CAPÍTULO II - LLAMADAS INESPERADAS

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Ignacio y yo tomamos asiento, uno al lado del otro. No había tema de conversación, parecíamos completos desconocidos. Él aprovechó el momento para sacar de su bolsillo su celular y sus audífonos; se los puso; y se desconectó totalmente del mundo. Mientras que yo...pues yo no tenía celular y no acostumbraba llevar artefactos al colegio, no quería arriesgar a perder a algunos de los objetos que mis padres me habían comprado en años anteriores.

Pensé que pasaría largos minutos junto a mi soledad, y fue en ese preciso momento, cuando llegaron a ocupar sus respectivas ubicaciones los 4 compañeros de las otras secciones: Valeria, Sebas, Renata y Priscilla.

Valeria y Renata pertenecían al aula de Quinto año B, eran las más destacadas, cada una tenía un carácter opuesto a la otra. Renata era apacible, afable y sensible. Sus amigos la describíamos como "Una fiel confidente", apelativo que la convertía cada año en "La mejor amiga" de su salón. Por otro lado, Valeria era directa, orgullosa e impaciente, la mayoría de sus compañeros temían preguntarle sobre alguna duda que les inquietaba durante las clases. Poco se sabía sobre ella, había días en los que la felicidad le invadía; y días negros en los mostraba el lado oculto que muchos desconocían.

Sebas y Priscilla, alumnos de 5to C. A pesar de ser considerado un salón de bajo rendimiento académico poseía grandes líderes. Este era el caso, ambos habían ocupado el puesto alcalde y teniente alcaldesa en el municipio escolar del presente año, respectivamente. Sus calificativos no eran tan altos, pero eran suficientes para aprobar el año escolar; al menos, representaban al colegio en diversas actividades, y no había evento en el que no estuvieran presentes. Además, Sebas era el primo de Renata, eran parecidos físicamente; pero el desenvolvimiento ante el público era diferente, la mayoría de chicas sucumbían por su personalidad.

Los 4 tomaron asiento y empezamos a charlar.

— ¡Arianne!  — Dándome un golpe doloroso en la espalda exclamó Valeria  — . Ingrata, no has ido a visitarnos al salón, y eso que hoy es el primer día de clases  — se escuchaba fastidiada.

—  Lo siento Valeria  — me sonrojé — Pero ni si quiera te encontré por los pasadizos — respondí ante su reclamo.

— Mi tutora la castigó por tener el celular dentro del aula  — comentaba Renata.

— Los celulares no me parecen objetos oportunos, basta tener una computadora y una red social para comunicarse con los demás  — emitía mi opinión.

— ¡Y habló la incomunicada! — expresó Sebas entre burlas.

— Por cierto, Sebas, ¿Te regresaron la tablet que te decomisaron el año pasado? — contraataqué.

— Bueno... — punto a mi favor  —.  No me recuerdes ese incidente — Sus nervios le jugaron en contra.

— Jajaja — rió Priscilla  — Renata suplicó al tutor de Sebas para que le devolvieran la tablet, pero ni así le hicieron caso. Casi todo el colegio se enteró que le habían quitado ese objeto, y por esa irresponsabilidad estuvieron a punto de inhabilitarlo para la candidatura  — demostró su molestia.

—  Son cosas del pasado, pero...  — Sebas cambió su rostro de felicidad al de un joven curioso  — ¡Hey Ignacio! ¿¡yuju!? — sacudía su mano frente al rostro de mi compañero.

— ¿Eh? ¿Qué sucede?  — Se quitó los audífonos y volvió al mundo real.

— Pues que aquí los 5 hablábamos, mientras que tú parecías el excluido del grupo — respondió Sebas mientras tocaba su mentón.

"No parecía, es", pensé

— Lo siento, estaba escuchando audiolibros — se estiraba mientras hablaba.

PROMESAS DEL CORAZÓN: ¿Nos volveremos a encontrar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora