Forest (Nuevas Especies 4)

Infierno

Parpadeó repetidas veces, ¿había escuchado bien? Forest parecía demasiado serio como para que aquello fuera una broma pesada y de mal gusto, entonces ¿lo que decía era cierto? Le quito la hoja a Forest, viendo con propios ojos lo que el macho le había dicho, además de pequeñas fotos de ella y suponía de quien era su hermano, Gael. Frunció el ceño al verlo con más atención; no eran tan iguales, cosa que agradecía.

Él, Gael, poseía los rasgos de un Especie: las bruscas facciones y la tan alta altura, también la musculatura. Lo único que compartía con ella era el color de ojos, ¿Cuándo se enojaba también se le volverían dorados? Los ojos se le llenaron de lágrimas al pensar que de quien habían heredado ese ámbar en su mirada fuera de su madre.

— Explícame, por favor. – pidió en voz baja, aquello seguía siendo mucho para menos en veinticuatro horas.

— Gael es uno de los Rescatados, la primera en descubrirlo fue Dysis, pero tanto Gabriel como Nathaniel decidieron que lo mejor sería comprobarlo, fue por eso que me pidió que realizara las pruebas de ADN. – se pasa una mano tras la nuca, notablemente nervioso. – Los resultados dieron positivos, sus ADN son similares al 90%, el diez por ciento restante es por la diferencia de genética de especie y lo bien que en ti se a adherido.

— ¿Aunque sea un Especie?

— ¿En serio acabas de decir Eso? – arqueo una ceja. – ¿Ahora nos discriminas?

— No lo entiendas así. – rodo los ojos y se cruzó de brazos. – Yo soy una voraz, mis rasgos físicos son muy diferentes a los de él, además que en los machos Voraces no hay tan altos, bueno, Demmon es veinte centímetros más alto que yo y era considerado el más alto de la Comunidad.

— Entiendo totalmente, pero esto – señalo los papeles de la prueba. – no miente.

— De acuerdo, pero que pasa con Dorotea como se llame.

— Dorotea Smith. – Forest se rasco la barbilla. – Caleb me ayudo a encontrarla.

— ¿Quién es Caleb?

— ¿El hijo de Justice? – arqueo una ceja divertido.

— ¡¿Justice y Jessie tienen un hijo?!

— Claro que sí, ¿no los has visto? Sería realmente cómico y raro que no tuvieran hijos. – soltó una risilla baja. – En fin, él fue quien se encargó de buscar la parte que ella corresponde de tu ADN, que sería el humano, después de unas semanas logro dar con ella.

Ayer sola y hoy con hermano y madre. Vaya vuelta daban las cosas, suspiró y se levantó de la camilla, devolviéndole la hoja a Forest antes de ir hacia la ventana y dejar fluir sus ideas apoyando la frente en el frio vidrio. Dorotea Smith. Quería conocerla, ya que no podía estar cerca de su hermano sin que se quisieran matar, al menos podría ir a verla a ella.

Ir a verla... Ella tenía que ir a buscarla, encontrarla y unir su familia, o al menos a ellos tres. Pero iba a necesitar ayuda para salir, estaba muy segura que Gabriel no la dejaría ir sola en busca de su madre, pero si se iba sin que se dieran cuenta...

Giró hacia Forest, este seguía revisando las hojas, una por una, tal vez buscando alguna falla... Sonriendo, camino hacia él y le retiro las hojas de las manos, colocándolas en la camilla para después sentarse a horcadas sobre él.

La vio con una ceja arqueada, iba a necesitar más.

— Forest.

— ¿Sí, zorrita?

Respiró hondo e hizo lo que nunca creyó que haría, pues era de suma vergüenza; soltó un sonido, uno especial de los zorros y noto con alegría como las pupilas del macho se dilataban. Dio un respingo al notar las manos de Forest aferrándose a sus nalgas con fuerza. Oh, si, muñeco. Descontrólate.