Capítulo 6

1.3K 243 75
                                    

Joshua le miró confundido– ¿Especial? ¿Especial como?

El contrario le dedicó una de esas sonrisas que tanto le gustaban y sintió algo extraño que le forzaba a sonreír con él.

–Te lo explicaré en otro momento, este no es lugar y es demasiado pronto para hablar de eso. ¿De verdad no le habías visto nunca? Él también es de Jun.

Joshua negó. No le había visto nunca. Él siempre había sido diferente. Nunca pisó el taller de Junhui. Era su robot personal, le arreglaba en su habitación, con su ordenador privado y después fue colocado en el escaparate y no volvió a ver lo que pasaba dentro.

La comida llegó y ambos se comieron los risottos con gusto. Pagaron y salieron del local.

–¿Quieres darme la mano? –le extendió la mano a su robot y este la tomó dudoso.

–¿Para que? –miró sus manos y sonrió. No tenía sentido pero era calentito y agradable, como los brazos de Seungcheol pero en una porción mas pequeñita.

–No hay un por qué. Solo quería ver si me gusta. Y me ha gustado. ¿Y a ti? –Joshua asintió y se acercó un poco más. Era agradable sentir el roce de las ropas y el calor corporal del contrario en sus sensores.

–¿No te molesta mi temperatura? –como robot, él no estaba ni frio ni caliente, estaba a temperatura ambiente aunque podía regularla si le apetecía– Puedo subirla un poco.

Seungcheol negó y le miró con una sonrisa– Déjalo así, me gusta que estés fresquito.

Esa frase provocó algún cortocircuito en Joshua haciendo que se quedara en blanco.
Solo seguía caminando sin fijarse en nada, solo pensando en esa frase.

–Ya estamos.

Le dio un tironcito en la mano para que dejase de andar y le señaló la tienda que tenían delante.
Justo delante suyo tenían una enorme tienda de muebles. Entraron y después de dar un paseo Seung encargó varios muebles.
Tras ver todo lo que había en la tienda ya era tarde, así que les dijeron que irían a montar los muebles al día siguiente.

Joshua salió de la tienda con los ojos como platos. Había ido calculando precios y la suma era tan grande que no recordaba haber visto una cifra así con anterioridad.
Seungcheol rió bajito por su cara y le llevó hasta el coche.

Al robot le sentó mal que tuvieran que soltar sus manos para conducir, pero comprendió que era necesario.

En llegar a casa Seungcheol cocinó algo y comieron en la cocina sin siquiera sentarse.

–¿Sabes? Me alegro de haberte comprado, esto empezaba a ser muy solitario. –comentó mientras recogían. Después de pensarlo un rato y recordar varias escenas que había presenciado desde su posición en el escaparate, Joshua tiró abajo las barreras que le impedían moverse y se acercó a su amo lentamente. Rodeó su cuello con los brazos y se apegó a su cuerpo– ¿Q-que haces?

Sus manos se apoyaron instintivamente en sus caderas– Solo quería ver si me gusta. Y me ha gustado. ¿Y a ti? –su amo sonrió al escuchar sus palabras en la boca del menor.

Rodeó su cadera y le miró a los ojos– ¿Puedo ver si me gusta otra cosa? Quiero probar. –Joshua asintió y cerró los ojos cuando vio a Cheol acercar su cara lentamente.
Sus labios se rozaron primero y se juntaron después. El robot se sorprendió pero al momento se dejó llevar. Los labios de su amo eran suaves, dulces y gentiles. Le besaba lentamente, sin forzar nada, solo un intercambio de dulces caricias en sus bocas.
Se separaban y volvían a unirse una y otra vez sin descanso disfrutando del contrario.

Minutos después se separaron definitivamente y se miraron sonriendo.
Seungcheol atrajo a su robot contra su pecho y le acunó ahí– Me ha gustado...¿y a ti? –Joshua asintió y cerró los ojos– Vamos...mañana iremos por ahí, pero hoy vamos a dormir.

Subieron al segundo piso tomados de la mano y se pararon ante las puertas de sus habitaciones.

–Duerme conmigo. –pidió Seungcheol– No quiero separarme ahora.

El robot corrió a por su pijama y volvió con él en la mano. Se lanzó a los brazos de Cheol y dejó que este lo llevase a la habitación.
Le dejó de pie delante de la cama y le desnudó para ponerle el pijama.

–Josh... –sonrió al ver que el robot no había cogido su pijama nuevo sino que llevaba el que le había dado que le quedaba como un saco– ¿Por qué coges este?

Joshua se encogió de hombros– Me gusta. Es tuyo.

La sonrisa se ensanchó aún mal en la cara de Seungcheol y tiró los pantalones a un lado para ponerle solo la camiseta– Así sirve. Espera. –en un momento se cambió poniéndose solo los pantalones y retiró las sabanas de sitio. Se sentó y palmeó su regazo– Ven aquí.

Joshua se sentó y su amo le tumbó quedando en cucharita y les tapó con la sabana.

Se quedó quieto disfrutando de las suaves caricias que Cheol le taba en el abdomen y las piernas y resistió a quedarse en suspensión hasta que el contrario se hubiese dormido.

00_487//Joshua [CheolSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora