3. Obsesión

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Noel, Karen y yo volvemos a casa, ninguna hemos tomado alcohol así que vamos bien.

Llegamos a casa y le digo a mis primas que me voy a dormir.

-El jet lag te está afectando mucho- bromea Karen.

-Sí, la verdad es que sí- río.

Les doy un beso de buenas noches a cada uno en la mejilla, es una costumbre que siempre hemos tenido desde pequeñas las tres.

Voy a mi habitación, me pongo el pijama, me quito el maquillaje, cojo el móvil y me tumbo en la tumbona en el balcón.

La brisa fresca veraniega golpea suavemente mi cara, una noche perfecta.

Mi teléfono suena, Denis me ha hablado.

Hola Alessa, ¿estás en casa?

Hola Denis, sí, ¿por qué?

Quería saber si ya llegasteis las 3 y no os ha pasado nada.

Sí, no te preocupes. Ahora me voy a dormir, estoy sufriendo aún el jet lag, buenas nochees que descanses.

Claro, hasta mañana y muchas gracias por todo.

Tengo demasiado sueño, hundo mi cabeza en la almohada y me quedo profundamente dormida.

A la mañana siguiente, me levanto a las 12, bajo aún adormilada a la cocina. Allí me despierto de golpe y pego un chillido.

Pablo está aquí, y yo en pijama, ya ha vuelto a ser el obsesionado conmigo.

-Buenos días prima, Pablo ha venido y se ha ofrecido a hacer un desayuno inglés y está buenísimo. Siéntate y come- dice Noel.

Sonrío a modo de dar las gracias, y él me pone un plato enorme, juro que la comida parece puesta con la forma de un corazón, ¿cuándo se va a dar cuenta que solamente quiero su amistad?

Miro a Karen pidiendo ayuda con la mirada, ella tampoco se fía de Pablo, al contrario que su hermana, ya que es su amigo de la infancia.

Como en silencio,sintiendo la atenta mirada de él sobre mí, me está poniendo muy nerviosa.

Termino el plato, que me parecía interminable, y subo a mi cuarto a vestirme, tengo que salir de aquí, no quiero estar en la misma casa que Pablo.

Una fugaz idea se me viene a la mente, Denis. Tengo que hacer lo del viaje con él.

Buenos días Denis, ¿estás despierto?

Espero su respuesta impaciente, mientras me voy vistiendo. Escojo una camiseta palabra de honor azul, con unos pantalones cortos vaqueros y unas sandalias.

Como aún no he recibido respuesta alguna, me dedico a deshacer la maleta, ayer el cansancio pudo conmigo.

Cuando voy a colocar mis zapatos, lo último que me queda, recibo una notificación, es él.

Buenos días, sí, me acabo de duchar, ¿por?

Genial, me peino y voy a tu casa a organizar el viaje.

Tranquila, me visto y paso a buscarte.

Vale, ¿sabes dónde viven mis primas?

Sí, no te preocupes. En 15 minutos estoy allí.

Solo me queda peinarme y maquillarme, me dará tiempo.

Efectivamente, pasados 15 minutos, Denis me da un toque para que baje.

Bajo las escaleras, tomo mis cosas y me despido.

-Me voy, he quedado con Denis, adiós, no sé si comeré aquí.

-Yo también me iba, si quieres te llevo- sugiere Pablo de repente.

Que coincidencia, me voy y se va él.

-No, no- respondo rápidamente- está aquí fuera esperándome.

Salgo de casa andando rápido hasta el coche de Denis.

Que guapo está, no me canso de repetirlo.

Entro y le doy dos besos, que perfume se echa que huele tan bien.

-¿Vamos a tu casa?

-Si quieres vamos a desayunar juntos a una cafetería en el centro.

-Lo siento Denis, ya he desayunado bastante por hoy. Pablo ha venido y ha hecho el desayuno.

-¿Pablo? ¿En casa de tus primas? Nunca ha ido, siempre va a casa de Eduardo, su mejor amigo.

Sigue estando igual de obsesionado conmigo como siempre.

Desde que he llegado ha intentado estar conmigo pegado a mí lado y hace poco, Karen vió que en su galería, en el móvil, había fotos mías de dirvesos viajes que he hecho, y no precisamente salen monumentos o algún paisaje detrás que sea bonito.

Llegamos a la cafetería y mientras se va haciendo la comida de él, vamos planificando el viaje. Será dentro de una semana justa.

La Ciudad Que Nos UnióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora