4. Galicia

45 6 6
                                    

Y llegó el día, hoy me voy con Denis a Galicia. A las 5 de la mañana me levanto, me visto y preparo todo lo que voy a llevar a mano.

Mis primas están despiertas, esperando a que venga Denis y así despedirse de mí.

-¿Y si estás de sujeta velas? Lígate a algún gallego y así dejas de ser solterona- anima Karen.

-Deja a Karen, lo que tienes que hacer es intentar divertate y pasártelo bien. Haz muchas fotos y envianoslas.

-Sí, os quiero mucho. No sé si volveré después o me iré a Londres.

-Como tu quieras. Nuestra casa es tu casa y lo sabes.

El claxon de un coche suena fuera.

-Es él. Abridle, subo a mi habitación a por mis cosas mientras.

Cojo la maleta, mi mochila y bajo para irme ya.

En la cocina, me encuentro con Noel sirviendo algo de desayunar a Denis mientras Karen le está hablando sobre algo, no llego a escuchar nada porque cuando me ven, se callan de golpe, le resto importancia.

-¿Nos vamos?

-Tenéis que coger fuerzas para el camino, así que primero desayunáis y después os vais.



-Denis, en la próxima parada nos cambiamos y conduzco yo, llevas mucho rato.

-Como tú quieras, pero cuando lleguemos a Galicia dejame a mí.

-Como tú quieras.

El silencio reina en el coche con la música de fondo, tenemos puesto reggeaton, música que nos gusta a ambos.

-¿Qué dirá Sandra cuando nos vea juntos?

-No lo sé, pero iremos unos días a casa de mis padres, luego iremos a casa de mi tío que está en Viena y nos deja su casa.

¿Sus padres? Que vergüenza.

Son 9 horas en coche desde Reus hasta Salceda de Caselas, su ciudad natal.

Llegamos a su casa a las 5 de la tarde, fuera nos espera una mujer que nada más ver a mi amigo, va corriendo a abrazarle.

-Mi niño, ¿estáis cansados? ¿Queréis beber algo o tenéis hambre? ¿O...?

-Mamá, no te preocupes. Estamos bien. Ella es Alessa, la chica de la que te hablé.

-Un gusto conocerla, señora Fernández.

-Oh no querida, el placer es mío.

Sonrío, parece una gran mujer.

-¿Papá no está en casa?

-No. Se fue esta mañana a navegar y aún no ha vuelto, y yo sola no puedo con las maletas.

-No se preocupe, podemos nosotros solos. Para mí esto no es nada, he viajado muchas horas más.

-Vale, Denis enseñale su cuarto y ducharos si queréis.

-Muchísimas gracias por la hospitalidad.

-No es nada querida.

-Y este es tu cuarto, bañate tú primera y luego yo.

-Está bien.

Entro en el baño y mientras me voy quitando la ropa apunto mentalmente que debo tachar Galicia de los sitios en los que aún no he estado en España.

También pienso en estas semanas de locura, he pasado de estar aterrizando en Barcelona de vuelta de Canadá a estar aquí, con Denis.

Tras ducharme y recoger todo lo mío, salgo de la ducha y me encuentro con Denis fuera.

-Oh, Alessa. Ha venido una de mis hermanas, se llama Nerea.

Bajo al salón y veo a la tal Nerea en el sofá junto a su madre.

Al lado está un chico al que reconozco a kilómetros de distancia.

-¡Álvaro! No me lo puedo creer, no te veo desde que me fui a Puerto Rico.

-Igualmente Alessa, te presento a mi novia, Nerea.

-¿Tú eres la hermana de Denis?

-Sí, encantada de conocerte, Álvaro ya me ha presentado, pero bueno.

-No pasa nada, tranquila.

La madre de mi amigo se marcha diciendo que tiene que hacer la colada, nosotros nos sentamos y ellos me cuentan como se conocieron: Nerea, como la suelen llamar, fue en un viaje con sus amigas a Madrid, todas fueron a El Retiro, sin embargo ella se perdió, Álvaro la encontró y después de conocerse más se enamoraron.

Al rato entra una chica muy guapa, parecida a Denis, de unos 16 años, rubia de ojos verdes.

-Hola María, ¿qué tal la piscina?

-Hola Nerea, muy bien, ahora me ducharé y me iré por ahí con mis amigos. ¿Quién es ella?

-Soy Alessa, soy amiga de tu hermano y le he acompañado a Galicia porque le voy a ayudar a conquistar a Sandra de nuevo.

-¿Tú eres Alessa Amore? ¡Sigo tu blog desde hace tiempo! Me encantó tu viaje a Cuba y a Alaska, fue alucinante ver las auroras boreales y muy bonito el paisaje- explica feliz la hermana menor.

Ambas comenzamos a hablar sobre mis viajes por el mundo, a lo que se unen Morata y Nerea.

-Vaya hermanitas veo que conocéis a Alessa ya.

-Pues si, hermanito, es mi ídola, siempre quise conocerla, ojalá salgáis juntos.

-¡María!- gritamos los dos.

Algo en mi corazón empieza a florecer, un sentimiento desconocido para mí por mis constantes viajes alrededor del mundo.

La Ciudad Que Nos UnióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora