Sin control

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Lamentablemente las cosas no siempre son como uno espera, los días pasaban más rápido y eran un poco más soportables, gracias a que cada noche hablaba con JiHoon, no, no le hable de lo que estaba pasando, creí que si lo hacía, el se hubiera preocupado de más, JiHoon era mi mejor amigo y estando allá aunque yo le contase, no hubiera podido hacer nada.

Nunca me gustó ser la atención de alguien, eso de que se preocupen por mi era demasiado.

Aquel día había despertado sobre la hora, por lo que me hizo llegar tarde al colegio y tener otro medio ausente, aunque mis llegadas tardes me habían ahorrado muchos problemas, en vez de insultos o golpes, recibía tan sólo miradas frías y creo que con algo de odio en su interior, nunca me pare a preguntarles porque me odiaban tanto, yo no tenía nada de especial, y ya casi ni comía para poder entrar en algún grupo, todos en el colegio eran "perfectos" con defectos que yo sólo podía ver, y eso que nunca me crei mejor que nadie, solo el peor.

Recuerdo que ese día, tuve que sentarme al lado de JiHo, aproposito su mejor amigo Park Kyung, había ocupado mi lugar, y al no haber otro sitio disponible, no tuve otra opción que ocupar el suyo.

Tuve que soportarlo toda la mañana, y para colmo llenaba papelitos con saliva y los ponía en mi oreja, era realmente molesto, claro que intentaba defenderme pero JiHo sin duda era más fuerte y pesado que yo, y cada vez que le levantaba la voz, el profesor siempre llamaba mi atención. Y es que esto es así, los profesores parece que siempre están del lado del ofensor. 

En cuanto las clases terminaron, me tocaría a mi hacer el aseo, junto con Kyung, aja, aquel chico que era manipulado por su cruel mejor amigo.

-Tu limpia y me avisas cuando terminas, estare afuera...- Dijo Kyung antes de abandonarme en el salón, donde ya no quedaba ni una mosca.

Kyung cerró la puerta al salir, pero nunca me iba a imaginar que le hubiera puesto llave, mientras tanto yo me apresure en terminar, estaba aliviado de hacerlo yo sólo y no soportar a nadie, pero en el momento que me tocaba salir e ir a casa, la maldita puerta estaba con llave.

Debo admitir que en aquel momento me enoje tanto que comencé a patear mesas, tirar sillas y desordenar todo el salón.

¿Que por que no me escape por la ventana? Tenían rejas y para colmo, yo comenzaba a sufrir un extraño pánico por querer ir a casa, quería salir de ahí, entonces lo lograron, comencé a llorar.

Acurrucado en un rincón lloraba todo lo que no había llorado antes, lloraba y abrazaba mis rodillas, quería volver a Japón extrañaba de más a mi mejor amigo, me sentía sólo, y lo que en aquel momento era, una basura.

No es para justificar lo que hice... Pero todo fue su culpa.

De pronto, mientras yo lloraba y me hundía en mi miseria, pensando que probablemente pasaría toda la noche ahí, ya que el sol ya se estaba ocultando. Una risa burlona y demasiado familiar, se escuchaba atrás de la puerta, JiHo.

-Sacame de aquí maldito...- Enseguida me levante comenzando a golpear la puerta, el se reía más fuerte.

-Tranquilo... Sólo estaba jugandote una broma.

Decía entre risas, que más me enfurecian y entonces agarre el borrador del pizarrón intentando romper la puerta, ya estaba harto, aunque sólo logre hacerle algunos rasguños a aquella puerta que se interponia entre mi enemigo y yo, en ese momento escuche como la llave era puesta en la puerta.

JiHo abrió la puerta brutamente, dándome un golpe con esta en la nariz, tan fuerte que la hizo sangrar.

Pero a mi no me importó, sólo quería vengarme, así que sin dejarlo reaccionar me abalance sobre el, cayendo él al suelo, me subí sobre JiHo, apricionandolo con mis piernas y comencé a golpearlo, así me desquitaba, lo golpeaba con mi puño y hasta con el borrador del pizzarron que estaba aún en mi mano, el intento detenerme, pero ya era tarde, quedó inconsciente y la sangre de su cabeza comenzaba a desparramarse en el suelo.

Fue entonces cuando decidí soltarlo, me aleje de el sentandome en el suelo mientras que abrazaba mis piernas, y lloraba, ahora era un asesino, mire a ambos costados del pasillo, pensando que Kyung estaría cerca, pero no fue así, nadie me había visto por suerte, deje a JiHo ahí tirado soltando el borrador y sali corriendo, pero antes de llegar a la puerta de salida, comenzaba a pensar que mis huellas quedarían marcadas, tenía miedo, mucho miedo.

Así que regrese hasta donde estaba JiHo e intentaba despetarlo.

-Despierta idiota... Esto no es una broma... despierta...- Decía yo entre llanto, mientras que sacudia el cuerpo insconsiente.

Ahora que lo pienso, tal vez sólo estaba desmayado, pero repito, tenía miedo.

Me levante tan rápido como pude y busque en el colegio, en aquel depósito de cosas viejas, una pala. Para mi suerte el jardinero del colegio guardaba todo ahí, así que fui hasta JiHo y arrastre el cuerpo hasta llevarlo al patio, justo en donde había un árbol enorme, comencé a hacer el pozo en donde oculte muy bien el cuerpo y el borrador,

Yo había quedado lleno de sangre, y el colegio también, me encargue yo mismo de limpiar todo bien, para no dejar ninguna pista de mi crimen, termine saliendo de ahí a las doce de la noche, ya no lloraba, y en ese momento no senti culpa... Sólo el alivio de haberme safado de JiHo.

N E R DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora