CAPÍTULO V - PRISAS Y NOTICIAS

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Estaba echada en mi cama, perdida en mis propios pensamientos, hasta ese momento no me había percatado de la hora que era. La caja del vestido se encontraba a mi derecha y solo bastaba colocármelo para estar lista; entonces, me di cuenta de un pequeño detalle, en realidad eran dos: faltaban los zapatos y peinar mi cabello.

Alarmada me levanté y visualicé la hora. ¡Era 8:09 pm!, tan solo faltan 51 minutos para que el papá de Ignacio llegase y me recogiera, ¡Gran problema! No podía ir a ningún lado sin zapatos altos, y había otro inconveniente, ¡No sabía caminar en tacos! Era la primera vez que iba a una fiesta y no tenía ni idea de cómo debía lucir; quería llamar a Isabella para que me prestara algún par, pero ella era una talla más que la mía. No tenía otra opción, debía ir en balerinas, esto sería vergonzoso.

Me daba golpes en la frente una y otra vez por lo descuidada que había sido, pero no había marcha atrás, así que tomé un baño rápido y sequé mi cabello lo más rápido posible. Fue cuando el teléfono emitió su sonido.

"Justo una llamada ahora", dije fastidiada.

—  ¿Sí, buenas noches? respondí sin mirar el número que llamaba.

— Arianeee.... ¿Ya estás lista? — gritaba al otro lado del teléfono.

No era necesario adivinar quién era, era claro que solo Isa me hablaría con tanto ímpetu.

— Isa, tengo un problema — afligida mencioné

— No me digas que no irás, no te lo perdonaría  — sentí su disgusto.

— No es eso, lo que pasa es que no tengo zapatos   — me sentí avergonzada.

— Jajaja —  Reía Isa.

— No entiendo por qué te ríes en una situación como esta  — Empezaba a enfadarme su actitud.

— Cálmate, eres la misma talla que mi mamá ¿Lo recuerdas? — hizo una pausa — . Abre tu puerta ahora mismo, que las bolsas que traigo me tienen cansada.

De inmediato me asomé hacia la ventana y así era, ella estaba parada frente a mi puerta ¿Sería acaso que Isabella sabía que me encontraría en estos aprietos? Sin duda alguna, llegó a casa como un hada madrina a solucionar el problema de una afligida y desconcertada joven que desconocía los misterios de esta lúgubre vida.

La verdad es que por algo éramos mejores amigas, estaríamos siempre apoyándonos; a pesar de que el 98% de las veces Isa me involucre en sus planes para que sus padres le concedan algún permiso.

Abrí la puerta y en lugar de bolsas, observé maletas, en las que traía consigo plancha de cabello, cosméticos, calzados, y más.

—  ¿Te vas a cambiar aquí? — hice mi pregunta desatinada.

Isabella lanzó una de sus miradas penetrantes

— Fíjate que solo vine a jugar — respondió con sarcasmo.

Recordé que cuando éramos niñas y hacíamos pijamadas; aunque solo era un día, Isa siempre traía sus maletas, y en ellas muchos juguetes. ¡Qué nostálgicos esos días!

—  No podré quedarme a dormir en tu casa, pero empecemos con la operación ¡Salvaguardemos a Arianne! —  sus palabras destellaban entusiasmo

— ¡Espera! — repliqué  —. Tan solo faltan menos de 30 minutos, esto nos tomará mucho tiempo — mi rostro reflejaba preocupación.

— ¡Ah! ¡Por cierto, Ignacio me envió un mensaje en el que decía que su papá llegaría a las 10:00 pm a su casa, así que pensé "¡Mi pequeña amiga Arianne debe estar en problemas, por eso su inseparable amiga Isa irá a su rescate!" —  empezaba a reír con desenfreno

PROMESAS DEL CORAZÓN: ¿Nos volveremos a encontrar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora