VIII

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Cuando se conocieron se enamoraron inmediatamente. Lamentablemente el destino no estaba a su favor. Al ser de distintas razas no podían convivir. Lucas era un hombre lobo de esos que dominaban una manada entera, ese que los guiaba para todos lados y los ayudaba a encontrar comida. Todo un hombre lobo a seguir. Las madres soñaban con ser su amante o algo parecido, le decían a sus hijos que tenían que ser como el. Pero a Lucas le gustaba otra cosa, le gustaba cuando los hombres aullaban o simplemente lo miraban, se sentía sonrojado.

Por otra parte Mariano era un humano normal. Muchas chicas habían pasado por el, hombres también, pero siempre de esos que en su escuela nadie los conoce para que no les hablaran. Mariano de casualidad andaba caminando por el bosque cuando un chico de ojos celestes hermosisimos, según el, se le apareció sin camisa y con un pantalón muy dañado que le permitía ver su bóxer.

-Hola, ¿estas bien? - le pregunto Mariano a ese chico que se encontraba de pie frente a el, analizandolo como si quisiese comerselo.

-Si, si, estoy bien, nada de que preocuparse. ¿Como te llamas? - cuando Lucas ve algo que le gusta, no va a parar hasta tenerlo, y lo que veía le gustaba. Ese chico era perfecto. Cuando le pregunto su nombre este esbozo una sonrisa hermosa. Lucas pensó que iba a saltarle encima para besarlo. Pero solo se limito a seguir mirándolo.

-Mariano, pero podes decirme Marian, o como vos prefieras - dijo Mariano, algo nervioso, tenia miedo de que se note en su voz, si se noto - ¿vos?

-Lucas, pero podes decirme Castel, es mi apellido, en realidad es Castelnuovo pero Castel es mas sencillo - Lucas hablaba con gran rapidez, tanto que vio la cara que ponía Mariano al escucharlo hablar.

-Ok Castel. ¿Donde vivís?

-Vivo a unas cuadras de acá. Todo derecho.

-Ah, que casualidad, yo también - era mentira, al contrario, Mariano vivía para el lado contrario, pero quería una excusa para seguir hablando con ese chico o simplemente estar con el - ¿queres que te acompañe?

-Ok, no me parece mala idea - Lucas podía ver que ese chico también sentía algo por el.

Caminaron durante una cuadra sin dejar de mirarse, no querían saber nada del otro, simplemente querían comerse a besos sin pretextos. Se seguían mirando cuando los sobresalto una bocina de un auto que casi los atropella. Retrocedieron y escucharon como el conductor les gritaba "putos de mierda". Lucas y Mariano miraron el piso, algo molestos. Caminaron unas cinco cuadras mas hasta llegar a la casa de Lucas. Ya no se miraban. Después de ese comentario del conductor. Llegaron a la puerta de Lucas. Estaban tensos, y los dos lo sabían.

-Acá es - dijo Lucas, mirándolo nuevamente, después de cinco cuadras sin ni un segundo de contacto visual.

-Ah ok, bueno, que tengas buenas noches - dijo Mariano mirándolo de nuevo.

-Buenas noches para vos también - le dijo Lucas.

Se sentían raros. No podían dejar de mirarse. Simplemente no podían. De un segundo a otro Mariano se acerco a Lucas y se empezaron a besar descontroladamente, como si no hubiese un mañana. Lucas abrió la puerta para que entren y subieron a su habitación sin separar sus labios ni un segundo. Luego de eso, solo las paredes saben que hicieron...

Castondar |One Shots| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora