Dreams.

CAPITULO 3

-¡Ya voy!

El timbre de entrada no paraba de sonar. Lilly se estaba impacientando en la puerta de su amiga, ya que no bajaba.

-¡Vamos! ¡No quiero llegar tarde! ¡Hoy es San Valentín!- gritaba su amiga desde la puerta.

Annie descendió, corriendo, las escaleras. Se saludó con su mejor amiga con dos besos y, emprendieron su camino hacia el London High School.

-Bueno, hoy es San Valentín.-comentó Lilly, emocionada, mientras andaban.

-Ya, ¿y?- respondió Annie sin entusiasmo.

-¿No estás nerviosa? Quizás tengas algún admirador secreto por ahí…

-Eso solo pasa en las pelis. Además, ¿quién se iba a fijar en mí?

-Pues cualquiera.  Todas las chicas matarían por ser como tú, Annie.

-No inventes. Da igual, ¿a ti que tal con John?

-¡Genial! Es un encanto y, creo, que ya se puede decir que somos oficialmente novios.

-¡Enhorabuena!

Las dos amigas rieron.

-Oye… ¿Con quién vas a ir al baile de esta noche?- preguntó Lilly.

-No voy a ir.

-¿Qué? ¡Oh, no! ¡De ninguna manera!

-¿Por qué no? No tengo pareja.

-Qué más da. Ve sola.

-¿Y hacer el ridículo? No, gracias.

-Vente conmigo.

-Tú vas con John, Lils.

-Da igual, tú vente.

-No.

-Sí.

-No, y ahora calla, está ahí Derek.

Lilly asintió y salió corriendo en busca de su amigo.

-¡Derek!

El chico se dio la vuelta y les saludó con una sonrisa. Su mirada quedó clavada sobre los ojos de la chica de cabellos rizados. Estaba tan guapa. Ya empezaba otra vez, el corazón le latía muy deprisa. Y a ella le pasaba igual. Pero, ellos desconocían los sentimientos el uno del otro.

-¿Qué hay chicas?

-Hola.-saludó Annie, tímidamente.

-¡Genial! ¡Hoy es San Valentín! John me dijo que hoy sería un día muy especial. ¡Qué nervios! ¡Venga, chicos! ¡No quiero llegar tarde a clase!- dijo Lilly, emocionada y, dando pequeños saltitos de alegría.

Los tres amigos siguieron caminando al instituto y un cuarto de hora más tarde, llegaron a su destino. Lilly, se separó de ellos cuando visualizó a John en los pasillos. Annie y Derek se quedaron solos el resto del día. Cuando terminó la jornada escolar, se dirigieron hacia el aparcamiento sin pronunciar una palabra. Juntos.

-Bueno…- suspiró Annie, intentando romper el incómodo silencio que había entre ambos.

-Bueno…- prosiguió Derek.- ¿Vas a ir al baile de esta noche?

-No tengo pareja.-comentó Annie, apenada.- ¿Tú?

-Tampoco tengo pareja.

-Ah.

Otra vez ese incómodo silencio.

-Oye…- intervino Annie.- ¿Y si vamos al parque y pasamos del baile?