Capitulo 8: pacto

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Inmediatamente caí al suelo, sentí que mi cuerpo no resistía e iba a explotar, las cinco monjas abrieron la puerta y me arrastraron hacia dentro de la habitación.

Había una llama encendida en el medio, las monjas bailaban a mí alrededor, derramaban un liquido rojo sobre mi, lo toque y era sangre, había un mal olor terrible en aquella habitación, mi cuerpo empezó a doblarse como una serpiente, al cabo de un rato me había quedado quieto, ya estaba consciente.

- solo tienes dos opciones- me dijo una de las monjas, no sabía de que hablaba- ser la ofrenda o hacer pacto con él.

- ¿Qué pacto? - dije, algo temeroso, nervioso, no sabía nada.

- si no hacer pacto con el diablo ahora mismo, te daremos a él como una ofrenda - dijo, tomando un cuchillo.

- ¡quiero el pacto! - le grite asustado y nervioso.

Me pusieron de pie, empezaron a cantar y bailar alrededor del fuego, me dijeron que me parara en el fuego como pudiera, ¡pero claro que no iba a hacer eso! Pues me obligaron a hacerlo y me retuvieron allí, luego apareció una figura alta, negra, ojos rojos y calva. Era tanta su presencia que cambio el clima, el fuego no m quemaba mas, era maldad pura.

Supe que era el mismo diablo, quizás, me tomo la mano y la sumergió en un cubo de lava que llevaba, no me quemo para nada, tomo un cuchillo y me saco un poco de sangre del dedo para el pacto, me dijo que pidiese lo que quiera, y una vez que se sellara el pacto, seria suya mi alma, le dije que quiero salir de allí, asintió y desapareció, caí dormido y al despertar me encontraba recostado en mi casa, y no estaba en el manicomio.

El manicomioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora