CAPITULO 2

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Derek emprendió su camino hacia su casa. Sonó el timbre. Llamada entrante. Contestar.

-¿Hola?- preguntó Derek.

-Hola, Niall.

-Hola, Liam. ¿Qué pasa?

-Los chicos y yo vamos a ver una película en mi casa, ¿te apuntas?

-Claro. Voy para allá.

-Vale.

-Adiós.

Niall colgó el teléfono y emprendió camino hacia su coche. Cuando ya estaba conduciendo por las carreteras de Londres. Estaba cansado. A veces, llevar una doble vida no era tan fácil. Pero es lo que quería. Quería cumplir su sueño y, también, poder ir al instituto. Como cualquier otro chico de su edad. Ya se había planteado varias veces dejar los estudios y, simplemente, continuar de gira y conciertos, como el resto de los componentes de su grupo. ¿Por qué no lo hizo? Muy fácil. Por ella. Aquella jovencita rubia que había hecho que su mundo diera un giro de 180 grados. Sus ojos verdes, su perfecta figura, la rizada cascada de oro que le caía por la espalda de esa forma tan perfecta. La chica de la que, inconscientemente, se había enamorado. Su adorable acento español hacia que se derritiera ante sus ojos. Siempre que la miraba, no podía evitar sonreír. Era especial. Era única. Cuando sus palabras se entrelazaban y sus miradas se cruzaban, se sentía la persona más feliz del mundo. No tenía el valor para confesarle lo que sentía. Era un inmenso cobarde. Pero, ¿qué más da? Ella estaba enamorada de otra persona. De Chase Edwards. El chico perfecto del instituto. Pero, ¿se enamoraría de Niall Horan? Odiaría que eso pudiera pasar, porque significaría que no está enamorado de él, sino de la persona que gana premios y graba discos. Por eso es mejor que no se lo diga mañana, en San Valentín. Si ella le quiere de verdad, se enamorará de Derek Clifford y no de Niall Horan. Si algún día Annie se enamora de Derek, será entonces cuando de verdad pueda confesarle quién es en realidad. Hasta entonces, no.

Perdido en sus pensamientos, Niall llegó a casa de Liam, sin darse cuenta. Aparcó y subió por las escaleras hasta el apartamento de su amigo. Llamó a la puerta y le abrió Zayn.

-Hola.

-Vas Happenin?

Rieron y chocaron los puños.

-¡Louis! ¡Devuélvemelo! ¡No tiene gracia!

Louis corría por todo el piso, seguido de Harry, con un peluche en la mano. El chico moreno de ojos celestes no podía parar de reír.

-¡Vuelve aquí! –Protestaba el joven de rizos, fatigado.

-Eres muy infantil, Harry.-se burlaba Louis.

-¿Y qué?

Louis se quedó pensativo unos segundos.

-No sé.- se encogió de hombros.- Pensé que te iba a molestar que te llamara infantil.

-No me molesta.- respondió orgulloso.

Louis se acercó a Harry y observó su pelo.

-Mmm… Se te están quitando los rizos.- dijo en tono burlón.

-¡Retíralo!- amenazó Harry.

Y, volvieron al punto de partida, Louis corriendo seguido de Harry. Vaya dos. Aun así, se alegra de que sean como son. Nada sería igual sin ellos.

Liam apareció en el salón con dos cuencos de palomitas. Louis y Harry corrieron hacia él y, con un ágil movimiento, consiguieron quitarle un cuenco. Liam no hizo nada al respecto.

-¡Hola, Niall!- saludó Liam.-Quítate la peluca y ven con nosotros.

Niall asintió y se fue al baño a quitarse el maquillaje y la peluca. Cuando ya volvía a ser Niall regresó con los demás.

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