El ruido de un pitido hizo a Forest dejar los tubos de probeta con mucho cuidado, se retiro los guantes y después la bata, dejando está ultima en la silla y los primeros a la basura. Siempre mantenía el orden y la calma, bueno, el "siempre" se refería al después de lo sucedido en la comunidad.
No estaba muy seguro que le había pasado en ese momento, tal vez habían sido las hormonas tan acomuladas en un sólo lugar. Hizo una mueca, sabía que aquello no era cierto, que lo que ahí había ocurrido eran celos y atracción, una muy fuerte a decir verdad. Se acerco al computador, abrio la bandeja de mensajes y el nerviosismo se elevo en su sistema; la respuesta a las pruebas de ADN por fin habían llegado. Abrió el mensaje, leyó detenidamente y leyó una segunda vez sólo para estar seguro. Es imposible.
No podía negar que estaba feliz por una parte, la parte donde una Lucy sería feliz, pero otra parte estaba frustrada; ¿qué problemas o nuevos enfrentamientos se llevarían acabo ante aquella información?
Soltó un suspiro, negó con la cabeza y mando a imprimir el documento, lo más seguro era que a Gabriel le gustaría ver aquello, había estado tras de él por días; no puede decir que aquello le haya molestado, fue muy divertido tener la compañía del líder de los voraz. No era sofocante ni mucho menos, algunas veces se le figuraba verlo perdido en los recuerdos, pero cuando le descubría viéndolo solo le sonreía. Tomó la hoja ya con la información impresa, la doblo con mucho cuidado, guardándola en el bolsillo de su pantalón, y al salir cerró la puerta tras de sí.
Salió del centro médico, recreando los posibles escenarios que podrían ocurrir: Lucy molesta con él por ocultar aquello, Nathaniel reservado, Gabriel aliviado, Lucy golpeándolo, Lucy agradeciéndole... Ajá, si, claro. Al volver de su ensimismado se quedo quieto, viendo con asombro un grupo de hembras regalo frente a un grupo de Rescatados, ambos grupos removiéndose inquietos, pero sin dar un paso más o atrás, sólo viéndose. ¿Acaso se estaban coqueteando? Y yo meses sin... Si, habían pasado meses desde que él se había acostado con una hembra; una dos días antes de que fueran a la Comunidad para ser exactos.
Negó con la cabeza, no quería ni pensar por culpa quién había dejado de tener intimidad por el simple hecho de que no eran ella. Reanudó su viaje, preguntando a uno que otro Especie por la localización de Nathaniel o Gabriel, preferiblemente de ambos. Como era de esperarse muchos le dieron ubicaciones falsas, otros ni le dieron respuesta, pero eso no le arruino el día; ya estaba acostumbrado. Fue una humana quien le indico donde encontraría a los gemelos, llegando al edificio de entrenamientos divisó inmediatamente el disturbio que se estaba formando. Había machos especie y voraces gritando de emoción, incluso algunas hembras estaban en el relajó.
Se abrió paso entre la multitud, recibiendo gruñidos e insultos, pero cuando el gruño muchos dieron un paso atrás. Cuando logro cruzar aquel gentío se quedo muy sorprendido al ver el show: Nathaniel y Gabriel estaban peleando. Ambos vestían sólo con pantalonera, uno traia una megra y el otro una rosa, las manos enfundadas en vendas blancas y parecían muy, en verdad, muy cabreados.
— ¡No va a ir! - grito Gabriel, lanzando una patada a su hermano y éste logro esquivarla por poco, sonrió.
— ¡Va a ir y ese primate la va a acompañar! - Nathaniel se lanzo contra Gabriel, logrando tumbarlo, pero el gemelo menor siguio dando pelea. - ¡POR AMOR DE DIOS, SUELTA MI CABELLO!
— ¡TÚ SÓLO QUIERES QUE MIS PRINCESAS FOLLEN!
— ¡YO NO DIJE ESO!
Rodaron en el suelo, se lanzaron puñetazos y él sólo los observo, le impresionaba la forma en que peleaban. Era comprensible ya que los gemelos eran de aspecto fuerte y según había escuchado habían tenido una infancia y adolescencia que los había obligado a madurar y llevar al limite su resistencia física.
