Paciente Especial ♡

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La mirada ámbar competía contra la suya, el gruñir de él y ella elevándose, quería pelear contra él más no sabía el porqué. Apretó con fuerza los ojos, quería saber el porqué quería pelear contra aquel macho, pero no lo recordaba.

Se removió inquieta, estaba en un lugar suave, pero no podía detectar el aroma y eso la asusto, se enderezó de golpe, abriendo los ojos y barriendo el lugar con la mirada; blanco era el color predominante de aquel sitio donde estaba.

¿Y la comunidad? ¿dónde estaban sus amigas? Cerro nuevamente los ojos, no estaba segura de nada y detestaba eso, sólo quería ir a golpear al tipo de ojos ambar.

— ¿Lucy, estás bien? - si, ella se llamaba así, pero ¿quién era el que le hablaba? - Oye, zorrita, despierta.

La calides se filtro por sus mejillas, abrio los ojos y se encontró con unos tan oscuros como la noche, la observaban con preocupación y no sabía el porqué. ¿De dónde lo conocía? Las ganas de llorar surgieron de golpe, sin darle tiempo d contenerla. Sollozo.

El macho pareció sorprendido, pero la preocupación seguía ahí en esos oscuros ojos y ella se sintió aun peor, ¿por qué se preocupaba por ella sí ni siquiera lo conocía? Se lanzó a abrazarlo, hundiendo la cara en la unión del cuello y el hombro, él no dudo en envolverla con aquellos fuertes brazos. ¡¿Qué diablos le pasaba?!

— Ey, Lucy, me estas asustando. - la mecio en sus brazos. - Vamos, nena, ¿qué ocurre? Dime algo.

— No sé. - gimoteo.

No sabía nada; no estaba segura de nada. Inhalo con fuerza, el olor a mango llenandole los pulmones la calmo lo suficiente como para convertir los sollozos en pequeños hipidos. Solto un suspiro, su cuerpo temblando de la liberación de emociones y entonces llegó; cientos de imagenes golpearon de lleno la información que le faltaba  dejándola sin aire: peleas, caricias, rabietas, Forest...

Lo olvide...

— Oye, ya en serio, me estas asustando.

— Y-yo... - trago con fuerza el nudo en su ganganta, separándose levemente de Forest para verlo a los ojos. - Te olvide, quiero decir; por un momento no supe nada. Estaba en blanco y...

— Shhh, - Forest le asir las mejillas, le acerco un poco y le beso la frente. - estás bien, tranquila. -junto su frente con la de ella. - Me sacaste un susto de muerte.

— ¿Qué fue lo que paso? - preguntó, un poco nerviosa por la cercanía del lobo.

— ¿Hasta dónde recuerdas?

— Tengo claro que te quería golpear por haberme ocultado algo tan importante. - mascullo entre dientes. - Pero después de eso ya no hay nada.

— Hmm, tal vez tenga que ver con la fuerte carga emocional. - le limpió las mejillas, retirando el rastro de lágrimas. - Respecto a no decirte nada de tu hermano y la prueba de ADN, fue porque si resultaba no serlo ibas a sufrir, y eso solo yo, ¿de acuerdo? - le sonrió, levantándose de la camilla. - Además, Nathaniel y Gabriel me pidieron total silencio.

— ¿Por qué?

— Supongo que por la misma razón de que yo no te dije nada.

Ella asintió, se dejo caer en la camilla y abrazo la almohada, sintiéndose débil y aun mareada. Observó a Forest revisar unos documentos, el celular sonó y él atendió, sin dejar de pasar hoja por hoja. Soltó un suspiro y enterró la cara en la almohada, la fragancia de ella estaba fresca y la de Forest también; una sonrisa tonta se le dibujo en los labios al comprender que estaba en la misma camilla donde Forest y ella habían dormido.

La risa de Forest la hizo girarse, éste acababa de cerrar el celular y ahora se acercaba a ella, hasta acostarse a su lado y atraerla a él. Ella acomodo la cabeza en el pecho de Forest, disfrutando la cercanía que tenían, claro, cuando no estaban peleando.

