【Capítulo 3】

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Todos sus amigos estaban algo atónitos viendo la escena en que ambos chicos yacían tirados en el suelo con evidentes golpes en sus cuerpos y llegaron tarde para detener al o los culpables de todo aquello.

  — Quiero ir a casa.— Masculló KyungSoo con dificultad, arrastrando sus  palabras con severidad a causa del dolor.

  — Yo puedo llevarte.— Se ofreció un preocupado JongIn que no dudó en acercarse al más bajo ayudándole a ponerse de pie. Temía que algo de eso fuese grave para cualquiera de los dos, pero al echar un vistazo a ChanYeol pudo notar que él ya estaba de pie un poco mejor. Vaya idiota que se atrevía a pelear sin saber hacerlo.

— Yo me ocuparé de dejarlo en su casa, Kai.— ChanYeol llamó al moreno por su apodo regular dentro del grupo.

— Estás igual o peor que él, no me das seguridad alguna de que llegue a salvo a su casa.— Sostenía a KyungSoo por la cintura mientras que éste pasaba un brazo detrás del cuello ajeno para afirmarse.

— Fui yo el que vino a ayudarlo.

— Si lo ibas a hacer por alguna especie de estúpido reconocimiento mejor ni lo hubieses hecho.— Agregó JongIn perdiendo un poco la paciencia y bastante pronto, siempre le pasaba con aquel sujeto alto.

Al final fue así, JongIn caminando lentamente por la calle con un adolorido KyungSoo que de vez en cuando lo miraba de reojo, nervioso y agradecido con su ayuda tan desinteresada.

— ¿Qué fue lo que pasó? — Preguntó con la mirada al frente sin dejar de ser el apoyo necesario para el contrario.

— Nada, creo que querían asaltarme.— Mintió el mayor.

— ¿Te han quitado algo?

— No, por suerte no alcanzó.

— Por un lado me alegro de eso pero, aún así te golpearon sin motivos. Pudieron quitarte las cosas y luego irse.

— No todos los ladrones de Seúl actúan de la misma manera.

— Claro que no, pero al menos te hubiese quitado la billetera el muy idiota.

KyungSoo se puso a reír pero intentó controlarse por el dolor que le presionaba las costillas al hacerlo y JongIn sólo pudo detenerse a admirar aquella expresión mientras reía también.

Llegaron a casa de KyungSoo y éste sólo le permitió dejarlo en la puerta.

JongIn era un buen amigo, muy buen amigo. 

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El lunes siguiente fueron como de costumbre, KyungSoo estaba mejor respecto a su ataque del día viernes recién pasado, incluso se veía bastante alegre. Se acercó al grupo de chicos como lo estaba haciendo con regularidad antes de la primera clase y juntos hablaron de cosas vanas que podían hacer o querían hacer todos juntos.

KyungSoo no paraba de reír en todo momento, con cada tontería ocurrente por parte de los demás y especialmente por parte de JongDae o Chen, como le decían todos. Entre tanto disfrutar el momento previo a sus clases de inglés pudo cruzar miradas con JongIn quien se encontraba serio en el otro extremo sin quitarle la vista de encima cosa que hizo cohibir a KyungSoo más de lo normal he intentó fingir aquello girándose para sentarse en su lugar, después de todo ya estaba por llegar su maestra.

KyungSoo se había encargado de dejar como una mala, muy mala coincidencia lo del día del ataque para no tocar más el tema y porque también le daba cierta vergüenza que todos se enteraran de que antes era un marginado en su clase, el chico inútil al cual golpeaban por mera diversión y a toda costa prefirió no tocar ese tema ni nada referente a su antiguo instituto.

Pero aún así era como si esos dos pudieran olfatear su miedo. Ya salían de clase rumbo a sus hogares y para variar, en grupo, una costumbre en ellos que eran más cercanos de lo común en unos compañeros de clase y no, maldita su suerte cuando escuchó la voz de Johnny tras de ellos.

— ¡Hey! ¡Hey tú, maldito maricón!

KyungSoo tragó grueso intentando ignorar aquellas palabras.

— ¡Oye! Maldito gordo asqueroso, ven aquí.

Sintió un jalón de su mochila lo cual lo hizo retroceder torpemente y todos sus amigos se detuvieron ante la escena. El más bajo miraba al abusador con ojos de horror y no quería mirar a las otras personas que estaban frente a él sin entender que mierda ocurría.

— Suéltalo.— Ordenó un serio ChanYeol.

JongIn se acercó y dio un empujón a Johnny, que era algo más alto que él.

— ¿Van a defenderlo? ¿En serio? — Soltó una risa burlona.— ¿Te conseguiste guarda espaldas? — Preguntó al que aún tenía atrapado en su mano.

— N-no. . .

— Te dije que lo sueltes.— ChanYeol más decidido que antes se acercó quedando junto a JongIn, también los demás se aproximaron ante el bravucón y esté chasqueó su lengua algo decepcionado. Todos le miraban curiosamente y a su amigo, que parecía tan intimidado y pequeño junto a ese chico extraño.

— Hoy no podré jugar contigo, pero ya pronto nos daremos tiempo.— Terminó de decir aquello tirando a KyungSoo contra los chicos que previamente lo defendieron y ante la poca coordinación de sus pies casi cayó al suelo de no ser por un hábil ChanYeol que lo había atrapado antes.

— ¿Estás bien? — Preguntó el alto.

— S-sí.

Nadie dijo nada, nadie preguntó siquiera porque KyungSoo comenzó a caminar delante de ellos y sólo ChanYeol y JongIn lo siguieron hasta que llegaron a casa del más bajo.

— ¿Estarás bien? — Preguntó JongIn con preocupación.

— Lo estaré.— Confirmó un KyungSoo nada convencido de aquello.

¿Cómo podría estarlo si ahora sabían dónde estudiaba y se tomaban el atrevimiento de ir a por él a hacerle la vida imposible también allá.
Se sentía enfadado por ser un maldito miedoso que no era capaz de defenderse de aquellas malas personas.

¿Qué sería ahora de él?


¿Ellos querrán seguir siendo amigos de un maldito marginado?”

Bullying: Do Kyung Soo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora