VII

157 16 2
                                        

Mariano estaba en una silla, sentado obviamente. Había alguien que se movía muy rápido. Apareció frente a él, sabía que esa persona era la que lo había secuestrado de una manera muy violenta. No se veía muy humano, y caminaba muy rápido como para ser uno.

-Hola pedazo de asquerosidad humana - definitivamente no era humano - vine a hacerte sufrir.

-¿Qué sos? ¿Por qué estoy acá? - preguntó con algo de miedo en su voz que supo disimular.

-Me mandaron a torturarte desde arriba - sus ojos se veian rojos, ya supo que era.

-¿Pero qué sos? - preguntó, esta vez con lágrimas.

-Yo... Soy... Dios.

-No te creo. ¿Qué queres de mi?

-Ya te dije, vine a torturarte, con lo que más te duele.

Se fue hacia un lugar que Mariano no pudo reconocer ya que estaba atado a la silla. Apareció luego de unos minutos con él. Con el amor de su vida. Con su novio. Lucas. Todo golpeado, con mucha sangre en la cara y amordazado.

-No, dejalo ir. Esto es conmigo - dijo Mariano con lágrimas en la cara.

-Pero sino no podría torturarte - se veía el odio y maldad en sus ojos.

Esta cosa empezó a despedazar a Lucas. Poco a poco mientras él gritaba de dolor y Mariano lloraba y lloraba e imploraba que lo dejara en paz.

Luego de unos minutos Mariano se levantó sobresaltado, transpirando excesivamente y muy desesperado. Por suerte tenía a Lucas al lado de su cama. A Mariano le encantaba mirarlo dormir. Dormido como un bebé, pero este bebé era diferente, éste era su bebé...

Castondar |One Shots| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora