CAPITULO 4

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¡Riiiiiiiiiiiinnng! ¡Riiiiiiiiiiiiiiiiinnng!

Annie se levantó sobresaltada. Observó que era su móvil el que sonaba. Le agarró, perezosamente, se lo colocó en la oreja.

-¿Diga?- preguntó entre bostezos.

-Buenos días, princesa.

Annie se sentó en la cama para estar más cómoda.

-Hola, cielo. ¿Qué pasa?

-¿Qué tal has dormido?

-Muy bien.

-¿Qué has soñado?

-No lo recuerdo. ¿Y tú?

-Pues he soñado contigo.

-¿De verdad? ¿Y qué has soñado?         

-¿Quieres saberlo?

-Sí.

-Sal al balcón.

-¿Qué? ¿Para qué?

-Tú hazlo.

Annie dudó si hacerlo o no. Al final, obedeció. Se puso una sudadera y unas zapatillas. Salió al balcón.

-Ya estoy, ¿qué ocurre, Niall?

En ese momento notó unas manos rodeándole la cintura. Se giró y le vio. Estaba tan guapo. Cómo siempre.

-Hola, princesa.-le susurró Niall al oído.

Annie mostró una sonrisa. Estaba atontada. Engatusada.

Niall besó los labios de la joven rubia.

-¿Qué haces aquí?

-Quería verte.

Ya llevaban más de un mes saliendo. Seis semanas. Todo había sido tan perfecto para ambos… Seguían queriéndose como el primer día. Habían tenido discusiones y celos, pero juntos, habían logrado superarlos.

-Te quiero.

-Yo más.

Volvieron a juntar sus labios.

-Por cierto…-interrumpió Niall.-Bonito pijama.

-Cállate.-le exigió Annie, colorada.

-No, en serio. Me encantan los ositos.

Annie notaba el ardor crecer en sus mejillas.

-Déjame, Horan.

Niall sonrió.

-¿Qué vamos a hacer?- preguntó la chica.

-Quiero llevarte a un sitio.

-Vale, ven.- arrastró a Niall hasta a la habitación.- Me ducho y vamos. ¿Vale?

-Vale, te espero aquí.- respondió Niall con una sonrisa pícara.

Annie se metió en el baño y, dos minutos más tarde, pudo oír el sonido del agua chocando contra la mampara de cristal.

Empezó a mirar toda la habitación. Habían pasado mucho tiempo allí desde que eran novios. Recuerda la primera noche como pareja, se coló en su habitación y comieron fresas con chocolate.

Vio que Annie tenía el ordenador encendido.

-¡Annie!- gritó para que pudiera oírle.

-¡Dime!- le contestó Annie, gritando.

-¿Me dejas tu ordenador para mirar twitter?

-¡Sí!

Niall se sentó en el escritorio y entró en Google. La cuenta de twitter de Annie ya estaba abierta. Miró las menciones y casi se le salen los ojos de sus órbitas cuando leyó los mensajes. Todos eran de directioners. La mayoría decían:

Dreams.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora