P R Ó L O G O

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«A veces quien más quieres, es quien más te daña»


Leer nota del final, por favor.






13 De Enero, 2009.

Camino con rapidez dentro de la casa en busca de mi novio. Hace un rato recibí un mensaje de él, con la dirección adjunta, pidiéndome que viniera por él. Cuando le pregunté por qué no me respondió, solo leyó el mensaje así que tome eso como iniciativa para llamar a Carol y pedirle de favor, si podía darme un aventón a la casa. Obviamente mi amiga no se negó, así que tras pedirle permiso a mamá —Cabe aclarar que le menti al respecto de dónde iba a ir — Espere a Carol en el porche de mi puerta, vistiendo simplemente con lo primero que encontré puesto que ya me hallaba en pijama. Una sudadera de mi hermano y un simple pantalón de deporte era lo que me cubria en una noche tan fría.

Siento los pasos apresurados de Carol detrás mío, intentando seguir mi ritmo, pero no me detengo. Siento una punzada en el pecho que me indica que algo va mal. Y eso me genera angustia. Le pregunto a uno que otro chico que recuerdo de aquella vez que Jared me los presento por él, algunos me dicen que no lo ha visto desde hace rato, otros me indican que está en el jardín y el último chico al que pregunto, resulta que acierta, pues me indica que está en una de las habitaciones, que lo vio subir hace rato. Pero sin duda no estaba preparada para verlo, mucho menos en la situación que está.

Esta sentado en la orilla de la cama, una chica rubia semi desnuda encima suyo. Ambos están besandose y me abarca una sensación de rabia cuando veo la mano de Jared apretar su trasero. El brillo del anillo de plata que adorna su dedo pulgar me hace querer llorar. Siento una presencia detrás mío, inmediatamente se que es Carol pues oigo su voz mascullar una grosería en voz alta, lo que llama la atención de los presentes.  La chica no hace nada por cubrir sus pechos, solo sonríe y se baja de encima de mi novio, este en cambio me mira con lo que creo es, aburrimiento.

Me acerco a el, y sin esperarselo, dejo ir mi mano con fuerza contra su mejilla.

— ¿Cómo puedes hacerme esto, Jared? — No quiero llorar, pero el nudo en mi garganta amenaza con dejar caer las lágrimas en cualquier momento. Ahora que estoy frente a el puedo notarlo, está drogado.

Sus ojos dilatados y rojizos son prueba de ello.

— ¿Que demonios haces aquí? ¿Quien te trajo, Natalie?

— Yo la traje, imbécil.

Ambos ignoramos la voz furiosa de nuestra amiga, estamos demasiado concentrados mirándonos fijamente. No reconozco al chico frente a mi, luce cansado e incluso lo noto un poco más delgado. Sus ojos tiene unas grandes ojeras y la barba que comienza a crecer es notoria.

— ¿Que hago aquí? — Lo apunto con el dedo — Tu me enviaste un mensaje que viniera por ti.

Me mira con confusión. Esta apunto de decir algo, pero la voz de la chica — La cual ya se ya vestido — llama mi atención, pues habla con burla y sorna, mirándome con pena.

— Yo envié el mensaje, niña. Lo hice a propósito, para que así dejes de una vez en paz a Jared tras vernos… Entiéndelo, el no te quiere y nunca lo hizo.

Entonces explotó y pronto todo se vuelve un caos. Pues sin decir nada me lanzó encima de la rubia que me araña la mejilla antes de que pueda soltarle un golpe. Caigo encima de ella y lo aprovecho pues le suelto una cachetada que le gira la cara y la orilla a tirar de mi cabello. Me devuelve el golpe con puño y estoy segura que me abrió el labio, pues el sabor metálico que siento en mi boca es inmediato. Escucho los gritos de Carol diciendo que le dé más fuerte, entre otras voces. Le doy cachetadas que ella me devuelve con más fuerza sin soltar mi cabello. Así que como alternativa intento morder su mano o al menos lo intento pues me separan de ella. Intento soltarme de quien sea que me este agarrando, pero entonces jadeo sorprendida cuando veo como Jared inspecciona a la chica rubia qué llora tomando sus manos, comprobando que este bien.

LAS VECES QUE TE AMÉ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora