-Buenas noches Alessa, mañana iremos a Pontavedra, por si tienes que prepararte.
-Vale, hasta mañana Denis.
-Buenas noches Alessa.
Oír salir de sus labios mi nombre es... espectacular, magnífico, ¿qué no es él?
Cuando ya estoy en la cama, escucho a dos voces, una femenina y otra masculina, discutir.
Reconozco esas voces, son Denis y María. Me acerco sigilosamente a la puerta y pego mi oído para escuchar que pasa.
-Vamos Denis, déjame ir con vosotros.
-No.
-Vamos Den... Sabes perfectamente que Alessa es mi ídolo.
-No lo he sabido hasta esta tarde.
-Vamos hermanito, sino me haces ese favor, me pondre a chillar y despertaré a todo el mundo.
-¡María!
-Vale vale, entonces sino me llevas es porque solo quieres estar con Alessa, la quieres para ti solo.
Mi corazón se agita como nada y ansío escuchar su respuesta, pero si es positiva solo.
-María, sacatelo de la cabeza. Estoy muy enamorado de Sandra, la amo. Alessa es solo una amiga para mí.
Como no, ojalá mañana fuera a Londres porque no quiero ver más a Denis en un tiempo.
Me tumbo en la cama y me quedo dormida, no quiero saber que ocurre al final.
-Alessa, despierta.
Un brazo me sacude, que sean mis primas. No, es Nerea.
-Buenos días, vístete y baja a desayunar, nos iremos a Pontevedra pronto.
Asiento, ella se va, me levanto pesadamente de la cama y, tras ducharme, me pongo una camiseta rosa claro, pantalones vaqueros cortos y unas zapatillas rosa.
Bajo a la cocina, por suerte no está Denis solo.
-Buenos días.
-Buenos días- responden él y María.
-¿Sabes que? Voy con vosotros a Pontevedra, iremos Nerea, Álvaro, Denis, tú y yo.
Menos mal que no voy sola con él, no sabría que hacer cuando vea a Sandra y vuelvan.
Llegamos a Pontevedra, por alguna razón, tengo un mal presentimiento.
Tras recorrer un poco la ciudad, nos paramos a descansar.
Nerea y Morata nos dicen que ambos se van a ver unos amigos, ahora solo quedamos María, Denis y yo.
-Oye María- recuerdo la conversación que tuvieron ayer ella y su hermano- sé que te encanta mi blog, así que, ¿por que no puedes salir tú también?
-Dios mío, muchísimas gracias Alessa.
Voy un momento al baño y cuando vuelvo, me encuentro a Denis hablando sin parar de Sandra, de elogiarla y admirarla.
Se nota que la ama, no sabe lo que se pierde esta chica, no sabía que un chico pudiera llegar a amar tanto.
Me siento y me quedo mirando fijamente al suelo, no quiero saber nada de esa conversación.
Además de que todo esto es nuevo para mí, él es tan guapo, está bueno, para que engañarnos tiene músculos marcados, es una gran persona y demuestra que es amar...; sin embargo, aún no estoy tan enamorada de Denis.
Amar es una palabra muy fuerte para mí, jamás me he enamorado, renuncié amar a alguien cuando empecé a viajar con frecuencia, creo que yo no sé como sentir que amas a alguien que no sea tu familia.
-¡Alessa!- gritan en mi oído, por lo que pego un bote.
-¿Qué?
-Te decía que si nos ibamos.
-Sí, claro.
-Chicas, voy al baño, esperad aquí.
Denis se va, le sigo con la mirada y suspiro.
-Alessa, ¿qué te pasa?
-No, nada estoy cansada.
-Puedes contarme lo que sea.
Que se le va a hacer, por lo menos alguien que me ayude.
-Creo que me gusta Denis.
-¿En serio? Que Denis se olvide de Sandra por favor, la odio, mal rayo le parta.
-Anoche os escuché a los dos discutir, y bueno... Mejor me olvido de él. Ama a Sandra, no a mí.
María iba a decir algo, pero se calla cuando Denis vuelve.
-Vámonos. La casa de Sandra está cerca.
Por el camino me voy concienciando de la tortura que va a ser verlos juntos y volviendo otra vez a su larga relación. No debo de derramar ninguna lágrima.
Cuando llegamos, Denis llama al timbre, está muy nervioso.
Un chico de más o menos nuestra edad, abre. Es castaño con los ojos verdes, está sin camiseta y todo despeinado.
-¿E-está Sandra?- pregunta nervioso.
-Mi amor, ¿quién es?- se escucha de fondo.
-No lo sé, cariño, es un chico y dos chicas. El tío pregunta por ti.
-Ahora voy mi vida.
Un rato después, una chica de pelo rizado, corto y morena de piel aparece.
-Hola Denis, hola María y a ti no te conozco, ¿qué quieres Denis?-pregunta con un chispa de malicia.
-Volver juntos Sandra, te amo más que a nada y no entiendo porque rompimos.
-No, ya tengo a otro. Tu tiempo se acabó, sé feliz. Yo ya lo soy con Roberto desde hace meses.
Cierra la puerta bruscamente y me quedo flipando. Le ha estado engañando durante todo el tiempo.
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La Ciudad Que Nos Unió
RomanceUna chica viajera hace un parón en la gran ciudad de Barcelona, donde conoce a un joven gallego, entrando en su vida un sentimiento desconocido para ella.