— ¿Qué revisabas hace rato? -preguntó.

— Mande ha hacerte unos estudios, como dije: me preocupaste, pero todo está en orden.

— ¿Y por qué te reíste, quién te llamo?

— Gabriel, preguntó por ti y después de haberle dado el informe, él me dio el suyo.

— ¿Sobre mi hermano?

— Sí, al parecer a él le afecto más el tipo de trance en el que estaban ustedes dos. - sonríe. - Gael le puso una buena revolcada a Nathaniel, de esas que uno no quiere, y Gabriel no pudo contener más la risa, aun así dice que tuvo que sedar a Gael.

— Gael es...

— 1030 es su número, pero decidió llamarse Gael.

— Bueno, respecto a Gabbo... -sonrió de lado. - siempre supe que había maldad en él, sino ¿de dónde la hubiera adoptado?

→°♤°←

Le removió el cabello antes de atraerla un poco más a él, aun el cuerpo de ella temblaba, pero actuaba como si todo estuviera bien y eso lo impresionó ¿cuántas veces ella actuó bien estando mal? El haberla visto llorar le había oprimido el corazón, aquellos ojos confundidos y derramando lágrimas le habían hecho temblar su mundo.

Por eso no pudo evitar acercarse más, no pudo evitar tocarla más.

Solto un suspiro, acomando un mechon rebelde de aquel cabello pelirrojo. Se quedaron ahí, ninguno de los dos dando el primer paso de alejarse o irse, sólo se quedaron ahí.

El celular de él volvio a sonar, vio el identificador de llamadas y sonrio al ver una foto de él con su madre, ambos poniendo caras chistosas. Contestó.

— Hola, mamá, ¿qué ocurre?

Llegaron unos papeles a tu área ¿mandaste a pedir pruebas o algo así?

Si y es confidencial, mamá.

Vaya, tu papá y tú tienen mucho más de lo común que creí. - la escuchó reír. - Yo te los llevo, ¿estás en la casa?

— No.

¿En el bar?

— Tampoco.

¿Dónde estás entonces?

— En la habitación número doce.

¿Con un paciente?

Echó un vistazo a Lucy, ella tenia los ojos cerrados; no estaba poniendo atención a lo que pasaba a su alrededor.

— Sí, estoy con un paciente. - respondió por fin.

¿Especial?

— Bastante.

Ya no escucho respuesta de su madre, colgó y espero con paciencia a que llegará con los documentos, lo cual no tardo mucho. La puerta se abrió, su madre siempre le decía que debía sentar cabeza, tal vez pensaba que lo iba a hacer ya, ¿Con Lucy? Ni en broma.

Sintió a la pequeña voraz ponerse tensa, la volteo a ver y tuvo que contener la risa, estaba sonrojada. Así que si tienes pudor, belleza, pensó con humor. Su madre se acerco a entregarle el documento, le sonrió a Lucy y salió sin decir más, él sabia que llegando a casa le iba a bombardear con preguntas.

Enderezó su cuerpo hasta poder sentarse, llevándose con el a Lucy; el brazo sobre los hombros de ella, pegada a su costado. Abrió el folder blanco, reviso la fecha y el remitente, asintió satisfecho y extrajo las hojas, leyendo lo resaltado con negrita, solto un suspiro y volteo a ver a Lucy, quien veía el documento sin interes.

— Dorotea Smith. - anunció y Lucy lo volteó a ver confundida.

— ¿Qué con ella?

— Gabriel me pidió que buscase a tu madre mediante los registros de hospitales, buscando alguna similitud en las muestras de sangre; quien asemeja su ADN con la tuya es Dorotea Smith. - le paso el dedo indice por la mejilla, aquellos ojos ámbar brillando de emoción. - Ese es el nombre de tu mamá, Zorrita.

Forest (Nuevas Especies 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora