Su rostro se contrajo antes de poder abrir los ojos, le dolía la cabeza y el cuerpo, más el cuello y el costado izquierdo, ¿por qué? Logro ponerse boca arriba, respiro profundo y frunció el ceño al ver madera sobre ella, a unos ¿dos metros? Tal vez uno y medio. La luz se filtraba entre el espacio que había entre cada tabla de madera, alzo la mano. ¿Qué ocurría? ¿Dónde...?
Y todo llego a ella como un fuerte golpe contra el estómago, se cubrió la boca para que el grito no surgiera, pero no pudo hacer nada para evitar que las lágrimas surgieran. Su Forest estaba herido, incluso podría estar muerto... No pienses así, idiota, no pienses así. Ese lobo era un hueso duro de roer, ella más que nadie lo sabía, así que lo más seguro era que estaría como demente buscándola.
Enderezo su cuerpo con rapidez hasta sentarse, viendo hacia un rincón donde vio movimiento, aunque estaba muy oscuro y no podía asegurar si realmente había visto algo. Cuando escucho el sonido de los pies al caminar, acercándose a ella, gruño bajo pues ella iba a pelear si o si, pero al ver aquellos ojos azules se quedó con la boca abierta. La había visto; antes de que le inyectaran ese sedante de mierda había visto esos ojos azules viéndola con curiosidad y fascinación.
Ahora la seguía viendo igual.
Era una Voraz, esa chica era una voraz y era idéntica a ella, sólo que los ojos de aquella voraz eran de un azul topacio y los de ella eran ámbar. De ahí en más eran iguales, tal vez ella era un poco más alta, pero...
— Alysia. – frunció el ceño sin entender, pero agradándole la voz; tierna y dulce, pero un poco ronca. – Me llamo Alysia.
— Lucy, un gusto. – trago. – ¿Ella te puso ese nombre?
— No, ella sólo dijo "Eres una puta, ¿para qué quieres un nombre sí se les va a olvidar en cuanto ya no te estén follando?"
— Es una gran perra. – Alysia rio bajo.
— Eres mi hermana por lo que dijo madre hace unas horas. – se colocó de rodillas frente de ella, sonrió. – No me he visto mucho en un espejo, pero lo poco que he hecho me hace saber que nos parecemos.
— No tienes la menor idea de cuánto.
— ¿Eres la mayor o menor? – Alysia sonrió de lado, tal vez notando lo desconcertada que había quedado con esa pregunta. – Ella dijo que sólo tres, de los tantos hijos que tuvo, sobrevivieron; también ha mencionado un macho.
— Si, lo conozco. – asintió. – Se llama Gael.
— Lindo nombre.
— Si.
Sonrió de lado, no sabía que más decir o hacer. Alysia parecía estar bien, no tenía retraso en entendimiento ni dificultad en el habla, tampoco parecía temerosa y en sus ojos aun había vida, cosa que agradecía. Aunque no podía pasar por alto la quemadura que había en el cuello de su hermana, tal vez Dorotea lo hallase hecho, pero una mercancía dañada no valía nada. ¿Se lo habría hecho ella misma?
Negó con la cabeza, no debía pensar eso. El sonido de la puerta al abrirse cambio a su hermana, no sólo en su postura, sus ojos llenos de vida de hace rato no eran si quiera la sombra de aquello. Alysia camino hasta un rincón, dejándose caer de culo en las telas que ahí había y sólo abrazo sus rodillas, ella tuvo muchas ganas de repartir golpes a diestro y siniestro. Escucho la voz de su madre, los pasos retumbando justo encima de ellas y logro contemplar que iba acompañado.
— Vamos, Dorotea, tres mil por las dos. – dijo un hombre de voz profunda.
— Estás demente, eso me darían sólo por una de ellas en oriente.
ESTÁS LEYENDO
Forest (Nuevas Especies 4)
FanfictionForest, hijo de Slade y Trisha, ambos muy queridos en la Reserva, se volvió el lobo solitario cuando cometió el error de traicionar a los suyos aún cuando lo hizo sólo por el bien de todos. No tiene problema con ser el malo, le gusta serlo, pero ¿El...