Capítulo 12

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Mingyu le ordenó vestrse y nada más acabar, Joshua fue arrastrado hasta un coche donde le abrocharon con rudeza.

Mingyu se sentó a su lado y le sonrió perversamente– Vamos a divertirnos un rato. Sé de un local donde podrán enseñarte bien.

El robot se encogió y miró por la ventana con miedo. No sabía a dónde le estaban llevando, pero no quería ir. Quería volver a casa y que Seungcheol le abrazara de nuevo.

Pensar en su amo hizo que soltara un quejido involuntario. Mingyu le miró y se rió de él.

–Oooh...¿quieres volver a casita? –desabrochó su cinturón y le obligó a sentarse en su regazo– No te preocupes, al menos no estarás conmigo por unos días.

Joshua le miró esperanzado y el contrario no pudo evitar soltar una carcajada.

–Vamos a ir a mi local preferido. Te dejaré allí con mi cliente preferido. Él te enseñará cosas para que podamos divertirnos...no es divertido violarte si no te quejas.

Ninguno dijo nada mas en el resto del viaje y Joshua tuvo que soportar como le manoseaba todo el cuerpo durante el trayecto.

Media hora después llegaron a una pequeña ciudad.
Joshua miró por la ventana extrañado. Esa ciudad no era como las que conocía; en las otras ciudades habían casas, pisos, etc...en esa sólo habían tiendas y centros comerciales.
Todo el mundo iba con al menos una bolsa y parecían ser felices comprando y comprando.

El coche siguió hasta las afueras de esa extraña ciudad y paró en la parte trasera de un edificio.
Habían unas escaleras iluminadas con faroles rosas y había un gran letrero rojo con luces let.

–Ya hemos llegado...

Se bajaron del coche y subieron las escaleras.

Una vez dentro el ambiente cambió totalmente; todo estaba pintado de colores rojos y rosas y había decoraciones ostentosas con formas de cuerpos desnudos.
Incluso si no sabía qué era ese lugar, Joshua sabía que no debía estar allí.

–Por aquí. –Mingyu tiró de su mano y le llevó hasta una sala– Primero me vas a ver jugar a mí, después te dejaré aquí. Y ni se te ocurra tratar de escapar, aquí estarás bien vigilado.

El alto se dejó caer en la cama que había en el centro de la habitación y le indicó que se sentara en una silla que había al lado.

–Y no apartes la vista de mi en ningún momento. Tienes que verlo todo.

Joshua asintió con miedo, se sentó en la silla y esperó.

Un par de minutos después, la puerta se abrió y volvió a cerrarse; un joven alto y rubio había entrado a la habitación.

Ambos se giraron y se miraron con curiosidad. El rubio estaba sorprendido por verle allí y Joshua trataba de adivinar quién era el rubio. Le había visto antes en algún lugar, estaba seguro.

Justo cuando Joshua estaba por preguntar, el joven se giró y le dedicó una sonrisa dulce a Mingyu– Amo...cuanto tiempo sin verle. Le he echado de menos. –lentamente se acercó a la cama dejando caer el fino camisón que cubría su cuerpo y se puso a cuatro patas sobre Mingyu.

–Bebé, tampoco he tardado tanto... –el rubio gimió contrariado.

–Amo, una semana es mucho...

Mingyu rió y giró quedando sobre el rubio. Atacó sus labios violentamente y sonrió complacido– Entonces recuperemos ese tiempo ésta noche.

Rieron juntos y Mingyu comenzó a desnudarse mientras el contrario acariciaba su pecho y le ayudaba con la ropa.

–¿Su robot se va a quedar a mirar?

El empresario resopló y se dejó caer en la cama– Si. Ese inepto tiene que aprender algunas cosas.

Joshua se encogió y se agarró con fuerza al borde de su camiseta. Hablaban de él como si ni estuviera allí.
Era molesto, pero al menos le reconfortaba que no estuvieran molestándole.

El rubio sonrió hipócritamente y lanzó una mirada al robot que les miraba encogido en una silla.
"Pobre" pensó. Le sabía mal que estuviera ahí sin hacer nada, pero a quien debía complacer era al moreno, no podía permitirse preocuparse por el robot si Mingyu no quería.

–Mmm...amo...

Gimió cuando las manos del moreno agarraron sus nalgas y correspondió rodeando su cuello con los brazos.

–¿Ya estás preparado, bebé? Porque hoy no tengo paciencia para esperar. –el rubio asintió y se alejó de él poniéndose en cuatro en la cama. Separó sus nalgas con una mano y le mostró a Mingyu su entrada ya dilatada.

–Yo siempre estoy preparado para recibirle, amo.

El moreno sonrió perversamente y se le acercó.

Mientras, Joshua les miraba aterrorizado. ¡Iban a copular delante suyo!

Quería taparse la cara y cerrar los ojos. Le avergonzaba ver eso, no quería verlo. Quería volver a casa y abrazar a Cheol, pero por supuesto que no podía. Tenía que quedarse allí mirando.

Poco a poco Mingyu se introdujo en el rubio. Pero, para desgracia del robot, a quien miraba era a él. No tenía oportunidad de apartar la vista, su secuestrador le estaba violando con la mirada mientras se movía rápidamente dentro del rubio.

El robot agarraba su camiseta con fuerza. Casi se podía ver el gris de su estructura a través de la pies de sus nudillos.

Estaba seguro de que Mingyu le estaba imaginando a él gimiendo bajo su cuerpo y arqueando la espalda para recibirle.

Casi podía sentir sus repelentes manos acariciando su cuerpo mientras le violaba.

No quería. Apartó la vista, pero su mirada fue a parar a la cara del rubio que se dejaba hacer eso como si fuera algo normal.
Parecía estarlo disfrutando. ¿Cómo podía? ¿Acaso lo hacía por gusto?
No tenía sentido. Nada en ese local lo tenía.

No quería quedarse encerrado ahí por días. Quería huir y reencontrarse con los cálidos brazos de Seungcheol que le reconfortarían y le harían olvidar esa mala experiencia.

00_487//Joshua [CheolSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora