Solitarios

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Forest se masajeo el cuello, ¿cuanto tiempo llevaba frente al ordenador? No lo recordaba, pero si su cuerpo dolía eso significa que ya bastante. Cerró los ojos, echo la cabeza hacía atrás y apoyo la nuca en el respaldo, descansado un poco de todo, del no poder encontrar aquella mujer, la mujer que le dio vida a una zorra maldita.

Gruño al recordarla, el cabello rojo y ojos ámbar, la sonrisa más coqueta y cuerpo sensual que en su vida había visto, los colmillos pequeños y blancos. Su olor. ¡Su olor, joder! Moras.

Negó con la cabeza, no debía pensar en ella, no tenía una ducha cerca. ¿Cómo encontraría la madre de Lucy? El ADN de la Voraz Zorra se asemejaba a muchos, pero sólo uno era el indicado, el mismo que tenía 1030, el macho que había rescatado Torrent y Dysis, pruebas que aún no llegaban ¿por qué tardarían tanto?

Gael, ese era el nombre que 1030 había decido ponerse, estaba ansioso también de saber el resultado, lo cual entendía, claro.

Sus ojos oscuros se abrieron cuando detectó el sonido de pasos al acercarse, se enderezó y vio sobre el hombro, y aunque lo intento, no pudo evitar sonreír. Era esa zorra con sonrisa coqueta. Cerró su computador, junto con las pastas de unos cuadernos.

Cuando se giró a ella, aún sentado, el aroma lo golpeó con fuerza. Las moras olían delicioso, el quería comerlas... comerse a ella.

— ¿No es muy noche para que estés despierta? — arqueo la ceja al formular la pregunta, no quería que por error se le saliera una tontería cursi o muy... Especie.

— Nunca te había visto con bata... — los ojos ambarinos se llenaron de humor. — Te vez bien, Doc.

— Callate. — trago, ese apodo lo había usado, usaba, su padre con su mamá. Le incomodaba un poco de qué ella lo usara en él. — Es obvio que me veo bien, ¿qué podrías esperar de mi?

— Vanidoso. — Lucy rodo los ojos, lo volvió a escanear y después viajo la mirada en el laboratorio, sus ojos ambarinos fijándose en cada objeto y aparato, loco, pero a él le agradó. — En verdad que este tipo de lugares son mega aburridos, ¿Has pensado en el suicidio?

— Cuando estás cerca, nada más. — el gruñido de ella lo hizo sonreír. — Además, zorrita, si no sabes usar las cosas es obvio que te aburrirán. — aquellos sexys ojos brillaron de rabia. — ¿Qué haces aquí?

— Yo solo iba a mi casa cuando tu padre se me a acercado, — alzo los brazos. — me pidió que te dijera que: no piensa abrirte la puerta si llegas tarde. — se encogió de hombros, él estuvo tentado de lamer esa clavículas que se marcaban.

— Vaya, aún no me perdona.

De cierta forma entendía a su padre, hace tiempo que sus padres no tenían tiempo libre para hacer cosas carnales, así que un día que habían tenido tiempo para hacer Eso... él los interrumpió por accidente.

Tampoco era como para odiarlo, era invierno y él solo había ocupado una camisa, necesitaba un suéter...

Lucy inclinó la cabeza, parecía confundida ante su comentario, pero su cabeza no estaba para explicarle, si no para darle destellos de la vez que habían peleado. Como las manos de ella habían estado sobre él y como él había recorrido aquel cuerpo. Tuvo que reprimir un gruñido.

Se levanto de la silla, se estiró tan cuán alto era y solto un bostezo, el cual lo obligó a cerrar los ojos,  el sueño comenzaba a pesarle. Escucho un gruñido, abrió los ojos y Lucy lo estaba devorando con la mirada, literal, lo observaba como si fuera un exquisito platillo...

Toda la sangre se le fue acumulando en zona sur y odio eso. Sólo era cuestión de una mirada de ella y se ponía todo semental, listo para tumbarla sobre cualquier cosa para hacerla suya. Tuvo que reprimir otro gruñido ante las imágenes tan sexuales que asaltaron su mente.

Forest (Nuevas Especies 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora