Revolución...

Revolución no es sólo "dar vuelta", no es sólo sublevarse y armarse, no es incitar al otro a salir a la calle.

Revolución es amar. Amar sin cansarse, es poner en palabras lo que pensamos, sin hacer daño a nuestro acompañante. Es entregarse por entero sin temor a lastimarse, es confiar en el otro sin juzgar por lo que nos cause.

Revolución es animarse. Animarse a ser tal cual somos, mostrarnos como vinimos al mundo, libre de egoísmo, de maldad y tapujos. Es ser lo mejor versión de nosotros mismos para descubrir lo mejor del otro.

Revolución es crecer. Crecer en esperanzas, aun cuando libremos mil batallas. Es ver lo positivo en cada paso, en cada acción, en cada palabra. Es perdonar y perdonarse, sin remordimientos que atormenten el alma.

Revolución es crear. Crear cientos de instantes, es sacar de la manga eso que nos hace brillar junto al otro. Es querer crear esos momentos y hacerlos perdurables. Es sacar partido incluso de las situaciones menos agradables.

Revolución... qué palabra más impresionante, es cómo un témpano de hielo del cual sólo vemos una mísera parte. Qué palabra más impresionante, flota a la deriva y muchas veces interpretamos mal al ver su semblante.

Revolución...