El Caballero y la Princesa

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Hace mucho tiempo, donde la fantasía reinaba desafiando toda lógica existente, un caballero misterioso con una resplandeciente armadura plateada cayó en la infinita fosa del amor. Este amor provenía ni más ni menos que de una princesa.
Durante varios días el caballero fue al palacio a contar al rey y la princesa sus magníficas cruzadas, luchando y abatiendo ogros, gigantes y dragones, toda clase de bestias. Sin embargo mientras el rey aplaudía eufórico las osadas aventuras del caballero, la princesa solo se mantenía como adolescente regañada. En frustración y con un nudo en la garganta, preguntó a la doncella como podía ganarse el calor de ese gélido corazón. La princesa se levantó y respondió: "Si  gustáis entrar a mi corazón, debéis traerme la cabeza de un vil demonio, mientras montáis vuestro radiante corcel blanco. Solo entonces reconoceré su valía, noble guerrero."

Totalmente motivado caminó hacia su fiel corcel, ignorando las peticiones del rey, que solo repetía que aquello era una locura sin juicio. Pero era tarde, un hombre enamorado, es un hombre sin escrúpulos. Estaba decidido a probar su valía, su cruzada comenzaba con aquella primera galopa del caballo, a por la cabeza de un vil demonio.

Inspirado atravesó tierras inhóspitas, gélidos páramos y bosques tenebrosos, para por fin llegar al infierno.
Allí dentro enfrentó cara a cara a sus mayores temores, y abatió a cuanta bestia se interpuso en su meta. Y finalmente con aquella radiante y afilada espada derrotó a un vil demonio. Deshuesó el cuello y mutiló su carne, para poder llevarse su cabeza como trofeo.
Tras un suspiro, marchó orgulloso hacia el palacio, para contentar a la princesa. Aunque tenía sus dudas, ella eliminó todas sus dudas respecto a la valía de aquel hombre, aceptó el amor del caballero.

Esa misma noche caminaron hacia un árbol bajo un manto de estrellas parpadeantes. Allí, sellaron su amor con un profundo beso.
Sin embargo aquella noche el caballero lloró y sollozó con el alma partida en pedazos, pués con aquel beso, la doncella pereció entre los brazos de este. Desgraciadamente, el único propósito de aquél ser, era servir al fin, incluso aunque intentara ser feliz, terinaría inmediatamente volviendo a su labor sin fin. ¿El nombre de este caballero? Su nombre es la parca.

Fin

Amor y EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora