eso quiere decir que nos veremos menos pero también que tendré más dinero para pagar nuestras necesidades.

Admiraba a mi madre por todo lo que hacía por nosotros. Criar a tres hijos sola no era para nada fácil, pero ella hacía todo lo posible por nosotros.

-Mamá ya te he dicho que voy a empezar a trabajar, no tienes por que hacer tantas horas. Mereces descansar - habló Scott.

-Scott tiene toda la razón, además nosotras también empezaremos a trabajar - comenté.

-Yo lo que quiero es que estudien, del dinero ya me preocupo yo.

-Eres una terca - habló mi hermana.

-Amber, no me hables así - se quejó molesta - y hay una nueva norma, ya se acabaron los vacaciones así que los quiero aquí todas las noches a las diez - sentenció y se fue.

Después de la charla con mamá volví a mi habitación y preparé todo para mañana. Mi madre ya había arreglado todo en el instituto así que mañana solo tendría que ir a por mi horario a secretaría.

-Ali - apareció mi hermano por la puerta - quería hacerte una pregunta - comentó.

-Entonces pregunta - dije obvia.

-¿Quien era el chico qué te trago la noche de las carreras?

Ese chico... El misterioso chico de ojos celestes. A mi también me gustaría saber quien era. El tatuaje de su mano no desaparecía de mi cabeza y esa mirada...

¡Esa mirada!

Ese chico ya me gustaba y ni siquiera le había visto la cara.

Suspiré.

-No lo sé. Solamente me ayudó y desapareció tan rápido como apareció - contesté - ¿Por qué preguntas?

-Por nada, simple curiosidad.

Se dio la vuelta y se fue sin mas.

* * * * *

-Mierda, mierda, ¡Mierda! - maldije al ver la hora en mi móvil.

Tan solo faltaban diez minutos para que las clases empezaran.

Me metí en la ducha y lavé mi cuerpo y cabello lo más rápido que pude, al acabar envolví mi cabello en una toalla para que se escurriera mientras tanto yo secaba e hidrataba mi cuerpo. Me vestí con unos shorts negros, una básica blanca, una sudadera y unas converse blancas.

-Malditos imbéciles - dije pensando en mis hermanos.

Los muy hijos de su mamacita se largaron y no me avisaron.

Agarre mi bolsa y las llaves del coche de mamá.

Al llegar aparqué y salí corriendo a la entrada del instituto, la cual ya estaba casi desierta. Hacían exactamente trenta-y-cinco minutos desde que las clases habían comenzado y la mayoría de los alumnos ya estaban en clases.

Amando A EthanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora