Prólogo

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PRÓLOGO.

Un día de Marzo, como cualquier otro. Bueno, era un día normal para todos, menos para Annie. En la acogedora habitación de la adolescente resonaba Summer Love de One Direction, su grupo favorito.

Se miró al espejo una vez más antes de salir de casa. Perfecta. Más o menos, dentro de lo que cabe. Ella nunca se ha considerado nada del otro mundo. Pelo largo, rizado, rubia, ojos verdes, estatura media. Hoy era su primer día en Londres, realmente esta ansiosa, desde que tenía 9 años este había sido su sueño. Vivir en Londres. Cerca del Big Ben, de el London Eye...

-¡Buena suerte, cielo! ¡Ten un buen día!- se despidió su madre desde la ventanilla del monovolumen.

Annie se despidió con la mano. Suspiró.

-"Tú puedes, tú puedes, tú puedes..."-Se repetía a si misma una y otra vez.

Caminó, desorientada, por todos los pasillos del "London High School". De repente, "plof". Todos los libros al suelo. Mierda.

-¡Hey! Podrías mirar por donde vas, ¿no?- se quejó Annie sin levantar la vista del suelo.

-Tranquila, lo siento, no era mi intención hacerte daño. Eres la nueva, ¿no?

Annie levantó la cabeza. Sus ojos verdes se encontraron con esos preciosos ojos celestes. Cayó rendida a sus pies. Es mirada. Esa maldita mirada. Le resultaba tan familiar, pero era imposible, no había visto a ese chico en su vida. Pero no sé, había algo que le decía que le  había visto antes.

-Soy Derek, ¿y tú eres...?-dijo el joven mostrando una perfecta y blanqueada sonrisa ladeada. Le entregó los últimos libros que había en el suelo. Esa sonrisa, ¿por qué le resultaba tan familiar ese chico?

-A...Annie...-tartamudeó la chica rubia.

-Encantado, Annie. ¿De dónde eres?

-España, ¿se nota mucho?

-Solo por tu acento.

Intercambio de sonrisas. Derek cogió el horario que la joven sujetaba en su mano izquierda.

-Perfecto. Tu siguiente clase es conmigo, tenemos Álgebra con Mrs. Duncan, no te preocupes, parece un poco borde e incluso, puede llegar  a intimidar un poco. Pero, en el fondo, es buena persona.

Los dos compañeros se dirigieron a su clase, entre bromas y risas. Aquel chico tenía una risa muy peculiar. exagerada. Le encantaba. Pero, seguía con la extraña sensación de que ya conocía a Derek.

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