forgiveness (park jimin)

011

Punto de vista: Joohyun.

Creo que había desperdiciado 20 minutos del día revolviendo con una cuchara mi taza de té, junto a un libro en mi regazo, tenía examen pronto y con suerte había leído el título del libro. 

— Ese té ya debe estar congelado. — Me dijo Minji sacándome de mis pensamientos.

— No puedo concentrarme. — Dije en voz baja sin mirarla. — No puedo.

— Tranquila, te entiendo. — Me alentó mientras me daba suaves golpes en el hombro. — ¿Has sabido algo de V?

— No hablamos hace una semana o tal vez más. Le mandé varios mensajes y lo llamé también un par de veces, pero me colgaba o me dejaba en leído.

— Pero y ¿por qué? Digo, yo entiendo la situación, pero Taehyung te dijo que tú no tenías la culpa.

— Lo sé. — Sonreí débilmente. — No entiendo qué pasa.

— Esto está fresco, Hyunnie, por eso es que todo está incómodo, pero en algún momento pasará.

— Quiero irme lejos.

— Ah no, ya vas a empezar, ya va a empezar la señorita "quiero irme lejos", mujer, deja de huir de todas las situaciones. ¿Otra vez te quieres cambiar de país? ¿Otra vez quieres salir corriendo?

— Sí.

— ¡Deja de pensar que así solucionas las cosas! Lee, escúchame bien, anda al fin del mundo si quieres, pero de ti misma jamás, pero jamás vas a poder escapar.

— ¿Por qué siento que siempre las cosas me salen mal? — Pregunté, aunque más bien, me había hablado a mí misma en voz alta. — Siento que cuando creo que está todo bien...

— A veces la vida da vueltas, de la peor forma, y nos vuelva a reencontrar con personas del pasado. Jimin...

— No quiero hablar de él, por favor. — La interrumpí. Lo que menos quería, ahora, era escuchar ese nombre.

— Si quieres, yo le puedo hablar a Taehyung, podemos inventar algo, no lo sé. — Intentó animarme, pero ella era consciente que no estaba funcionando. — No sé, que estás en el hospital, el llegará volando.

— No juegues con eso.

[...]

Habían pasado, tal vez, unos tres días desde aquella conversación con mi roommate y mayores cosas no habían pasado. Sin contar que fui un asco en el examen y que aún no recibía ni una sola llamaba.

O que no podía dejar de pensar en todo lo que había pasado.

Estaba estirada en la cama con el celular frente a mis ojos y conociendo mi torpeza, estaba segura que en algún momento se me iba a caer en la cara.

— Dime algo aunque sea. — Susurraba para mí misma. — Algo aunque sea.

Tenía mi mirada fija en el techo de mi habitación y sentía como los recuerdos se proyectaban en el.

— ¿Irte? Mi vida, ¿por qué quieres irte?

— No quiero hablar de eso, mamá, quiero irme lejos de acá, por favor. — Decía mientras gruesas lágrimas resbalaban por mis mejillas. — Donde sea, me da lo mismo el lugar, llévame lejos de acá, por favor, llévame lejos de acá. — Y en aquel momento yo no era más que un llanto desgarrador.