Metió la mano en su bolsillo, palpando el papel y soltó un suspiro, tenía que detener aquello sí o sí. Caminó, se subió al ring y espero a que se dieran cuenta de su presencia, pero al parecer sus propios gritos e insultos lo impedían. Sin analizar la situación, se agacho y tomó el pié de el más cercano, jaló con fuerza y eso altero a ambos hermanos. Lo voltearon a ver, pensó que moriría bajo aquellas miradas tan frías.
— ¿Pero en qué estabas pensando? —preguntó Nathaniel, llevándose la mano al pecho— Te pudimos haber matado o dejado en coma, no interrumpas las peleas así.
— Fue lo único que se me ocurrió —lo más fácil de hacer.
— Bueno, te lo agradezco, ahora suelta mi pié —pidió Gabriel, él así lo hizo y el humano tomó asiento al estilo indio— ¿Qué se te ofrece, Forest?
— La prueba de ADN llego.
— ¿Y? — la pregunta al unísono de parte de los gemelos le hizo tener un escalofrío.
— Dio positivo.
→°♢°←
Sólo unos detalles más y su obra de arte quedaría lista, al menos así lo creyó, ya que al alzarla y verla mejor se dio cuenta lo horrible que era. Los colores de la plastilina se habian mezclado de forma tan descontrolada que había gris en todos lados. Un color para nada de su agrado.
Dejó caer la plastilina monstruosa en el plástico que cubría la mesa, fue al lavabo y retiro de sus manos el colorante que quedo en sus manos con agua caliente; al parecer ocupar su tiempo hasta la hora en que salía Forest del trabajo iba a ser más difícil de lo que había pensado.
Había decidido ya no ir a buscarlo al trabajo, una razón era porque odiaba los hospitales por tanta película de terror y otra razón era porque no quería verse como una ofrecida, bueno, también porque la mamá de Forest podía describirlos en cualquier momento en uno de esos momentos que tenían.
Al acabar de lavar sus manos, las secó con un trapo que yacía cerca, caminó hasta la sala y se dirigió al reproductor de música, necesitaba distraerse más tiempo y la música sería la indicada. Dejo el trapo en el sofá, cogió los discos y reviso uno por uno, guiándose por los títulos y al ver uno llamado "Noble" recordó que el felino le había prestado el disco ya hace tiempo. Debía de devolvérselo, antes de que se le olvidara de nuevo.
Eligió ese pues no le había escuchado y sería una lastima devolverlo sin haberlo hecho, cada canción haciéndola reír o sonreír.
Yacía en el sofá cuando una canción de melodía triste comenzó a sonar. El semblante de ella se volvió serio, era demasiado crudo lo que la canción describía.
Y sin más comenzó a llorar, no podía y no quería seguir escuchando aquello, así que se levantó y apago el estéreo. Escuchó que llamaban a la puerta, soltó un suspiro y limpio sus lágrimas antes de ir a atender.
Se sorprendió al ver a Forest junto con Nathaniel y Gabriel, les quería, sí, pero ¿juntos? Eso no podía indicar buenas cosas.
— Yo no hice nada, soy inocente — <<Tal vez no tuve que decir eso...>>
— Tranquila, amor, venimos por otra cosa —Nathaniel sonrió de lado— ¿Podemos pasar?
— Claro, adelante —se hizo a un lado, cerrando la puerta cuando el trío entró— ¿Qué ocurre?
— Mira, antes que nada queríamos asegurarnos antes de decirte algo —Dijo Gabriel, con su tono calmado como siempre y eso la ayudó a ella a calmarse— Sólo quiero que pienses las cosas, ¿de acuerdo?
— De acuerdo, entiendo.
— No nos odies —la petición de Nathaniel la hizo reír bajo.
— ¿Por qué los odiaría? —cuestionó.
— Tienes un hermano, Lucy.
Volteó a ver a Forest, ¿había escuchado bien? Esperó a que le dijese que era una broma o algo similar, pero al verlo tan serio se lanzó a abrazarlo. Las emociones aún revoltosas por la canción la hicieron llorar y abrazarse más a él, ella tenía un... ¿hermano?
Se separó de Forest, viéndolo con recelo.
— ¿Hermano? Te refieres a alguien como yo, ¿cierto? —Fores negó con la cabeza.
— No, Lucy; Es tu hermano de sangre.
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Forest (Nuevas Especies 4)
FanfictionForest, hijo de Slade y Trisha, ambos muy queridos en la Reserva, se volvió el lobo solitario cuando cometió el error de traicionar a los suyos aún cuando lo hizo sólo por el bien de todos. No tiene problema con ser el malo, le gusta serlo, pero ¿El...